jueves, 7 de noviembre de 2013

New York: Golpe de estado mundial

Por Jose Maria Lesta

"Ir contra corriente es difícil, yo lo he hecho en algunas ocasiones, pero cuando lo que te viene encima es una riada, solo se puede ir a favor de la corriente". Esas eran las acertadas palabras de una voz amiga, que sabía lo que se cocía en los ambientes periodísticos y editoriales, y que nos alertaba acerca del contenido de este mismo articulo. Significaba que estas líneas difícilmente podrían ver la luz. Algo que lógicamente intuíamos, y que constatamos en días posteriores, en algunos medios de la prensa escrita. Sólo habían pasado tres semanas escasas desde los terribles acontecimientos. Entonces la paloma de la libertad volaba baja, y a veces, incluso metía la cabeza bajo tierra como los avestruces. La prudencia y el miedo ganaban terreno. Nosotros, como cualquier hijo de vecino, tampoco éramos ajenos a las circunstancias y decidimos seguir el buen consejo que nos habían dado. Pero el tiempo pasa, y las aguas vuelven a su cauce. Y es por esto, que recientemente, Mundo Misterioso ha querido asumir la responsabilidad de hacerse eco de este trabajo. 

El resultado es una actualización del material inicial, procedente de fuentes abiertas: fundamentalmente una multitud de noticias (de agencias occidentales y asiáticas, e incluso de periódicos árabes e israelíes), extractos de algún informe, y diversas voces de intelectuales disidentes de todo el globo, entre los que se destacan el lingüista y politologo Noam Chomsky, o el disidente americano, y candidato a la presidencia Lyndon Larouche, además de algún especialista oriental en guerra santa. Las conclusiones de todo ese material son casi concluyentes. Derriban la versión oficial sobre parte de lo ocurrido el 11-S, la autoria de los atentados, e incluso apuntan datos sólidos sobre los posibles móviles, del grupo de poder que, realmente, esta detrás de los acontecimientos. Un grupo de poder con nombres y apellidos.

Para los autores del articulo, los sucesos del 11-S, son una consecuencia derivada del golpe de estado iniciado meses antes, en las polémicas y fraudulentas elecciones presidenciales de Florida, donde el ex-vicepresidente Al Gore (técnicamente desaparecido tras los acontecimientos del 11-S, y "refugiado" en Austria hasta hace pocos meses), y el actual presidente G. Walker Bush se jugaron el despacho oval. Desde ese punto de vista, el 11-S sería un punto inicial, para una escalada bélica y económica sin precedentes en diversos frentes mundiales, pero con intereses muy personales.

Bush-Laden: un antiguo "pique" familiar

El viejo pirata Prescott Bush (abuelo de George Bush) estaría contento al ver hasta que punto sus descendientes han asimilado su espíritu. En 1918 dirigió una incursión en un cementerio apache para robar la calavera de Jerónimo y hacer de ésta el trofeo de su sociedad estudiantil, la Skull & Bones (calavera y huesos) (1). En los años 30 y principios de los 40, negoció con la empresa alemana Luftwaffe, creando tres sociedades de las que fue el accionista más importante. Almorzaba con Allen Foster Dulles, jefe de la CIA en el momento del asesinato de John Kennedy, y convocó al jefe de la nación apache por una ceremonia de restitución de la calavera de Jerónimo, la cual terminó mal, porque intentó darle otra calavera cualquiera, ofendiéndolo a muerte.

Estaría contento con su primogénito George Herbert Bush (anterior presidente americano), petrolero de escasa fortuna pero que como agente de la CIA fue capaz de llegar hasta la cumbre, siendo nombrado su director en 1976, a pesar del mal resultado del desembarco en Bahía de Cochinos (Cuba), del que fue coordinador. Pero demostró amar las raíces tejanas, el petróleo y la familia, llamando a tres de los barcos del desembarco: Houston, Zapata (el nombre de su sociedad petrolífera que había quebrado) y Bárbara, el nombre de su mujer. En aquellos turbulentos años 60 comenzó una sutil y extraña relación con un constructor árabe que venía de vez en cuando por Tejas y que trató de introducirse en la alta sociedad local. A fin de cuentas, aquel Muhammad Bin Laden no duró mucho: se estrelló con su avión mientras volaba sobre los pozos téjanos que tan poca satisfacción le dieron a su hijo predilecto. Era el 68, el mundo pensaba en otra cosa (2).

George fue desdichado en los negocios. La Arbusto Energy (Bush Energy) fracasó. Paso a llamarse Bush Exploration y luego luego Spectrum7. Infaliblemente llega la bancarrota. En ese momento Salem Bin Laden (el hijo de Muhammad) hace que no le falte su generoso apoyo a través de la compañía Harken. El éxito parece llegar cuando la Harken Energy compra su parte de acciones en Spectrum pagando 600.000 dólares, qué se añaden a un contrato de consultoría de 120.000 dólares al año. En resumen se mete en el bolsillo un millón de dólares, mientras que Harken pierde decenas. Pero se procura un contrato de perforación en una parte del mar de Bahrein, ganando a Amoco y a Esso. Curiosamente, cuando pasaban inmensos movimientos de dinero del Asunto Irán-Contra, al final de los 80, los republicanos se encuentran secretamente en París con los jomeinistas moderados para retardar la liberación de los rehenes americanos en Teherán y perjudicar así a Jimmy Carter en las elecciones, George padre, llega a la reunión a bordo del avión de Salem Bin Laden.

Pero George Bush es desafortunado con sus socios. En aquel mismo avión, en el año 1988, Salem encuentra la muerte, también él, mientras volaba sobre los pozos de Tejas. La coincidencia parece excesiva, pero la investigación fue profunda. A pesar de ello, las conclusiones, en efecto, no fueron jamás divulgadas.

11-S: Caos mundial y mentiras oficiales

Tenemos literalmente decenas de datos, que aportan serias dudas sobre los acontecimientos sucedidos el 11-S. Es evidente que tanto los servicios de inteligencia franceses (GNRS), que fueron los primeros en discrepar con la versión oficial de los hechos, así como el Mossad israelí, e incluso el servicio de inteligencia del estado vaticano, entre otros muchos, sabían que algo estaba a punto de ocurrir. Y evidentemente, tal y como sabremos con el paso de los años, la red Echelon supo más de lo que realmente se dice. Sin ir mas lejos, Ariel Sharon, se disponía a realizar su PRIMERA visita a USA, pero dos días antes de los atentados (el 9 de septiembre) decidió anular la visita. ¿Por qué? Según el periódico israelí Yadiot Ahranot: "El Shabak (servicio interior de seguridad israelí) impidió al primer ministro israelí Ariel Sharon, tomar parte en un festival organizado en Nueva York por medios sionistas para el apoyo de Israel" (3).

Pero entonces, ¿estaba advertida la comunidad de inteligencia americana? ¿Sabía realmente el servicio secreto, el peligro que corría su presidente? La respuesta es sencilla: sí y no. Pero para deshacer esta aparente paradoja, vayamos por partes. El 11 de septiembre, el presidente Bush estaba en Sarasota, Florida, en su segundo día de visita por la zona. Los planes de Bush para ese día, eran públicamente conocidos con anticipación. Concretamente, se sabía desde dos días antes, que esa mañana estaría en la escuela Booker leyendo un cuento a los niños (niños o adultos, es practica habitual en los presidentes americanos) (4).

En ese momento, los acontecimientos se precipitan. El primer avión ha impactado contra el WTC. El servicio secreto avisa al presidente. ¿Se lo llevan apresuradamente a un búnker de seguridad, o a una base militar? No. G. Walker Bush, impertérrito, asume la noticia sin sorpresa (tal y como se vio posteriormente en las imágenes de televisión), y con total naturalidad, sigue contando el cuento.

Para que el lector se haga una idea de la barbaridad que supone esto, desde el punto de vista de la seguridad, hay que advertir que durante la Guerra Fría, cuando los agentes de seguridad solían "jugar a juegos de guerra" que incluían amenazas terroristas contra la Casa Blanca, el único problema insoluble era un avión comercial cargado con explosivos que hacía como que aterrizaba en el Aeropuerto Nacional de Washington, y entonces se desviaba para un ataque suicida contra la Casa Blanca. De manera que desde hace mucho, el Servicio Secreto ha sabido que uno de los desafíos a la seguridad más difíciles de afrontar, es el que plantea un ataque suicida desde un avión comercial secuestrado en un aeropuerto próximo (5).

Ahora bien, la Escuela Booker se encuentra a menos de 8 kilómetros del Aeropuerto Internacional de Sarasota-Bradenton. Consecuentemente, durante un día en que estaban siendo secuestrados unos aviones para atacar edificios desde distintos aeropuertos, la precaución de seguridad más obvia era mantener al presidente alejado de una reunión anunciada públicamente en un edificio cercano a un aeropuerto.

Existe una sola explicación para el hecho de que el Servicio Secreto, permitiera al presidente Bush afrontar el riesgo mortal de concurrir a la Escuela Booker en la mañana del 11 de septiembre. De alguna manera, George Walker Bush sabía que nadie iba a atacar la Escuela.

Muchos indicios, fundamentalmente provenientes de sesudos analistas de inteligencia, advierten sobre la posibilidad de que incluso los planes, o las líneas generales de actuación de los terroristas del 11-S, estuvieran ya esbozados en múltiples informes gubernamentales, o incluso en novelas derivadas de dichos informes. De nuevo, según el periódico oficial israelí Yadiot Ahranot, en la novela futurista Operación Hebrón, se hablaba de un ataque aéreo terrorista a las torres gemelas, el pentágono, el capitolio y la casa blanca, exactamente igual al que sucedió en la realidad. El libro estaba firmado por un ex-agente del Mossad que decía basarse en informes preventivos del Mossad y la CIA americana (6).

Horas después de los atentados, multitud de personas llamaban indignadas a las embajadas americanas en Túnez, Riad, o Yemen. Se les acusaba de haber participado en el atentado. A esto hubo que añadir los saudíes que veían sus fotos publicadas en los periódicos de todo el mundo. A muchos de ellos, se les presentó como los terroristas que murieron en los atentados. Sin ir mas lejos, un saudí que estaba trabajando en Yeddah en el momento del atentado, Abdul Rahman al-Omari, conoció por la prensa su propia muerte en uno de los atentados. Inmediatamente, llamó a la embajada norteamericana para informarles de que se encontraba vivo y no estaba implicado en los hechos. La prensa y el gobierno saudí no disimulan su irritación por lo que ven como una manipulación de los medios, que puede dañar su imagen en todo el mundo (7).

El 18 de septiembre, la Agencia France Press, informó de que otro piloto saudí considerado por las autoridades norteamericanas como un posible sospechoso, Said Husein Garamallah al Gamdi, vivía en Túnez, donde reside desde hace poco menos de un año. Al enterarse de que los investigadores norteamericanos le consideraban como el principal sospechoso del secuestro del Airlines Flight 93 (el llamado vuelo de los héroes, que se dirigía supuestamente hacia la casa blanca, y al que habría que dedicarle otro extensisimo articulo por la cantidad de irregularidades que se produjeron antes, durante, y después de su ¿estrellamiento? en Pennsylvania). Al Gamdi se puso en contacto con la embajada norteamericana en Túnez para desmentirlo.

Por otra parte, el diario The Gulf News, editado en Bahrein, publicó el 20 de septiembre una entrevista con un veterano piloto de una línea aérea, Ishaq Kuheji, que puso en duda que pilotos sin una experiencia muy dilatada de vuelo pudieran haber llevado a cabo los atentados de EEUU. Según él, es cuestionable que pilotos con relativamente pocas horas de vuelo, realizadas en su mayor parte en aparatos pequeños, pudieran guiar grandes aviones, de unas 200 toneladas, a muy baja altura con la pericia suficiente para estrellarlos contra los blancos. Eso requiere muchos años de experiencia en el manejo de tales aparatos (7).

Rudi Dekkers, propietario de la escuela de vuelo de la localidad de Venice (Florida), en la que dos de los presuntos terroristas, Mohammed Atta y Maruan al Shehhi, se formaron como pilotos, declaró al diario británico The Independent, "que ambos habían realizado un curso de vuelo de cinco meses, el cual fue llevado a cabo, sobre todo, en avionetas Cessna y Piper Cessna, pero el total de horas que pasaron pilotando un jet de pasajeros fue de 15 ó 20". Sin comentarios.

Según Kuheiji existe un escenario alternativo que podría ser más realista. Los sistemas de manejo de vuelo de los cuatro aparatos pudieron ser manipulados y programados en tierra por individuos altamente cualificados para poder ser posteriormente activados en un momento determinado del vuelo. Esto permitiría que los aparatos despegaran, descendieran y volaran a una cierta altura hasta puntos predeterminados que se encuentran en el suelo, y podría impedir también la existencia de comunicaciones con tierra, dejando a los pilotos a merced de los ordenadores del aparato. Esta tecnología es utilizada en los misiles de crucero, los aviones espía y otros aparatos no tripulados. De hecho, en la mismísima CNN, y durante los primeros instantes, expertos en aviación, no dejaban lugar a dudas. Los aviones llevaban a pilotos militares o bien fueron teledirigidos, pero, ¿por quién?

El que los supuestos pilotos suicidas, fueran pilotos militares entrenados, no es excesivamente descabellado. Precisamente, la experiencia del atentado en el edificio de Oklahoma, en el cual se señaló también al propio Bin Laden como instigador, nos hace dirigir nuestra mirada al interior de EEUU. A título de anécdota podemos mencionar que en el coche en que viajaba el autor del antentado de Oklahoma (8), el estadounidense Timothy McVeigh (ex Boina Verde y combatiente arrepentido en la Guerra del Golfo, recientemente ejecutado), se encontró el libro de William Pierce Los Diarios de Turner, manual que inspiró y guió sus actos. Curiosamente, el protagonista del libro, desencantado con el sistema, se suicida lanzándose con un avión contra el Pentágono.

Jürgen Storbeck, director de Europol, declaró al periódico The Daily Telegraph que era necesaria una investigación más amplia antes de inculpar a alguien. "Es posible que Bin Laden estuviera informado de la operación; es incluso posible que tuviera alguna influencia en ella, pero no es probablemente el hombre que diseñó todas las operaciones o controló el plan en su conjunto. La idea de que él, sentado en Afganistán, pudiera haber controlado la última fase de la operación es algo que resulta muy dudoso", señala Storbeck (9).

Evidentemente, el fallo de seguridad ese día fue monumental, a nivel mundial. Es decir, la comunidad de inteligencia americana (en general) no sabía, lo que iba a suceder (si exceptuamos algunos informes, o avisos de servicios aliados que aventuraban algún tipo de atentado, y a los que, no se les hizo mucho caso). Sin embargo, y a raíz de los datos anteriormente citados, es más que probable, que una minoritaria facción de la comunidad de inteligencia, estuviera "alerta". Cada elemento de dicha facción, posiblemente tendría parte de la información, y por lo tanto piezas sueltas del complicado rompecabezas en que se convirtió la trama del 11-S.

World Trade Center. Nadie sabe, nadie responde

No cabe duda, de que el gran número de víctimas civiles inocentes de las torres gemelas sitúa los sucesos del 11-S a la cabeza de los peores y más brutales atentados de la historia. Ahora bien, ¿Cuál es el numero exacto de víctimas, o de desaparecidos? Los cálculos iniciales eran sencillos. El World Trade Center, centro mundial del comercio internacional y puente de paso de casi todas los volúmenes financieros mundiales, daba trabajo cada día a unos 53.200 trabajadores. Eso sin contar a los de más bajo nivel, que solían ser inmigrantes sin censar en las nominas oficiales, y que trabajaban temporalmente en cualquiera de las dos torres.

Así pues, el 11 de septiembre a las 9 de la mañana, era de esperar que los dos complejos estuvieran a medio rendimiento, con casi todos los empleados en funcionamiento, excepto los de mayor nivel, que podían llegar más tarde, o sencillamente no hacerlo. Es decir, y según los cálculos menos optimistas, en las dos torres debían estar COMO MíNIMO unas 20.000 almas. Precisamente ese fue el numero barajado tras los dos primeros días del atentado (en las primeras horas se barajó la cifra oficial de 35.000 desaparecidos). Pero con el paso de las semanas la cifra fue menguando. El 27 de septiembre, el ex-alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, aseguraba que la cifra real era de 12.000 personas. El 1 de octubre, se rebajaba a 6.500. Hoy en día la cifra definitiva (una vez retirados la mayor parte de los escombros) es de 2.800 fallecidos aproximadamente, de los cuales, 1.024 han sido identificados mediante el ADN, y del resto no se espera una identificación positiva, entre otras cosas, porque se supone que pertenecían a los trabajadores de menor nivel, que no tenían una ficha estable, y por lo tanto, se desconocen sus datos personales y familiares.

Si tenemos en cuenta el numero minoritario de personas que lograron ponerse a salvo, y el numero de bomberos, policías, y ciudadanos, que estando en los alrededores de las torres, perecieron en el momento del derrumbe, es evidente que el 80 o el 85% aproximado de los trabajadores no estaban en su puesto. Afortunadamente, sólo el 15 o el 20% de los trabajadores del WTC estaban trabajando en ese fatídico momento. Pero entonces, ¿dónde demonios estaban los demás? En las primeras semanas, pudimos oír todo tipo de excusas, casualidades, avisos providenciales, e incluso sueños premonitorios que advertían del peligro de ir a trabajar ese día al WTC. En resumidas cuentas. Nadie sabe porque aproximadamente unas 17.000 personas faltaron a su puesto de trabajo esa mañana. Algunos de ellos, eran ejecutivos de nivel medio y alto de compañías y aseguradoras financieras que, como veremos posteriormente, se llevaron pingües beneficios en movimientos bursátiles, tanto horas antes de los atentados, como semanas más tarde cuando EE. UU. inició su guerra contra el terrorismo.

Un dato curioso, es que en las primeros minutos, entre las imágenes recibidas (aun sin censurar), se podían ver a agentes de la AFT. ¿Acaso se pensaba que había bombas en los cimientos, o en diversos lugares del edificio?. Inicialmente, muchos testigos de la zona, aseguraron que minutos (incluso una hora antes) se había dado un aviso de bomba. De hecho, en el caos inicial de la primera hora, se dieron noticias (evidentemente falsas), de la explosión de una furgoneta-bomba frente al edificio del departamento del tesoro (¿?).

En cuanto al supuesto ¿avión?, que se estrelló contra el pentágono, mejor no hacer comentarios. El vídeo que los militares cedieron a la prensa es cuando menos sospechoso. Primero, porque no se ve avión alguno, o traza del mismo. Segundo, porque aún no se han encontrado sillas, fuselajes, o parte alguna del citado avión. De todas formas, no es del todo cierto, que no se hayan encontrado restos del avión. El día 14 de septiembre, se informó del hallazgo de dos cajas negras entre los restos de los aviones estrellados. En lo que se refiere a la del avión caído en el Pentágono se señala que no contenía información, pues ésta había sido borrada, a pesar de que estas cajas aguantan temperaturas superiores a los 1.100 grados. Las primeras informaciones acerca de la segunda caja hablaban de su "perfecto estado de conservación", pero días después se nos dice que la información de esta segunda caja ha sido borrada también.

Otro punto extraño es la cuestión de por qué los terroristas, que hicieron gala de un alto nivel operacional y una increíble sofisticación y coordinación al preparar y ejecutar los atentados, dejaron tras de sí tantas pistas inculpatorias, como por ejemplo, tarjetas de crédito falsas o un manual de pilotaje de aviones en lengua árabe, que fue encontrado en un vehículo dejado en el Aeropuerto Internacional Logan, de Boston, donde dos de los presuntos secuestradores embarcaron. Esto es un disparate, ya que se sabe que los pilotos en cuestión habían estudiado en Florida, por lo cual lo lógico es que hubieran utilizado la terminología inglesa mientras aprendían a volar y no la árabe.. Otro tanto cabe decir de los retratos de Osama Bin Laden encontrados, así como de las copias del Corán dejadas en todos los vehículos de los sospechosos que fueron hallados. En lo que respecta a la información acerca de un pasaporte árabe, encontrado a cincuenta metros de distancia de las Torres, sólo cabe calificarla de insulto a la inteligencia.

Como dato anecdótico y local, ¿por qué algunas bases americanas en la UE, y también en España, como las de Rota y Morón, estuvieron en alerta máxima a las 11:05 hora española? (casi 4 horas antes de los atentados). Curiosamente lo mismo que ocurrió el día del 23-F.

La visión de conjunto resulta, pues, absurda y da la sensación de ser un relato rápidamente fabricado por alguien, que no desea que ningún punto de ella sea cuestionado, al igual que sucedió con la historia del atentado de presidente Kennedy. De lo que estamos completamente convencidos, es de que jamas se sabrá con total certeza, todo lo que ocurrió el fatídico 11 de septiembre. Esto debe hacer reflexionar, sobre quién está interesado en fabricar esa versión y, sobre todo, ¿quiénes son los verdaderos cerebros de la trama?

Cuando el dinero huele a muerte

En cierta ocasión los periodistas del Washington Post, Woodward y Bernstein, que desenmascararon el fraude de Nixon en el Watergate, se encontraron ante un callejón sin salida. En esa situación, su principal confidente y guía en la investigación, el famoso garganta profunda, les dijo el camino a seguir: "Ir tras el rastro del dinero... Seguir la pista del dinero". Y es que suele ser la clave más efectiva para resolver cualquier tipo de misterio o enigma, desde el mas rutinario y domestico, hasta el más complejo y sofisticado.

Para la analista financiera Anne Marie Mergier, si efectivamente existía un pequeño número de personas (al que ella denomina "los iniciados"), que conocían las intenciones de los terroristas, o sabían lo que iba a suceder, pudieron anticipar ciertas repercusiones económicas de ese ataque, y llevar a cabo maniobras especulativas contra las compañías aéreas cuyos aviones fueron desviados, así como contra las empresas con oficinas en las Torres Gemelas del World Trade Center y compañías de seguros. También pudieron anticipar una probable baja general de los valores que cotizan en bolsa. Para lograr su objetivo, les bastó con especular sobre esa baja comprando no sólo acciones, sino puts, es decir, "opciones de venta". Identificar a los "iniciados" que participaron en esas maniobras no sólo representa algo muy importante en materia de fraude bursátil, sino también permitirá establecer, directa o indirectamente, la identidad de los autores de los atentados y de sus cómplices (10).

En palabras de Eliseo Bayo (cofundador de la revista Interviú): "Podría ocurrir que los actos de guerra contra los Estados Unidos, fueran en efecto obra del terrorismo básicamente ahmentado por círculos occidentales de inteligencia financiera y política, empeñados en seguir haciendo su gran luego geoestratégico" (11).

En efecto, El 12 de septiembre se comprobó que seis días antes de los atentados perpetrados en la víspera en Nueva York y Washington, se habían llevado a cabo maniobras características del delito de "aprovechamiento ilícito de informaciones privilegiadas".

Las acciones de United Airlines (uno de sus aviones se estrelló en la torre sur del World Trade Center y otro se desplomó cerca de la ciudad de Pittsburgh) sufrieron una caída artificial de 42%. Las de American Airlines (uno de sus aviones supuestamente, se estrelló en el Pentágono y otro en la torre norte) bajaron 39%. Ninguna otra compañía aérea del mundo fue objeto de semejantes maniobras, salvo la KLM Royal Dutch Airlines, lo que permite pensar que quizá se había planeado desviar también uno de sus aviones.

Se comprobaron operaciones similares con las opciones de venta de Morgan Stanley Dean Witter & Co., que se multiplicaron por 12 durante la semana que precedió a los atentados. Esa empresa ocupaba 22 pisos del World Trade Center. Ocurrió lo mismo con las opciones de venta de las acciones del primer corredor de bolsa del mundo, Merrill Lynch & Co. Sus opciones de venta fueron multiplicadas por 25. La sede de Merrill Lynch & Co. se encuentra en un edificio cercano del WTC que amenaza con derrumbarse. Maniobras del mismo tipo fueron registradas con las opciones de venta de las acciones de los grupos de seguros involucrados: Munich Re, Swiss Re y Axa.

La Comisión de Control de Operaciones Bursátiles de Chicago fue la primera en dar la alarma. Comprobó que en la Bolsa de Chicago los "iniciados" habían logrado 5 millones de dólares de ganancias con United Airlines, 4 millones con American Airlines, 1.2 millones con Morgan Stanley Dean Witter & Co. y 5.5 millones de dólares con Merrill Lynch & Co.

Las autoridades que controlan todos los grandes centros bursátiles, registran las ganancias obtenidas por los "iniciados", y la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) coordina todas sus investigaciones. El 15 de octubre, la IOSCO organizó una videoconferencia en la que diversas autoridades nacionales, presentaron sus informes de "etapa" (lo que habían descubierto hasta esa fecha). Resulta que las ganancias logradas alcanzarían varios centenares de millones de dólares, lo que constituye el "más importante delito por aprovechamiento ilícito de informaciones privilegiadas jamás cometido". Hablando en cristiano, el mayor pelotazo económico de los siglos XX y XXI que se ha realizado hasta el momento por una entidad privada minoritaria (10).

Fue posible establecer que la mayor parte de las transacciones pasaron por el Deutsche Bank y su sucursal estadounidense de inversiones, la empresa Alex Brown, mediante un procedimiento de portage (que asegura el anonimato de quienes realizan las transacciones). Hasta 1998, la sociedad Alex Brown fue dirigida por A.B. Krongard, un personaje bastante singular. Capitán de los marines, apasionado por el tiro y las artes marciales, este banquero se convirtió en asesor del director de la CIA y desde el 26 de marzo último es el número tres de esa agencia de inteligencia estadounidense.

Los iniciados: el grupo Carlyle

En 1994, cuando ya se había convertido en el enemigo público de Estados Unidos y había perdido su nacionalidad saudita, Ossama Bin Laden heredó alrededor de 300 millones de dólares. Era la parte del Saudí Bin Laden Group (SBG) que le correspondía.

La mitad del volumen de negocios realizados por ese holding, el más importante de Arabia Saudita, se realiza en el campo de la construcción y de las obras públicas, la otra mitad abarca actividades de ingeniería, de distribución, de telecomunicaciones, editoriales y de bienes raíces. El SBG creó una sociedad suiza de inversiones, la Sico (Saudi Investment Company), que a su vez creó varias empresas con filiales de la National Comercial Bank saudita.

El SBG es inseparable del régimen wahabita de Arabia Saudita, al punto de haber sido durante mucho tiempo su contratante oficial, y único para la construcción y la administración de Medina y la Meca, los lugares santos del reino. También el SBG ganó la mayoría de las licitaciones para la construcción de las bases militares estadounidenses en Arabia Saudita y la reconstrucción de Kuwait después de la Guerra del Golfo. También tiene importantes participaciones en General Electric, Nortel Networks y Cadbury Schweppes. Para sus actividades industriales, su representante en Estados Unidos es Adnan Khashoggi (seguramente a más de un residente en Marbella, le suene este nombre), ex-cuñado de Mohamed al-Fayed, (Khashoggi colaboró con la CIA en el Irangate). Los recursos financieros del SBG son administrados por Carlyle Group.

Hasta 1996, las operaciones financieras del SBG estaban a cargo de su asesor en Lausana, el banquero nazi François Genoud. Genoud fue el albacea de Joseph Goebbels (uno de los más importantes dirigentes del Tercer Reich, encargado de la propaganda de los nazis). Genoud trabajó en estrecha colaboración con numerosos grupos antijudíos y financió los operativos de Illich Ramírez Sánchez, alias Carlos, conocido exterrorista internacional.

Dos personalidades de primer rango parecen omnipresentes en las sociedades de Osama Bin Laden: el jeque Khaled Salim Ben Mafhuz y Saleh Idris. Según la revista estadounidense Forbes, Khaled Ben Mafhuz posee la 251 fortuna del mundo, valuada en mil 900 millones de dólares. Su padre había fundado el principal banco saudita, el National Comercial Bank, que creó diversas empresas en colaboración con la Sico, sociedad suiza del Bin Laden Group.

Tal como se mencionó antes, hasta 1996 los Ben Mafhuz y los Bin Laden tenían como asesor al banquero nazi François Genoud para montar sus filiales. Kahled Ben Mafuz es dueño de una residencia en Houston, Texas, y gracias al apoyo de la familia Bush, logró comprar parte del aeropuerto de la cuidad para su uso personal. Sus sociedades están esparcidas en el mundo entero.

El BCCI era un banco anglo-paquistaní que operaba en 73 países. Tres grandes familias eran las dueñas: los Gokal (Paquistán), los Ben Mafhuz (Arabia Saudita) y los Geith Faraon (del emirato de Abú Dabí). Ronald Reagan utilizó al BCCI para corromper al gobierno iraní, y que así, aplazara la liberación de los rehenes estadounidenses presos en la embajada de Estados Unidos en Teherán y sabotear así los últimos meses de la presidencia de James Carter. Luego, bajo el impulso del ex-director de la CIA y vicepresidente George Bush padre, la administración Reagan volvió a utilizar el BCCI para trasladar las "donaciones" de Arabia Saudita a los "Contras" nicaragüenses y hacer llegar el dinero de la CIA a los mujaidines de Afganistán.

Dos ex-directores de la CIA, Richard Helms y William Casey, trabajaron en el BCCI. Lo mismo hicieron dos prestigiados "agentes de influencia" de la CIA, Adnan Khashoggi y Manucher Ghobanifar. Sin hablar de Kamal Adham (cuñado del rey Faisal y jefe de los servicios secretos sauditas hasta 1977), del príncipe Turki Al-Faisal Al-Saud (jefe de estos mismos servicios secretos de 1977 hasta agosto de 2001) o de Abdul Rauf Khalil, su director adjunto 
Los principales responsables y clientes del BCCI se encuentran actualmente en Carlyle Group, fondo de inversiones creado en 1987, o sea cuatro años antes de la bancarrota del BCCI.

Carlyle administra actualmente una cartera de 12 mil millones de dólares. Tiene participaciones mayoritarias en Seven Up (que asegura el embotellado de refrescos para Cadbury Schweppes), en Federal Data (que vendió e instaló el sistema de vigilancia del trafico aéreo civil a la Federal Aviation Administration de Estados Unidos), así como en United Defense Industries Inc. (el principal proveedor de equipo de las fuerzas armadas estadounidenses, turcas y sauditas). A través de las sociedades que controla, Carlyle Group alcanza el decimoprimer lugar entre las compañías de armamento de Estados Unidos.

En 1990, Carlyle Group se encontró metido de lleno en un escándalo de desvío de fondos. Wayne Berman, miembro del grupo de cabildeo del Partido Republicano, había desviado fondos de pensiones estadounidenses para financiar las campañas electorales de los Bush. Había aceptado entregar 1 millón de dólares de esos fondos a Carlyle Group a cambio de un contrato público en Connecticut. Carlyle Group administra la mayor parte de las inversiones del Saudí Bin Laden Group. Entre sus dirigentes, destacan Sami Mubarak Baarma, apoderado de Khaled Ben Mafhuz en el Reino Unido, y Talat Othmann, uno de los ex-administradores de Harkem Energy Corporation, la sociedad que permitió a George Bush hijo enriquecerse ilegalmente.

El presidente de Carlyle Group es Frank C. Carlucci (ex-director adjunto de la CIA, quien después fue secretario de Defensa). Uno de sus principales asesores es James Baker (ex-jefe de gabinete del presidente Reagan y ex-secretario de Estado del presidente George Bush padre). Como representante en el extranjero, Carlyle Group cuenta con los servicios de John Major (ex-primer ministro británico) y George Bush padre (ex-director de la CIA y ex-presidente de Estados Unidos).

Si resulta exacto, como lo pretenden numerosos funcionarios estadounidenses, que la familia Bin Laden sigue teniendo relaciones con Osama, y continúa financiando sus actividades políticas, entonces Carlyle Group, que administra las inversiones financieras del Saudi Bin Laden Group, tendría que estar necesariamente implicado en el delito de "aprovechamiento ilícito de informaciones privilegiadas". George Bush padre podría ser, entonces, uno de los afortunados beneficiarios de las maniobras bursátiles ligadas a los atentados del 11 de septiembre.

Golpe de estado mundial

Así las cosas, los acontecimientos posteriores al 11-S, se desarrollan con altos y bajos, según un aparente plan preestablecido, en donde una de las normas básicas para su buen éxito, es el mantener un estado social de excepción y de temor. El primer paso, es hacer ver a la población que no solo Nueva York, sino que todo el país (incluso todo el mundo), estaba en peligro mortal. Se avecinaba la guerra bacteriológica. El ántrax podía ser enviado personalmente, en mano, por cualquier cartero en cualquier lugar del mundo. Todos teníamos ya, nuestra pequeña ración de miedo en el cuerpo.

En palabras del periodista Juan Aguilar: "Hasta ahora, se puede decir que el principal efecto que buscaba el ataque biológico no era provocar una epidemia, sino colapsar un país entero bajo el pánico, impidiendo el funcionamiento normal de la sociedad, bloqueando su dinámica, interfiriendo su economía y minando la capacidad de resistencia de la población. Se extiende la cultura del miedo, de la sospecha, de la inseguridad... en todos los rincones domina la sensación de estar a merced de un enemigo invisible, indetectable, imprevisible. El ántrax se ha convertido en una eficacísima arma de guerra psicológica de efectos tanto o más potentes que su potencialidad biocida. Un arma que en la estrategia del terror es "buena, bonita y barata". Desde el 11-S podemos estar entrando también en la época de la guerra psicológica total: la psicoguerra" (12).

Como dato anecdótico, decir que el origen de las esporas de Antrax (de una pureza extraordinaria) correspondían a cepas generadas (ya en los años 50), en un destacamento de guerra bacteriológica del ejercito norteamericano situado en Venice, Florida. (Por cierto, muy cerca de donde estaba la escuela de aviación de los pilotos suicidas, ¿casualidad?).

Posteriormente a estos hechos, la gente quiere desembarazarse de su miedo. Hay que matar al malo de la película. Con gran parte de la población occidental a favor, y en una resolución unilateral sin precedentes en la historia conocida, el grupo de interés, los iniciados, dan el paso decisivo: el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declara el estado de excepción a escala internacional, con la autorización casi unánime del Congreso (único voto en contra de Barbara Lee, representante por Berkeley y Oakland). Su discurso del 20 de septiembre ante el Congreso y sus medidas y declaraciones sucesivas, han roto la legalidad jurídica, militar, financiera e informativa entre las naciones (13).

El gobierno de Estados Unidos se atribuye explícitamente el derecho de utilizar cualquier arma de guerra (incluidas las proscritas por tratados internacionales: nucleares, bacteriológicas, químicas), de atacar a las naciones que crea conveniente, de intervenir en los sistemas financieros y en sus operaciones, de mentir o adulterar las informaciones, de realizar "operaciones encubiertas" (por ejemplo, asesinatos, sabotajes, desestabilizaciones económicas o políticas y otras medidas de guerra interna en donde sea) y de proscribir los regímenes o Estados que no se alineen con él: "cualquier nación, en donde sea, tiene ahora que tomar una decisión: o están con nosotros o están con el terrorismo", declaró el presidente Bush. En realidad esta forma de actuar no era nada nueva. A lo largo del siglo XX, los diferentes gobiernos americanos, se han servido, de actos de agresión en su contra, como el del Maine (en la guerra expansionista contra España en 1898), el Lusitania (en 1917 que les hizo entrar al final de la primera guerra mundial), o Pearl Harbour (que sucedió mediada la segunda guerra mundial). Todos estos sucesos (algunos de autoría dudosa), son exactamente similares al ocurrido en esta ocasión. Todos ellos sirvieron como excusa a USA, para su intervención en guerras mundiales, de las que salió económicamente bien parada (14).

¿El resultado actual de esta cadena de intereses? Regresión de las libertades Occidentales. Guerra psicológica, tendente a culpar al mundo islámico en general, y a los palestinos en particular, tan solo a los 40 minutos de los atentados (¿alguien recuerda el vídeo de los niños palestinos, celebrando con caramelos el derribo de las torres gemelas? Posteriormente un catedrático de sociología brasileño, demostraría que esas imágenes eran de hace más de diez años. Concretamente, de la celebración palestina de la invasión irakí de Kuwait). También se dio luz verde al programa Carnivore en internet, a través de la red Echelon, y que suministra información personal a la NSA de cualquier ciudadano del mundo. Cualquiera. Y si no, que se lo pregunten a Jaime Fernández, un joven valenciano aficionado a la informática, que a día de hoy, está siendo investigado por la estadounidense NSA (Agencia de Seguridad Nacional), a causa de unos correos electrónicos que envió en los cuales se hacía referencia de forma humorística a los atentados del World Trade Center y a su autor, Bin Laden.

El protagonista de esta historia fue el primer sorprendido cuando el 13 de septiembre, recibió un e-mail desde la dirección perteneciente a la NSA en el que se le indicaba que su cuenta de correo había sido bloqueada por la oficina que la agencia de seguridad posee en el Paseo de la Castellana, en Madrid (15).

Afganistán: opio, gas, petróleo, armas... ¿y Bin Laden? 
Afganistán no es un territorio rico en sí mismo, pero se encuentra en un punto clave para poder trazar desde ahí un círculo, cuya contrapartida está en Israel y Arabia Saudita (pasando por Yugoslavia), que engloba a varias de las repúblicas separadas de la URSS, y a los países petroleros del Islam. En esa región se ubica el 75 por ciento de las reservas petroleras del planeta, grandes yacimientos de uranio, reservas de gas natural y una gran cantidad de metales estratégicos como cromo, oro, mercurio, plata, platino, manganeso, cobre, bauxita/aluminio, zinc, estaño, wolframio y carbón.

Además, la región de Afganistán y alrededores, es llamada a veces, la Golden Crescent (el creciente dorado). Un autentico triángulo dorado del opio y la heroína en la zona. De los dos negocios más lucrativos del mundo (armas y drogas), solo en Afganistán, Irán y Pakistán, se producen 200 mil millones de dólares al año en trafico de drogas (un tercio de la producción mundial) (16) (17). Esta fuertemente relacionada con los guerreros chechenos, por lo que Putin debe dar su apoyo a la coalición internacional contra el terrorismo, sin ningún tipo de objeción (18). En 1998, Dick Cheney declaró a ejecutivos de la industria petrolera americana que: "No puedo pensar en una época en la que hayamos tenido una región que emerja tan repentinamente para convertirse en algo tan importante desde el punto de vista estratégico, como el área del Caspio".

Por cierto, cuando los talibán llegaron al poder en 1996, no fueron sólo saludados por Washington, sino que sus dirigentes fueron llevados en avión a Texas, gobernado entonces por George W. Bush, y agasajados por ejecutivos de la compañía petrolera Unocal. Se les ofreció una parte de los beneficios de los oleoductos; se mencionó un 15 por ciento. Un funcionario estadounidense señaló que una vez que fluyera el petróleo y el gas del Caspio, Afganistán se convertiría "como Arabia Saudita, en una colonia petrolera", sin democracia y con la persecución legal de las mujeres. "Podemos vivir con eso", dijo. La idea fracasó cuando dos embajadas estadounidenses en el Este de África, fueron atacadas y se acusó a Al Qaeda. Pero la relación del clan Bush y el narcotrafico, es muy antigua, sin ir mas lejos, el padre del actual presidente americano, comenzó la guerra e invasión de Nicaragua, simplemente por problemas personales en sus negocios con el narcotraficante, y expresidente panameño Manuel Noriega (19).

El temible enemigo real: el dragón chino 
Pero dejando aparte diversos intereses familiares y financieros, ¿cual es el propósito de Estados Unidos, a nivel de estado, en todo este desorden mundial? Según el analista Noam Chomsky, el plan político de fondo es comenzar un nuevo rearme mundial, relanzar con el tiempo el escudo de defensa antimisiles (para ello ha sustituido al director del pentagono por el general de la Fuerza Aérea, Richard Myers, considerado a sus 59 años como una autoridad en informática y defensa espacial) (20), y conseguir una fuerte implantación de USA en oriente, para finalizar realmente la guerra del golfo que dura ya unos 11 años, e imponer su control de los pozos petrolíferos. Pero sobre todo, rodear a su enemigo real, que es la potencia emergente de China, que ha prestado apoyo de satélites y radar, en los últimos 18 meses, contra los ataques britanico-americanos a Bagdag con excelentes resultados. Recordemos que se lleva tiempo buscando una confrontación de China con EE.UU., mediante provocaciones: bombardeo inexplicable a la embajada china de Belgrado en la guerra de Kosovo, sobrevuelos descarados de aviones espía y de cazas en actitud hostil dentro del territorio aéreo chino, etc (21).

Pero lo realmente preocupante, es que probablemente Estados Unidos este en lo cierto, ante esta nueva amenaza. La CIA ha hecho trascender, que China tendría planes dirigidos a promover una cadena de crisis, cada vez más graves, para convertirse en una nueva superpotencia en este milenio y, lo que tiene una gravedad mayor, que se propondría entregar armas biológicas e ingenios nucleares de pequeño tamaño a grupos terroristas para que ataquen a Estados Unidos y a Gran Bretaña.

La analista Ana Esther Ceceña, expresa lo siguiente: "Las respuestas del gobierno de EE.UU. frente a los atentados hacen surgir algunas hipótesis... No hay que olvidar que China posee recursos y capacidad de autosuficiencia y de liderazgo dentro de la región asiática. Luego la mayor prioridad, en este caso, es imposibilitar un entendimiento entre China y los países islámicos" (22).

Un informe de la CIA, basado en las declaraciones de un importante desertor chino, señala que los servicios secretos de China Popular aumentarían progresivamente su apoyo a Estados "criminales" como Irak e Irán. "Basándonos en cálculos actuales, con la ayuda de China ambos países se habrían convertido en potencias nucleares en el año 2005", señala el informe. Según el periodista irlandés Gordon Thomas, "La CIA estima que China explotará la situación actual de estancamiento económico, que alcanzará su cenit en el año 2015. Todo indica que, para entonces, podría darse un importante conflicto bélico. Los principales protagonistas sarín China y EE.UU., aunque Gran Bretaña y la OTAN se verían implicadas de manera inevitable. Fuentes de la Casa Blanca aseguran que en todo momento hay una copia de este informe en la mesa del presidente Bush, en el Despacho Oval" (23).

Visto en su conjunto, y dentro del juego de fuerzas planetario, el posicionamiento militar de la zona asiática desde Afganistán, combinado con la estrategia de apropiación lanzada sobre América Latina (ver Plan Puebla Panamá, Plan Colombia y acuerdos para la colocación de bases o realización de ejercicios militares en el sur), permitiría al ejército y a la inteligencia estadounidenses establecer un control total sobre el territorio mundial. Eso sin contar con las prebendas económicas, que un reducido grupo de personas, el Trust Carlyle, se ha embolsado gracias a todos estos acontecimientos.


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