sábado, 11 de marzo de 2017

Consciencia y política 6

  • ¿Qué hacer? La clave es el amor: ama a la élite y a todos y cada uno de sus integrantes


Ante todo lo descrito con relación al sistema socioeconómico vigente y la élite que lo dirige, surge en la mente y el corazón la pregunta del qué hacer, si es que se puede hacer algo.

Pues bien, sí se puede, aunque poco tenga que ver con las ideas y propuestas, sean de reforma del sistema o de confrontación directa y rebeldía contra él, que la propia élite alienta entre los disconformes como modo de mantenerlos instalados y atrapados dentro del mismo sistema y desgastar sus energías. Entonces, ¿qué hacer?

Pues la clave es el amor: ama a la élite y a todos y cada uno de sus integrantes. Sí, has leído bien: ¡ámalos!… Todos los que conforman el entramado de dominio y manipulación de la Humanidad, cada uno –humanos y no humanos- de los que componen sus diversos círculos -del primero al último-, están, como tú y como todos, en su respectivo proceso consciencial y evolutivo. Ciertamente, en el contexto de ese proceso, ellos tienen aquí-ahora un estado de consciencia marcado por una visión sumamente densa y egocéntrica de la existencia. Ahora bien, ¡están en su derecho de experienciarlo! La Creación es amor y el libre albedrío es fruto precisamente de ese amor.


Darte cuenta de esto no supone, en absoluto, la justificación de sus actos, ni la inacción, ni que te sometas a sus deseos. Todo lo contrario: ya es hora de que tomes consciencia de sus engaños y desconectes del sistema y la élite para, por fin, vivir realmente la vida y, sin gastar ni un gramo de energía en luchar contra ese viejo mundo, centrar y concentrar tu consciencia y tu práctica diaria en crear la nueva realidad que brota de tu corazón.


Pero hazlo desde la honda comprensión hacia los que impulsan y se mantienen en ese viejo mundo y en la rueda incesante de afanes egoicos. En cuanto al dolor que originan y causan a su alrededor a tantas personas, ten muy presente que interacciona con la dinámica consciencial de estas y las experiencias que ellas mismas están generando en su vida y atrayendo en su discurrir evolutivo. Desde la mente jamás lo entenderás. Sin embargo, todo encaja…

Por tanto, para ti, que estás ya recordando, todos los miembros de la élite merecen amor, cantidades ingentes de amor, y un profundo respeto a su proceso evolutivo. Suficiente carga, zozobra y desazón arrastran siendo esclavos del ego y sus anhelos, siempre insaciables, de dominio, riqueza, éxito… ¡cuánto sufrimiento oculto bajo posesiones y vivencias materiales!

 Y fíjate bien: que lo comprendas así y pongas en acción ese amor hacia la élite es la contribución de ellos y el sistema imperante a tu expansión de consciencia. Si eres capaz de verlo, tu consciencia se ampliará exponencialmente y tu mirada se volverá diáfana y clara para contemplar, por fin, la realidad. Y no es que los llamados poderosos quieran ayudarte. Es que, sencillamente, nada sobra ni falta y todo tiene su porqué y para qué en la Creación y el Cosmos, en tu vida y en la de los demás…

Cuando veas lo real, te percatarás además de que ese poder que teóricamente detentan es una falacia creada por tu mente y por tu inconsciencia. La verdad es que no hay ningún poder, ninguno, salvo el tuyo. Cosa distinta es que, desde tu inconsciencia, lo hayas cedido a otros… ¡Recupéralo, empodérate, endiósate!


Y esto significa que desde el amor –no desde la ira, no desde el resentimiento, no desde la lucha– dejes de esperar nada de los pretendidamente poderosos. ¡Ya está bien! No les pidas ni reclames nada. Ni a ellos ni a las instituciones públicas que gestionan y gobiernan. Tu vida no tiene que depender de sus decisiones, sus leyes, sus normas, sus morales, sus religiones, sus hábitos, sus políticas, sus intrigas, sus paranoias… Te lo han hecho creer así, pero no es cierto.


Realmente, nada pueden ofrecerte ni darte que no sea la mera reproducción de su angustia, su desasosiego, sus ansiedades… No permitas que sus mensajes te afecten, te trastornen, te confundan, te alienen… Y para ello no tienes que retirarte a ningún lugar recóndito. Hazlo si te apetece, pero no es preciso. Conviviendo en sociedad y haciendo una vida normal -es decir, consciente-, es perfectamente factible vivir fuera de sus paradigmas, creencias y pautas vitales y desligarte de tanto enredo. Desde el amor, lo único que necesitas es Consciencia para desconectar del sistema y de la élite que lo controla y sustenta.

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