domingo, 22 de septiembre de 2013

El fraude de la biblia

por Tony Bushby
marzo 2007

Extraído de la Revista Nexus,

Volúmen 14, Número 4 (junio – julio de 2007)

traducción de Adela Kaufmann
versión original
del sitioWeb NexusMagazine

En el siglo IV, el Emperador romano Constantino unió a todas las facciones religiosas bajo una deidad compuesta, y ordenó la recopilación de nuevas y antiguas escrituras en una colección uniforme que se convirtió en el Nuevo Testamento.

Sobre el Autor
Tony Bushby, un australiano, se hizo hombre de negocios y empresario temprano en su vida adulta. Estableció un negocio de publicación de revistas y pasó 20 años investigando, escribiendo y publicando sus propias revistas, principalmente para los marcados australianos y de Nueva Zelanda.

Con fuertes creencias espirituales y un interés en los asuntos metafísicos, Tony ha desarrollado largas relaciones con muchas asociaciones y sociedades a lo largo del mundo, que ha ayudado su investigación poniéndole a su disposición sus registros. Él es el autor de El Fraude de la Biblia (The Bible Fraud )2001; repasado en NEXO 8/06 con los extractos en NEXO 9/01—03), El Secreto en la Biblia (2003; revisado en 11/02, con extractos, “Antiguas Ciudades bajo las Arenas de Giza", en 11/03) y La Crucifixión de la Verdad (2005; revisado en 12/02) y El Engaño Gemelo (2007; revisado 14/03).

Las copias de estos libros están disponibles en la página Web de NEXUS y los Libros de Josué : http://www.joshuabooks.com

Como Tony Bushby vigorosamente protege su privacidad, cualquier correspondencia debe enviarse al cuidado de la Revista NEXUS, PO Box 30, Mapleton Qld 4560, Australia, envían facsímil +61 (0) 7 5442 9381.

Qué es lo que la Iglesia no quiere que usted sepa

Se ha enfatizado a menudo que la Cristiandad no es parecida a ninguna otra religión, ya que está de pie o se cae por ciertos eventos que se alega que han ocurrido hace unos 20 siglos, durante un corto período de tiempo. Esas historias son presentadas en el Nuevo Testamento, y cuando la nueva evidencia sea revelada, se pondrá en claro que no representan realidades históricas.

La Iglesia está de acuerdo, diciendo:

"Nuestras fuentes documentales de conocimiento sobre los orígenes de la Cristiandad y su desarrollo más temprano son principalmente las Escrituras del Nuevo Testamento, cuya autenticidad debemos, en gran parte, dar por concedida”.

(Enciclopedia católica, de Farley., vol. iii, pág. 712)

La Iglesia hace extraordinarias admisiones sobre el Nuevo Testamento. Por ejemplo, al discutir el origen de esas escrituras,

"el cuerpo más distinguido de opinión académica alguna vez congregado " (Prefacio de las Enciclopedias católicas), admite que los Evangelios "no llegan hasta tan atrás, al primer siglo de la era cristiana”.

(Enciclopedia católica, Farley., volumen vi, pág. 137, el pp. 655-6).

Esta declaración entra en conflicto con las aserciones del sacerdocio, que los Evangelios más tempranos fueron progresivamente escritos durante las décadas que siguen a la muerte de Jesús Cristo.

En un notable apartado, la Iglesia admite más allá que,

"el más temprano de los manuscritos existentes [del Nuevo Testamento], es verdad que no fecha más atrás de mitades del siglo IV D.C.".

(Enciclopedia católica, op. cit., pp. 656-7).

Estos son unos 350 años después del tiempo en que la Iglesia afirma que Jesús Cristo caminó sobre las arenas de Palestina, y aquí, la verdadera historia de los orígenes cristianos se desliza en uno de los agujeros negros más grandes de la historia. Hay, sin embargo, una razón por lo cual no hubo ningún Nuevo Testamento hasta el siglo IV: ellos no fueron escritos hasta entonces, y aquí nosotros encontramos evidencia de la mayor falsedad de todos los tiempos.

Flavius Constantinus (Constantino, originalmente Custennyn o Custennin) (272-337), británico de nacimiento, fue quien autorizó la recopilación de las escrituras llamadas Nuevo Testamento. Después de la muerte de su padre, en 306, Constantino se convirtió en Rey de Bretaña, Galia y España, y luego, después de una serie de batallas victoriosas, en Emperador del Imperio romano. Los historiadores cristianos dan poca o ninguna pista del tumulto de los tiempos, suspendiendo en el aire a Constantino, fuera de todos los eventos humanos sucediendo a su alrededor. En verdad, uno de los principales problemas de Constantino fue el indomable desorden entre los presbíteros y sus creencias en numerosos Dioses.

La mayoría de los escritores cristianos del día moderno suprimen la verdad acerca del desarrollo de su religión y ocultan los esfuerzos de Constantino para refrenar el desacreditado carácter de los presbíteros, llamados "Los Padres de la Iglesia" (Enciclopedia católica, edición Farley., vol. xiv , pp. 370-1). Ellos estaban “enloquecidos ", dijo él (Vida de Constantino, atribuida a Eusebius Pamphilius de Caesarea, c. 335, vol. iii, pág. 171; Los Padres Niceanos y post-niceanos, citados como N&PNF, atribuido a San Ambrosio, Rev. Prof. Roberts, DD, y Director James Donaldson, LLD, editores, 1891, iv vol., pág. 467).

El "tipo peculiar de oratoria" expuesto por ellos era un desafío a un orden religioso establecido (Diccionario de Mitología Clásica, Religión, Literatura y Arte, Oskar Seyffert, Gramercy, Nueva York, 1995, pág. 544-5). Los antiguos archivos revelan la verdadera naturaleza de los presbíteros, y la baja estima en la cual eran tenidos ha sido sutilmente suprimida por los historiadores modernos de la Iglesia.

En la realidad, ellos eran:
“...en su mayoría tipos rústicos que enseñaban extrañas paradojas. Ellos abiertamente declararon que nadie más que los ignorantes estaban encajados a oír sus discursos... nunca aparecían en los círculos de los más sabios y la mejor clase, pero siempre tuvieron cuidado de introducirse entre los ignorantes e incultos, paseandose entre ellos para hacer trucos en ferias y mercados... ellos metían sus delgados libros con la grasa de viejas fábulas... y todavía menos era lo que entendían... y ellos escribían estupideces detrás de velos…y todavía lo están haciendo, nunca terminan".

(Contra Celsum [" Contra Celsus "], Origen de Alejandría, c. 251, Bk I, pág. lxvii, pág., Bk III, pág.l xliv, passim)

Se habían desarrollado grupos de presbíteros "muchos Dioses y muchos señores" (1 Cor. 8:5) y existían numerosas sectas religiosas, cada una con doctrinas que diferían (Gal. 1:6). Estos grupos de Presbíteros estaban en desacuerdo acerca de de los atributos de sus varios Dioses y "un altar era puesto en contra de otro altar", compitiendo por la audiencia (Optatus de Milevis, 1:15, 19, principios del siglo IV). Desde punto de vista de Constantino, había varias facciones que necesitaba satisfacer, y él comenzó a desarrollar una religión que las abarcara a todas, durante un período de irreverente confusión. En una edad de espesa ignorancia, nueve décimas partes de los pueblos de Europa eran iletrados, por lo que los grupos religiosos estabilizadores eran solo uno de los problemas de Constantino.

La suave generalización que tantos historiadores están satisfechos de repetir, que Constantino "abrazó la religión cristiana", y como consecuencia, garantizó la “tolerancia oficial" Esto es “contrario a los hechos históricos” y debe ser borrada para siempre de nuestra literatura (Enciclopedia católica, Pecci. ed, vol. iii, pág. 299, passim). Simplemente habría que poner que no había religión cristiana en el tiempo de Constantino, y la Iglesia reconoce que el cuento de su "conversión" y “bautismo" es “completamente legendario" (Enciclopedia católica, ed Farley., vol. xiv pp. 370-1).

Constantino "nunca adquirió un conocimiento teológico sólido” y "dependía muchísimo de sus consejeros en cuestiones religiosas” (Enciclopedia católica, Nueva Edición, vol. xii ., pág. 576, passim). Según Eusebio (260-339), Constantino notó que entre las facciones presbiterianas,

"las discordias y desacuerdos se habían vuelto tan serios, que había necesidad de una vigorosa acción para establecer un estado más religioso”, pero él no podría provocar un arreglo entre las facciones rivales de Dioses.

(Vida de Constantino, op. cit., pp. 26-8).

Sus consejeros le advirtieron que las religiones de los presbíteros eran "sin fundamentos” y necesitaban estabilización oficial (ibid.).

Constantino vio en este confuso sistema de dogmas fragmentados, la oportunidad de crear una nueva y combinada religión Estatal, de concepto neutral, y protegerla por ley. Cuando conquistó el Este, en 324, envió a su consejero religioso, español, Osius de Córdoba, a Alejandría con cartas a varios obispos, exhortándolos a hacer las paces entre ellos. La misión falló y Constantino, probablemente, a sugerencia de Osius, emitió un decreto ordenando a todos los presbíteros y a sus subordinados "que monten en asnos, mulas y caballos que pertenecen al público, y viajen a la ciudad de Nicea", en la provincia romana de Bithynia, en Asia Menor.

Les dieron instrucciones que trajeran con ellos los testimonios que ellos peroraban al populacho, "encuadernado en cuero" para protección durante la larga jornada, y rendírselos a Constantino a la llegada en Nicea (Diccionario católico, Addis y Arnold, 1917, "Concilio de Nicea" entrada).

Sus escrituras ascendieron a,"por todas, dos mil doscientos y treinta y un pergaminos y cuentos legendarios de Dioses y salvadores, junto con un registro de las doctrinas peroradas por ellos ",

(La vida de Constantino, op. cit., vol. ii, pág. 73; N&PNF, op. cit., vol. i, pág. 518).

El Primer Concilio de Nicea y los "archivos" perdidos

Así, la primera reunión eclesiástica en la historia fue convocada y es hoy conocida como el Concilio de Nicea. Fue un evento bizarro que proporcionó muchos detalles sobre el pensamiento clerical temprano, y presenta un cuadro muy claro del clima intelectual prevaleciente en ese tiempo. Fue en esta reunión que nació la Cristiandad, y las ramificaciones de las decisiones hechas en ese tiempo son difíciles de calcular.

Aproximadamente cuatro años antes de presidir el Concilio, Constantino había sido iniciado en la orden religiosa del Sol Invictus, uno de los dos cultos lozanos que consideraron el Sol como el uno y sólo Dios Supremo (el otro era el Mithraismo). Él le dijo a Eusebiuo que emplazara la primera de tres sesiones en el solsticio de verano, 21 de junio de 325, debido a su culto del Sol, (Enciclopedia católica, Nueva Edición, vol. i, pág. 792), y fue “sostenida en un pasillo del palacio de Osius” (Historia Eclesiástica, Obispo Louis Dupin, París, 1686, vol. i, pág. 598).

En una cuenta de los procedimientos del cónclave de presbíteros recogida en Nicea, Sabinius, Obispo de Hereclea quien estaba entre la asistencia dijo,

“Exceptuando al mismo Constantino y a Eusebio Pamphilius, ellos eran un grupo de analfabetos, simples criaturas que no entendían nada",

(Los secretos de los Padres cristianos, Obispo J. W. Sergerus, 1685, 1897 reimpresión).

Ésta es otra luminosa confesión de la ignorancia y credulidad no crítica de los tempranos clérigos. El Dr. Richard Watson (1737-1816), un desilusionado historiador cristiano, y el Obispo de una-vez de Llandaff en Gales (1782), se refirieron a ellos como "un grupo de idiotas farfullantes" (Una Disculpa para la Cristiandad, 1776, 1796 reimpresión; también, los Tractos Teológicos, del Dr. Richard Watson, "Sobre la entrada a los Concilios", vol. 2, Londres, 1786, reimpresión revisada 1791).

De su extensa investigación en los concilios de la Iglesia, el Dr. Watson concluyó que,
"el clero en el Concilio de Nicea estaban todos bajo el poder del diablo, y la convención estuvo compuesta de la canallada más baja, patrocinando las más viles abominaciones”
(Una Disculpa para la Cristiandad, op. cit.).

Fue ese cuerpo infantil de hombres quienes fueron responsables del comienzo de una nueva religión y la creación teológica de Jesús Cristo.

La Iglesia admite que elementos vitales de los procedimientos de Nicea están "extrañamente ausente de los canones" (Enciclopedia católica, Farley ed., vol. iii, pág. 160) Veremos brevemente lo que les pasó.

Sin embargo, según registros que han perdurado, Eusebio,"ocupó el primer asiento a la derecha del emperador y dio el abordamiento inaugural en nombre del emperador"

(Enciclopedia católica, Farley ed., vol. v, pp. 619-620).

No había presbíteros británicos en el concilio, pero sí muchos "delegados griegos". Setenta obispos orientales representaron las facciones Asiáticas, y pequeños números llegaron de otras áreas (Historia Eclesiástica, ibid.). Caecilio de Cartago viajó desde África, Paphnuto de Tebas, de Egipto, Nicasio de Dado (Dijon) de Gales, y Donnus de Stridon hizo la jornada desde Pannonia.

Era una asamblea pueril, y con tantos cultos representados, que un total de 318 "entre obispos, sacerdotes, diáconos, subdiáconos, acólitos y exorcistas" se reunieron para debatir y elegir un sistema unificado de creencia, que abarcaba un sólo Dios (Una Disculpa para la Cristiandad, op. cit.). Por este tiempo, un gran surtido de "textos salvajes” (Enciclopedia católica, Nueva Edición, "Evangelio y Evangelios") circulaban entre los presbíteros y ellos apoyaban a una gran variedad de Dioses y Diosas Orientales y Occidentales:

Jove, Júpiter, Saleno, Baal, Thor, Gade, Apolo, Juno, Aries, Tauro, Minerva, Rhets, Mithra, Theo, Fragapatti, Atys, Durga, InDr.a, Neptuno, Vulcan, Kriste, Agni, Croesus, Pelides, Huit, Hermes, Thulis, Thammus, Eguptus, Iao, Aph, Saturno, Gitchens, Minos, Maximo, Hecla y Phernes

(El Libro de Dios de Eskra, anon., ch. xlviii, párrafo 36).

Hasta el Primer Concilio de Nicea, la aristocracia romana le rendía culto principalmente a dos Dioses griegos, - Apolo y Zeus - pero el gran volumen de gente común idolatraba a Julius César o Mithras (la versión romanizada de la deidad Pérsica, Mithra). César fue deificado por el Senado romano después de su muerte (15 de marzo de 44 A.C.) y como consecuencia lo veneraban como "el Divino Julio". La palabra "Salvador" se fijó a su nombre, siendo su significado literal "aquel que siembra la semilla", es decir, él era un Dios fálico.
Julius Caesar fue venerado como, "Dios hecho manifiesto y Salvador universal de la vida humana”, y su sucesor Augusto fue llamado el "Dios ancestral y Salvador de toda la raza humana” (El hombre y sus Dioses, Homer Smith, Little Brown & Cía., Boston, 1952).

El emperador Nerón (54-68) cuyo nombre original era Lucius Domitius Ahenobarbus (37-68), fue inmortalizado como el "Salvador de la humanidad " (ibid.). El Divino Julio, como el Salvador romano y " Padre del Imperio", fue considerado “Dios" entre el vulgo romano por más de 300 años. Él era la deidad en algunos textos de presbíteros Occidentales, pero fue reconocido en las escrituras Orientales.

La intención de Constantino en Nicea era crear un completo y enteramente nuevo Dios para su imperio, que uniría todas las facciones religiosas bajo una sola deidad. Se les pidió a los Presbíteros debatir y decidir quién sería su nuevo Dios. Delegados discutían entre ellos, expresando motivos personales para incluir escrituras particulares que promovían los rasgos más finos de su propia y especial deidad.

A lo largo de la reunión, las aulladoras facciones se sumergieron en acalorados debates, y los nombres de 53 Dioses fueron puestos sobre la mesa para discusión.

"Como todavía, ningún Dios había sido seleccionado por el concilio, por lo que ellos votaron para determinar esa materia... Durante un año y cinco meses duró el sorteo..."
(El Libro de Dios de Eskra, traducción del Prof. S. L. MacGuire, Salisbury, 1922, capítulo xlviii, párrafos 36, 41).

Al final de ese tiempo, Constantino regresó a la reunión para descubrir que los presbíteros no habían estado de acuerdo en una nueva deidad sino que habían resumido su lista a cinco prospectos:

César

Krishna

Mithra

Horus

Zeus
(Historia Ecclesiastica, Eusebius, c. 325).

Constantino era el espíritu gobernante en Nicea, y él, finalmente, eligió un nuevo Dios para ellos. Para involucrar a las facciones británicas, él decidió que el nombre del gran Dios de los Druidas, Hesus, fuera unido con el Dios-Salvador Oriental, Krishna (Krishna es Sánscrito para Cristo), y así Hesus Krishna sería el nombre oficial del nuevo Dios romano.

Fue tomado un voto, y era la de la mayoría de manos levantadas (161 votos a 157) para que ambas divinidades se volvieran un Dios. Siguiendo la antigua costumbre pagana, Constantino usó la reunión oficial y el decreto de apoteosis romano para deificar legalmente a dos deidades como una sola, y lo hizo por medio del consentimiento democrático. Un nuevo Dios fue proclamado y "oficialmente" ratificado por Constantino (Acta Concilii Nicaeni, 1618). Ese acto completamente político de deificación puso a Hesus y Krishna eficaz y legalmente entre los Dioses romanos, como un compuesto individual.

Esa abstracción prestó la existencia Terrenal a las doctrinas amalgamadas para la nueva religión del Imperio; y porque no había ninguna letra "J" en los alfabetos hasta alrededor del siglo nueve, el nombre subsecuentemente evolucionó a "Jesús Cristo".

Cómo fueron creados los Evangelios

Constantino, entonces, instruyó a Eusebio a que organizara la recopilación de una colección uniforme de nuevas escrituras, desarrollada de los principales aspectos de los textos religiosos sometidos al concilio.
Sus instrucciones fueron: "Investiga estos libros, y cualquier cosa buena en ellos, retenla; pero lo que fuese malo, lánzalo lejos. Lo que sea bueno en un libro, únelo con lo que sea bueno en otro libro. Y lo que fuese que sea reunido, será llamado El Libro de Libros. Y será la doctrina de mi pueblo, que yo recomendaré hacia todas las naciones, que no habrá ninguna guerra más por causa de las religiones”.

(El Libro de Dios de Eskra, op. cit. Capítulo xlviii, párrafos 31)

"Hágales que se asombren", dijo Constantino; y "los libros fueron escritos de acuerdo a esto."
(La vida de Constantino, iv vol., el pp. 36-39).
Eusebio amalgamó los "cuentos legendarios de todas las doctrinas religiosas del mundo juntos como unidad", usando los mitos estándares del Dios de los manuscritos de los presbíteros' como ejemplares.

Uniendo las historias "sobrenaturales" del Dios Mithra y Krishna con las creencias británicas de Caldea, eficazmente unieron las oraciones de los presbíteros Orientales y Occidentales "para formar una nueva creencia universal”. Constantino creyó que la colección amalgamada de mitos uniría las variantes y opuestas facciones religiosas bajo una sola historia representativa.

Eusebio hizo los arreglos para que los escribas produjeran,

"cincuenta suntuosas copias... a ser escritas en pergaminos, de una manera legible, y en una forma portátil conveniente, por escribas profesionales completamente consumados en su arte."
(ibid.).
“Estas órdenes, "dijo Eusebi, "fueron seguidas por la ejecución inmediata del mismo trabajo... nosotros le enviamos [a Constantino] volúmenes magnífica y detalladamente elaborados y encuadernados, en forma de tres-y de cuatro pliegues."

(La vida de Constantino, el iv del vol., pág. 36).

Ellos eran los "Nuevos Testimonios", y ésta es la primera mención (c. 331) del Nuevo Testamento en el registro histórico.

Con sus instrucciones cumplidas, Constantino decretó, entonces, que los Nuevos Testimonios serían llamados la "palabra del Dios Salvador romano” (Vida de Constantino, vol. iii , pág. 29) y oficial para todos los presbíteros que predicaban en el Imperio romano. Luego ordenó que todos los manuscritos más tempranos de los presbíteros, y los registros del concilio fueran “quemados”, y fue declarado que “cualquier hombre que fuera encontrado ocultando escrituras debía ser herido en sus hombros" (decapitado) (ibid.). Como lo muestran los registros, las escrituras de los presbíteros anteriores al Concilio de Nicea ya no existían, salvo por algunos fragmentos que han sobrevivido.

Algunos archivos del concilio también sobrevivieron, y suministran alarmantes ramificaciones para la Iglesia. Algunos antiguos documentos dicen que el Primer Concilio de Nicea terminó a mediados de noviembre del año 326, mientras otros dicen que la lucha para establecer un Dios fue tan feroz que se extendió "durante cuatro años y siete meses" desde su principio, en junio de 325 (los Secretos de los Padres cristianos, op. cit.). Sin tener en cuenta cuando terminó, el salvajismo y violencia que abarcó, fue disimulado bajo el rimbombante título "Gran y Santo Sínodo", asignado a la asamblea por la Iglesia en el siglo 18.

Sin embargo, clérigos más tempranos, expresaron una opinión diferente.

El Segundo Concilio de Nicea en 786-87 denunció al Primer Concilio de Nicea como,

"un sínodo de necios y locos" y buscó anular las "decisiones pasadas por hombres con cerebros emproblemados"
(Historia de la Iglesia cristiana, H. H. Milman, DD, 1871).

Si uno escoge leer los registros del Segundo Concilio de Nicea y nota las referencias a "obispos miedosos" la "soldiery" (soldadesca?) necesitaba “sofocar los procedimientos", las "declaraciones de los necios y locos" son ciertamente un ejemplo de la olla que ahuma y ennegrece la estufa.
Constantino murió en 337 y el crecimiento de las muchas ahora llamadas creencias paganas hacia un nuevo sistema religioso atrajo a muchos convertidos. Escritores más tarde, de la Iglesia, lo hicieron "el gran campeón de la Cristiandad" a la cual él dio "estatus legal como religión del Imperio romano”. (enciclopedia del Imperio romano, Matthew Bunson, Hechos en el Archivo, Nueva York, 1994, pág. 86).

Los registros históricos revelan que esto es incorrecto, ya que fue puro “interés egoísta” lo que lo llevó a "crear la Cristiandad" (Un Diccionario Clásico más Pequeño, la J. M. Dent, Londres, 1910, pág. 161). Aún no fue llamada "Cristiandad" hasta el siglo 15 (Cómo Murió el Gran Pan, Profesor Edmond S. Bordeaux [el archivista del Vaticano], Meditaciones Mille, EE.UU., MCMLXVIII, pp. 45-7).

Durante los siglos resultantes, los Nuevos Testimonios de Constantino fueron extendidos, se les agregaron “interpolaciones" y se les incluyeron otras escrituras (Enciclopedia católica, edición Farley., vol. vi, pp. 135-137; también, Pecci ed., vol. ii, p. 121-122). Por ejemplo, en 397, Juan "boca dorada” Chrisostoma reestructuró las escrituras de Apolonio de Tyana, una saga errante del primer siglo, y los hizo parte de los Nuevos Testimonios (Secretos de los Padres cristianos, op. cit.).

El nombre latinizado para Apollonio es Paulus (Diccionario latino-inglés, J. T. White y J. E. Riddle, Ginn & Heath, Boston, 1880), y la Iglesia hoy llama a esas escrituras las Epístolas de Pablo. El sirviente personal de Apolonio, Damis, un escriba Asirio, es Demis en el Nuevo Testamento (2 Tim. 4:10).

La jerarquía de la Iglesia sabe la verdad sobre el origen de sus Epístolas, puesto que el Cardenal Bembo (d. 1547), secretario del Papa Leo X (d. 1521), aconsejó a su socio, el Cardenal Sadoleto, hacer caso omiso de ellos, diciendo,

"guarde estas insignificancias, por tales absurdidades no se volverá un hombre de dignidad; ellas fueron introducidas más tarde, en la escena, por una furtiva voz del cielo"

(Cardenal Bembo: Sus Cartas y Comentarios sobre el Papa Leo X, .A. L. Collins, Londres, 1842 reimpresión).

La Iglesia admite que las Epístolas de Pablo son falsificaciones, diciendo,

"Incluso las genuinas Epístolas fueron grandemente interpoladas para dar peso a los puntos de vista personales de sus autores".

(Enciclopedia católica, Farleyed., vol. vii, pág. 645).

Igualmente, San Jerónimo (d. 420) declaró que también los Hechos de los Apóstoles, el quinto libro del Nuevo Testamento, fue también "falsamente escrito”, (" Las Cartas de Jerónimo", Biblioteca de los Padres, Movimiento de Oxford, 1833-45, vol. v, pág. 445).

El chocante descubrimiento de una antigua Biblia

El Nuevo Testamento evolucionó, como consecuencia, a ser una empalagosa pieza de propaganda del sacerdocio, y la Iglesia afirmaba que registró la intervención de un Jesús Cristo divino en los asuntos Terrenales. Sin embargo, un espectacular descubrimiento, en un remoto monasterio egipcio, reveló al mundo la magnitud de falsificaciones más tardías de los textos cristianos, siendo éstos sólo una "recopilación de cuentos legendarios” (Encyclopédie, Diderot, 1759).

El 4 de enero de 1859 fueron descubiertas 346 hojas de un antiguo códice, en el cuarto de hornos del monasterio de Santa Catalina en el Monte Sinaí, y su contenido envió ondas de choque a través de todo el mundo cristiano. Junto con otros antiguos códices, estaban programados a ser quemados en los hornos para mantener el moderado calor invernal para los habitantes del monasterio. Escritos en griego, en piel de asno, llevaba ambos, el Antiguo y el Nuevo Testamento, y más tarde en el tiempo, los arqueólogos fecharon su composición alrededor del año 380.

Fue descubierto por Dr. Constantin von Tischendorf (1815-1874), un brillante y piadoso estudioso bíblico alemán, y él lo llamó el Sinaíticus, la Biblia del Sinaí. Tischendorf era profesor de teología, y consagró su vida entera al estudio de los orígenes del Nuevo Testamento, y su deseo de leer todos los antiguos textos cristianos, lo llevó en la larga jornada, en un viaje montado en camello al Monasterio de Santa Catalina.

Durante su vida, Tischendorf tuvo acceso a otras antiguas Biblias que eran indisponibles para el público, como la Biblia de Alejandría (o Alexandrinus), que se cree es la segunda Biblia más antigua del mundo. Fue llamada así porque en 1627 se llevó de Alejandría a Bretaña como regalo para el Rey Charles I (1600-49). Hoy se exhibe junto a la Biblia conocida más antigua del mundo, el Sinaíticus, en la Biblioteca británica en Londres. Durante su investigación, Tischendorf tuvo acceso al Vaticanus, la Biblia Vaticana, que se cree es la tercera más antigua en el mundo y data desde mitades del siglo VI (Las Varias Versiones de la Biblia, por el Dr.Constantin von Tischendorf, 1874, disponible en la Biblioteca británica).

Fue guardada bajo llave aparte, en la biblioteca interna del Vaticano. Tischendorf preguntó si él podría extraer notas manuscritas, pero su petición fue rechazada. Sin embargo, cuando su guardia tomó descansos para refrescarse, Tischendorf escribió narrativas comparativas en la palma de su mano y a veces en sus uñas (Nuestros Evangelios "Son Genuinos o No? ", Disertación del Dr. Constantin von Tischendorf, 1869, disponible en la Biblioteca británica).

Hoy, hay varias otras Biblias escritas en varios idiomas durante los siglos V y VI, siendo ejemplos la Syriacus, la Cantabrigiensis (Bezae), la Sarravianus y la Marchalianus.

Un temblor de aprehensión se hizo eco a través de la Cristiandad en el último cuarto del siglo 19, cuando se publicaron versiones de la Biblia de Sinaí en el idioma inglés. Grabado dentro de estas páginas hay información que disputa la demanda de historicidad de la Cristiandad. A los cristianos se les suministró irrefutable evidencia de voluntariosas falsificaciones en todos los modernos Nuevo Testamentos. Tan diferente era el Nuevo Testamento de la Biblia de Sinaí de versiones que se publicaron entonces, que la Iglesia muy molesta anuló la dramática nueva evidencia que desafiaba su misma existencia.

En una serie de artículos publicados en la Revista Trimestral de Londres en 1883, John W. Burgon, Dean de Chichester, uso todos los dispositivos retóricos a su disposición para atacar la historia más temprana y contraria de Jesús Cristo, de la Biblia de Sinaítica, diciendo que,"...sin una partícula de vacilación, la Biblia Sinaítica es escandalosamente corrupta... exhibiendo los textos más vergonzosamente mutilados que se pueden encontrar alguna vez; se han vuelto, por el proceso que fuese, depositarios de la cantidad más grande de lecturas fabricadas, antiguas equivocaciones y perversiones intencionales de la verdad, que son descubribles en cualquier copia conocida de la palabra de Dios ".

Las preocupaciones de Dean Burgon reflejan aspectos contrarios de historias del Evangelio entonces actuales, habiendo evolucionado ahora a un nuevo guión a través de siglos, para manosear con la fabricación de un documento que de por sí no es histórico.

Revelaciones de pruebas con luz ultravioleta

En 1933, el Museo británico en Londres compró la Biblia de Sinaí del gobierno soviético por £100,000 de lo cual £65,000 fue donado por medio de suscripción pública. Antes de la adquisición, esta Biblia fue exhibida en la Biblioteca Imperial en San Petersburgo, Rusia, y "pocos estudiosos habían puesto los ojos en ella" (El Diario Telégrafo y Diario de la Mañana, el 11 de enero de 1938, pág. 3). Cuando fue a exhibición en 1933 como "la Biblia más antigua del mundo”, se volvió el centro de peregrinación sin igual en toda la historia del Museo británico.

Antes de que resuma sus conflictos, debe notarse que este antiguo códice no es por ningún medio una guía fiable para estudiar el Nuevo Testamento, ya que contiene superabundantes errores y serias re-ediciones. Estas anomalías fueron expuestas como resultado de los meses de pruebas con luz ultravioleta, llevados a cabo en el Museo británico a mediados de los 1930s. Los resultados revelaron reemplazos de numerosos pasajes de por lo menos nueve diferentes editores.

Fotografías tomadas durante las pruebas revelaron que pigmentos de tinta habían sido retenidos en lo profundo de los poros de la piel. Las palabras originales eran legibles bajo luz ultravioleta. Alguien que desee leer los resultados de las pruebas, deben referirse al libro escrito por los investigadores que hicieron el análisis: los Guardianes de la Sección de Manuscritos en el Museo británico (Escribas y Correctores del Códice Sinaítico, H. J. M. Milne y T. C. Skeat, Museo británico, Londres, 1938).

Falsificación en los Evangelios

Cuando el Nuevo Testamento en la Biblia de Sinaí es comparado con un Nuevo Testamento de nuestros días modernos, unas 14,800 alteraciones editoriales pueden ser identificadas. Estas enmendaduras pueden ser reconocidas por un simple ejercicio comparativo que cualquiera puede y debe hacer. Los estudios serios de los orígenes cristianos deben emanar de la versión de la Biblia de Sinaí del Nuevo Testamento, no de las ediciones modernas.

Es de mucha importancia el hecho que la Biblia Sinaítica lleva tres Evangelios que fueron rechazados:

el Pastor de Hermas (escrito por dos fantasmas resucitados, Charinus y Lenthius)

la Misiva de Barnabás

las Odas de Salomón

El espacio excluye la elaboración en estas extrañas escrituras y también discusiones en dilemas asociados con las variaciones de traducción.

Las Biblias modernas son cambios en la traducción de las ediciones tempranas, y las disputas arrasan entre traductores sobre las variantes interpretaciones de más de 5,000 palabras antiguas. Sin embargo, es lo que no está escrito en esa antigua Biblia lo que avergüenza a la Iglesia, y este artículo discute sólo algunas de esas omisiones.

Un brillante ejemplo es sutilmente revelado en la Enciclopedia Bíblica (Adán & el Charles Black, Londres, 1899, vol. iii, pág. 3344), donde la Iglesia divulga su conocimiento acerca de las exclusiones en las antiguas Biblias, diciendo:

"El comentario ha sido hecho hace tiempo y a menudo que, incluso como Pablo, aun los Evangelios más tempranos no conocieron nada sobre el milagroso nacimiento de nuestro Salvador".

Eso es porque nunca hubo un nacimiento de una virgen.

Es muy aparente que cuando Eusebio congregó a los escribas a escribir los Nuevos Testimonios, él primero produjo un solo documento que proporcionó un ejemplar o versión maestra. Hoy es llamado el Evangelio de Marcos, y la Iglesia admite que fue "el primer Evangelio escrito" (Enciclopedia católica, ed Farley., vol. vi, pág. 657), aunque aparece de segundo en el Nuevo Testamento de hoy. Los escribas de los Evangelios de Mateo y Lucas eran dependientes en las escrituras de Marcos, que escribe como la fuente y armazón para la recopilación de sus trabajos. El Evangelio de Juan es independiente de esas escrituras, y la teoría de finales del siglo 15, es que fue escrita más tarde, para apoyar las escrituras más tempranas, es la verdad (La Crucifixión de la Verdad, Tony Bushby, Joshua Books, 2004, pp. 33-40).

Así, el Evangelio de Marcos, en la Biblia de Sinaí, lleva la "primera" historia de Jesús Cristo en la historia, una completamente diferente a lo que está en las Biblias modernas. Empieza con Jesús "como a la edad de treinta años" (Marcos 1:9), y no sabe de María, un nacimiento de una virgen o asesinatos en masa de bebés varones por parte de Herodes. Palabras que describen a Jesús Cristo como "el hijo de Dios", no aparecen en la narrativa de apertura, como lo hacen en las ediciones de hoy (Marcos 1:1), y el árbol genealógico moderno que rastrea un "linaje" mesiánico hasta atrás, al Rey David, es inexistente en todas las Biblias antiguas, como lo son las ahora llamadas “profecías mesiánicas” (51 en el total).

La Biblia de Sinaí lleva una versión contradictoria de eventos que rodean la "resucitación de Lázaro", y revela una extraordinaria omisión, que más tarde se volvió la doctrina central de la fe cristiana: las apariciones de la resurrección de Jesús Cristo y su ascensión al Cielo. Ninguna aparición sobrenatural de un Jesús Cristo resucitado está grabado en ningún antiguo Evangelio de Marcos, sino una descripción de más de 500 palabras ahora aparece en las Biblias modernas (Marcos 16:9-20).

A pesar de una multitud de auto-justificaciones muy prolongadas por los apologistas de la Iglesia, no hay ninguna unanimidad de opinión cristiana respecto a la no-existencia de apariciones de “resurrección" en las cuentas de los antiguos Evangelios de la historia. Esas narrativas, no solo faltan en la Biblia de Sinaí, sino que están ausentes en la Biblia de Alejandría, en la Biblia Vaticana, la Biblia de Bezae y en un antiguo manuscrito latino de Marcos, llamado el código “K" por los analistas. Está faltándoles también en la versión Armenia más antigua del Nuevo Testamento, en los manuscritos del siglo VI de la versión Etíope y en las Biblias anglosajonas del siglo nueve. Sin embargo, algunos Evangelios del siglo 12 tienen versos ahora-conocidos de la resurrección dentro de marcas de asterisco usadas por escribas para indicar los pasajes espurios en un documento literario.

La Iglesia afirma que “la resurrección es el argumento fundamental para nuestra creencia cristiana” (Enciclopedia católica, ed de Farley., vol. xii, pág. 792), sin embargo, ninguna aparición sobrenatural de un Jesús Cristo resucitado está registrado en ninguno de los Evangelios más tempranos, disponibles de Marcos. Una resurrección y ascensión de Jesús Cristo son el non de qua de seno ("sin eso, nada") de la Cristiandad (Enciclopedia católica, ed de Farley., vol. xii, pág. 792), confirmado por palabras atribuidas a Pablo:

"Si Cristo no fue resucitado, tu fe es en vano "

(1 Cor. 5:17).

Los versos de resurrección en los Evangelios de hoy de Marcos, son universalmente reconocidos como falsificaciones y la Iglesia está de acuerdo, diciendo,

"la conclusión de Marcos es reconocidamente no genuina... casi la sección entera es una recopilación más tardía”
(enciclopedia Bíblica, vol. ii , pág. 1880, vol iii , pp,. 1767, 1781; también, Enciclopedia católica, vol. iii, bajo el encabezado "La Evidencia de su Espurio"; Enciclopedia católica, ed. de Farley., vol. iii,l pp. 274-9 bajo encabezado "Cánones ").

Intrépidamente, sin embargo, la Iglesia aceptó la falsificación dentro de su dogma y la convirtió en la base de la Cristiandad.

La tendencia de narrativas ficticias sobre la resurrección continúa. El último capítulo del Evangelio de Juan (21) es una falsificación del siglo VI, una completamente consagrada a describir la resurrección de Jesús' a sus discípulos.

La Iglesia admite:

"La sola conclusión que puede deducirse de esto es que el capítulo 21 fue agregado después, y por consiguiente, será considerado como un apéndice al Evangelio"

(Enciclopedia católica, ed de Farley., vol. viii, pp. 441-442; Nueva Enciclopedia católica (NEC), "Evangelio de Juan", pág. 1080; también NEC, vol. xii, pág. 407).

“La Gran Inserción " y " La Gran Omisión "

Las versiones modernas del Evangelio de Lucas tienen unas 10,000 palabras más que el mismo Evangelio en la Biblia de Sinaí. Seis de esas palabras dicen de Jesús “y fue llevado hacia el cielo", pero esta narrativa no aparece en ninguno de los Evangelios más antiguos, disponibles hoy, de Lucas ("Tres Modificaciones Doctrinales Tempranas del Texto de los Evangelios" [Three Early Doctrinal Modifications of the Text of the Gospels], F. C. Conybeare, El Periódico Hibbert, de Londres, Vol. 1, No. 1, Oct 1902, p. 96-113). Las versiones antiguas no verifican cuentas de los días modernos, de una ascensión de Jesús Cristo, y esta falsificación indica una intención claramente de engaño.

Hoy, el Evangelio de Lucas es el más largo de los Evangelios canónicos, porque ahora incluye "La Gran Inserción", una extraordinaria adición del siglo XV, totalizando a alrededor de 8,500 palabras (Lucas 9:51-18:14). La inserción de estas falsificaciones en ese Evangelio desconcierta a los analistas cristianos modernos, y de ellas, la Iglesia dijo:

"El carácter de estos pasajes hacen peligroso dibujar inferencias "

(Enciclopedia católica, Ed de Pecci., Vol. ii, pág. 407).

Así de notable, los Evangelios más antiguos de Lucas omiten todos los versos de 6:45 a 8:26, conocidos en los círculos de sacerdocio como "La Gran Omisión", un total de 1,547 palabras. En las versiones de hoy, ese agujero ha sido “tapado” con pasajes plagiados de otros Evangelios. El Dr. Tischendorf encontró que tres párrafos en las más nuevas versiones del Evangelio de Lucas, de la Última Cena, aparecidas en el siglo 15, pero la Iglesia todavía pasa sus Evangelios como la pura "palabra de Dios" (“¿Son Genuinos Nuestros Evangelios o No "?, op. cit.)

El "Índice del Expurgatorio”

Como era el caso con el Nuevo Testamento, también habían escrituras perjudiciales de tempranos “Padres de la Iglesia", modificadas en siglos de copiarse, y muchos de sus registros fueron intencionadamente vueltos a escribir suprimidos.

Adoptando los decretos del Concilio de Trento (1545-63), la Iglesia subsecuentemente extendió el proceso de borrar y ordenó la preparación de una lista especial de información específica a ser suprimida de las escrituras cristianas tempranas (Delineación del Catolicismo romano, Rev. Charles Elliott, DD, G. Lane & P. P. Sandford, Nueva York, 1842, pág. 89; también, Los Censores Vaticanos, Profesor Peter Elmsley, Oxford, pág. 327, fecha de publicación no disponible).

En 1562, el Vaticano estableció una oficina de censura especial llamada Index Expurgatorius. Su propósito era prohibir la publicación de "pasajes erróneos de los tempranos Padres de la Iglesia” que llevaban declaraciones opuestas a las doctrinas de los días modernos.

Cuando los archiveros Vaticanos vinieron por, las copias "genuinas de los Padres", ellos las corrigieron según el "Index Expurgatory” (El Index Expurgatorius Vaticanus, R. Gibbings, el ed., Dublín, 1837; La Política Literaria de la Iglesia de Roma, Joseph Mendham, J. Duncan, Londres, 1830, 2 ed., 1840; Los Censores Vaticanos, el op. el cit., pág. 328).

Este registro de la Iglesia proporciona a los investigadores con, “dudas sobre el valor de todas las escrituras soltadas al público"
(Prensa de Propaganda de Roma, Sir James W. L. Claxton, Libros Whitehaven, Londres, 1942, pág. 182).

Importante para nuestra historia es el hecho de que la Enciclopedia Bíblica revela que alrededor de 1,200 años de historia cristiana es desconocido:

"Desgraciadamente, sólo algunos de los registros [de la Iglesia] anteriores al año 1198 han sido soltados".

No fue por casualidad que, en ese mismo año (1198), el Papa Inocencio III (1198-1216) suprimió todos los archivos de historia de la Iglesia más temprana, estableciendo los Archivos Confidenciales (Enciclopedia católica, ed de Farley. Vol. XV, pág. 287). Unos siete-y-un-medio siglos después, y luego de gastar algunos años en esos registros, el Profesor Edmond S. Bordeaux escribió Cómo Murió el gran Pan.

En un capítulo titulado "Toda la Historia de la Iglesia no es nada más que una Fabricación Retroactiva”, dijo esto (en parte):

"La Iglesia ante-fechó todos sus trabajos tardíos, algunos recientemente hechos, algunos revisados y algunos falsificados que contenían la expresión final de su historia... su técnica era hacer aparecer como que trabajos mucho más tardíos, escritos por escritores de la Iglesia, fueron compuestos un tiempo mucho más antes, para que pudieran volverse evidencia de los primeros, segundos o terceros siglos ".

(Cómo Murió el gran Pan, op. cit., pág. 46)

Los resultados de los descubrimientos del Profesor Bordeaux se apoyan en el hecho que, en 1587, el Papa Sixto V (1585-90) estableció una división oficial de publicación del Vaticano, y dijo en sus propias palabras,

“La historia de la iglesia será ahora establecida... buscaremos imprimir por nuestra propia cuenta "

(Encyclopédie, Diderot, 1759).

Los registros del Vaticano también revelan que Sixto V se pasó 18 meses de su vida como papa, escribiendo personalmente una nueva Biblia y luego introdujo en el Catolicismo una "Nueva Enseñanza" (Enciclopedia católica, ed de Farley, Vol. V, pág. 442, Vol. XV, pág. 376). La evidencia que la Iglesia escribió su propia historia se encuentra en la Encyclopédie de Diderot, y revela la razón por qué el Papa Clemente XIII (1758-69) ordenó la destrucción inmediata de todos los volúmenes después de su publicación en 1759.

Autores de los evangelios expuestos como impostores

Hay algo más involucrado en este escenario y está registrado en la Enciclopedia católica. Una apreciación de la mentalidad clerical surge cuando la misma Iglesia admite que no sabe quién escribió sus Evangelios y Epístolas, confesando que todas las 27 escrituras del Nuevo Testamento comenzaron su vida anónimamente:

"Aparece así, que los presentes títulos de los Evangelios no son identificables hasta los evangelistas mismos... ellos [la colección del Nuevo Testamento] son provistos con títulos que, aunque antiguos, no van tan atrás hasta los respectivos autores de esas escrituras".

(Enciclopedia católica, ed Farley., Vol. VI, pp. 655-6)

La Iglesia mantiene que "los títulos de nuestros Evangelios no fueron pensados para indicar los autores literarios”, agregando que "los títulos... fueron pegados a ellos" (Enciclopedia Católica, ed. Farley., Vol. I, pág. 117, Vol. Vi., pp. 655, 656).


Por consiguiente, no son Evangelios escritos "según Mateo, Marcos, Lucas o Juan", como se ha declarado públicamente. La fuerza completa de esta confesión revela que no hay ningún Evangelio apostólico genuino, y que las escrituras oscuras de la Iglesia hoy acuerpan las bases y pilares de los fundamentos cristianos y la fe.

Las consecuencias son fatales para la pretensión del origen Divino de todo el Nuevo Testamento, y exponen a los textos cristianos a que no tengan autoridad especial. Durante siglos, los Evangelios fabricados tenían la certificación autenticidad de la Iglesia, ahora confesada a ser falsa, y esto proporciona evidencia de que las escrituras cristianas son totalmente falacias.

Después de años de dedicada investigación del Nuevo Testamento, el Dr. Tischendorf expresó consternación a las diferencias entre los Evangelios más antiguos y los más nuevos, y tuvo problemas entendiendo...

“…cómo los escribas se pudieron permitir traer cambios aquí y allá, que no fueron simplemente verbales, sino que tales cambios afectaron el mismo significado y, lo que es aun peor, es que no vacilaron en recortar o insertar un pasaje”.

(Alteraciones a la Biblia de Sinaí, Dr. Consntantin von Tischendorf, 1863, disponible en la Biblioteca británica, Londres)

Después de años de validar la naturaleza fabricada del Nuevo Testamento, un desilusionado Dr. Tischendorf confesó que "las ediciones modernas de hoy en día han sido alteradas en muchos lugares" y “no serán aceptadas como verdaderas" (Cuándo Fueron Escritos Nuestros Evangelios?, Dr.Constantin von Tischendorf, 1865, Biblioteca Británica, Londres).

¿Simplemente que es la Cristiandad?

La pregunta importante, entonces, de hacer es la siguiente: Si el Nuevo Testamento no es histórico, ¿qué es?

El Dr. Tischendorf proporcionó parte de la respuesta, al decir, en sus 15,000 páginas de notas críticas sobre la Biblia de Sinaí que, "parece que el personaje de Jesús Cristo fue hecho narrador para muchas religiones".

Esto explica cómo las narrativas de la antigua épica hindú el Mahabharata, aparezca literalmente en los Evangelios hoy (por ejemplo, Mateo 1:25, 2:11, 8:1-4, 9:1-8, 9:18-26), y por qué los pasajes de los Fenómenos del estadista griego Aratus de Sicyon (271-213 A.C.) están en el Nuevo Testamento.

Los extractos del Himno a Zeus, escrito por el filósofo griego Cleanthes (c. 331-232 A.C.), también se encuentra en los Evangelios, como también 207 palabras del Thais de Menander (c. 343-291), uno de los "siete hombres sabios” de Grecia. Citas del semi-legendario poeta griego Epimenides (7 o 6 siglo A.C.) son puestos en los labios de Jesús Cristo, y siete pasajes de la curiosa Oda de Júpiter (c. 150 A.C.; autor desconocido) están reimpresas en el Nuevo Testamento.

La conclusión de Tischendorf también apoya los descubrimientos del Profesor Bordeaux del Vaticano, que revelan la alegoría de Jesús Cristo, deriva de la fábula de Mithra, el divino hijo de Dios (Ahura Mazda) y Mesías de los primeros reyes del Imperio Persa de alrededor de 400 A.C.. Su nacimiento en una gruta fue asistido por magos que siguieron una estrella del Este. Ellos trajeron "regalos de oro, incienso y mirra" (como en Mateo 2:11) y el bebé recién nacido fue adorado por pastores. Él vino al mundo llevando la capa Mithráica, la cual los papas imitaron en varios diseños hasta bien entrado el siglo 15.

Mithra, uno de una trinidad, estaba de pie en una roca, el emblema de la fundación de su religión, y fue ungido con miel. Después de una última cena con Helios y con otros 11 compañeros, Mithra fue crucificado en una cruz, atado en lino, puesto en una tumba de roca y resucitó al tercer día o alrededor del 25 marzo (luna llena en pleno equinoccio de la primavera, un tiempo llamado Pascua ahora, en honor de la Diosa babilónica Ishtar).



La feroz destrucción del universo era una doctrina importante del Mithraismo - un tiempo en que Mithra prometió regresar personalmente a la Tierra y salvar las almas merecedoras. Los devotos de Mithra compartían en un sagrado banquete de la comunión de pan y vino, una ceremonia que es paralela a la Eucaristía cristiana y precedió la Eucaristía por más de cuatro siglos.

La Cristiandad es una adaptación del: Mithraismo, soldado con principios Druídicos de los Culdeos algunos elementos egipcios (el Libro pre-Cristiano de Revelación fue originalmente llamado Los Misterios de Osiris e Isis). la filosofía griega varios aspectos del Hinduismo

Por qué no hay ningún registro de Jesús Cristo ?

No es posible encontrar ningún legítimo escrito religioso o escrituras históricas compiladas entre el principio del primer siglo y bien entrado el cuarto siglo, de ninguna referencia a Jesús Cristo y los espectaculares eventos que dice la Iglesia que acompañaron su vida.

Esta confirmación viene de Frédéric Farrar (1831-1903) del colegio Trinity, de la Universidad de Cambridge:

"Es asombroso que la historia ni siquiera haya embalsamado para nosotros un dicho cierto o definido, o alguna circunstancia en la vida del Salvador de la humanidad... no hay ninguna declaración en toda la historia que diga que alguien vio a Jesús o habló con él. Nada en la historia es más asombroso que el silencio de los escritores contemporáneos acerca de los eventos relatados en los cuatro Evangelios".

(La Vida de Cristo, Frédéric W. Farrar, Cassell, Londres, 1874)

Esta situación surge de un conflicto entre la historia y las narrativas del Nuevo Testamento. El Dr. Tischendorf hizo este comentario:

"Debemos admitir francamente que no tenemos ninguna fuente de información respecto a la vida de Jesús Cristo más que las escrituras eclesiásticas ensambladas durante el siglo IV".

(Códice Sinaítico, Dr. Constantin von Tischendorf, Biblioteca británica, Londres)

Hay una explicación para esos centenares de años de silencio:

La estructura de la Cristiandad no empezó hasta después del primer trimestre del siglo cuatro, y por eso, el Papa Leo X (d. 1521) llamó a Cristo una "fábula"

(Cardenal Bembo : Sus Cartas..., op. cit.)

La conspiración de la Iglesia Cristiana / adaptaron las escrituras y las enseñanzas que oscurecerían la verdad sobre la realeza de Jesús.

Los primeros líderes de la Iglesia Cristiana adaptaron las escrituras y las enseñanzas que oscurecerían la verdad sobre la realeza de Jesús. 

[Bloodline of the Holy Grail - La Herencia del Santo Grial]. 

LAURENCE GARDNER, 

El libro surgió por accidente, no por diseño. Sucedió en virtud del hecho de que por los últimos diez años, el historiador designado y genealogista soberano de 33 familias reales. Sucedió porque por esos tiempos documentaba evidencia sobre la historia de esas familias reales, de sus vástagos nobles y de los archivos caballerescos de esas nobles y soberanas familias.

Lo que se hacía era compilar relatos cronológicos escritos de asuntos de los cuales estas familias conocían la sustancia pero no necesariamente sabían los detalles. Esa es la razón por la que, en Gran Bretaña y Europa, invierto ciertamente mucho menos tiempo en este aspecto bíblico, pues hay mucho de lo que hablar, que en Europa se lo toma textualmente. Cuando salió el libro, nunca fue secreto alguno para la mayoría de aquellas familias, que Jesús se casó y que tenía herederos, porque así fue escrito en muchísimos archivos de familia, no necesariamente en forma privada sino en los de dominio público. Los documentos publicados de Maria, reina de los Escoceses, hablan de ello extensamente. Los documentos de James II de Inglaterra, quien no fue depuesto sino hasta el año 1.688, lo mencionan abundantemente.

Al reunir los detalles de esta historia, generación por generación, estábamos realmente compilando algo para la posteridad que, hasta ese punto en que comencé el trabajo, estaba encerrado en cajas y armarios, y de hecho, me encontré en situaciones en las que me topaba con algún material y decía, “mira, éste dice, “abierto por última vez en 1.732”. Así pues, documentación antiquísima, no sólo no abierta desde los años 1.700, sino realmente documentada y escrita centenares de años antes de eso.

El libro salió por accidente. Durante un tiempo - probablemente, mirando ahora atrás, hace diez o doce años - comisiones independientes de las diversas familias, trabajando sobre estas genealogías. Lo que sucedió fue que comenzaron a converger. Se tornó muy evidente - y tomó un buen tiempo, porque las genealogías tienen que ser hechas y construidas hacia atrás, pero lo que sucedió fue que un triángulo, con una base muy grande de numerosas líneas familiares, nos halaba hacia un punto.

De pronto cuál era ese punto, “Cielos, ¿se dan cuenta ustedes de lo que he encontrado aquí?” y me dijeron, “Ah, conoce al padre, y tal y tal? ”; y dije, “no, no, no; Estoy descubriendo realmente que esto proviene de la casa de Judah en el siglo primero”; y me dijeron, “Oh sí, sabemos todo eso; lo que deseábamos era que usted hiciera…”; y dije, “bien, hay millones de gente allá afuera quiénes no saben nada al respecto, así que demos vuelta a este triángulo y convirtámoslo en un libro!”. Así fue cómo surgió el libro.

Encima de eso, en los últimos seis años he sido Gran Prior de la Sagrada Casta de Santa Columba en Gran Bretaña, sede eclesiástica real de la Iglesia Céltica. De modo que, también tenía acceso a los expedientes de la Iglesia Céltica que databan del año 37 D.C. Debido a mi apego a las familias y a las órdenes caballerescas, también tenía acceso a los documentos Templarios, los mismos que llevaron los caballeros Templarios a Europa en el año 1.128 y con los cuales confrontaron al estamento de la Iglesia, arremetiendo contra sus bases, puesto que éstos eran los documentos que hablaban sobre linajes y genealogías, y son con los que trataremos aquí.

Así es que esta noche vamos a emprender una búsqueda consagrada. Algunos la han llamado la búsqueda máxima. La Iglesia Cristiana la ha condenado como herejía, y es, por supuesto, la búsqueda del Santo Grial.

En todos los diccionarios, una herejía se describe como “una opinión que es contraria al dogma ortodoxo de los obispos Cristianos”, y, al respeto, esas otras búsquedas que abarcan mucho de la investigación científica y médica de hoy día, son igualmente heréticas. La palabra “herejía” no es, esencialmente, nada más que una etiqueta despectiva, una etiqueta usada por un temeroso estamento eclesiástico que ha intentado por mucho tiempo mantener el control de la sociedad mediante el miedo a lo desconocido. Una herejía puede por lo tanto, definir esos aspectos de la filosofía y la investigación, que indagan en los reinos de lo desconocido, los que de vez en cuando proporcionan las respuestas y soluciones que son absolutamente contrarias a la doctrina de la Iglesia.

Las búsquedas son por su misma naturaleza cautivadoras; la historia y la investigación histórica son iluminadoras; pero los descubrimientos de ninguna de ellas tienen ninguna utilidad en absoluto, a menos que tengan aplicaciones en el presente, las cuales, así como la ciencia y la medicina, pueden sembrar las semillas de un futuro mejor.

Generalmente la historia no es más que las experiencias registradas, la experiencia de los ganadores. Tiene sentido aprender de la experiencia del ayer. Es ésa misma experiencia la que encierra las claves morales, culturales, políticas y sociales del mañana, y es en este contexto que el Santo Grial apoya, aquello a lo que llamamos “el código Mesiánico”. Éste es el código de la práctica social instituido por Jesús, cuando él lavó los pies de sus apóstoles en la última cena. Es inherente al servicio de dar y recibir; determinando que aquellos en posiciones de autoridad electa e influencia, deben siempre cuidar sus deberes como representantes de la sociedad, obligándose a servirla y no a presumir su de autoridad sobre ella, esa es la clave esencial de un gobierno democrático. Esto se define como el gobierno por el pueblo y para el pueblo. Sin la puesta en práctica del código del Grial, sólo experimentaremos un gobierno familiar de la gente, eso no es un gobierno democrático.

Ahora, en el curso de nuestro viaje discutiremos muchos artículos que son profundamente familiares, pero los veremos desde una perspectiva distinta a la normal. Al respecto, a menudo parecerá que estamos pisando tierra nueva, pero de hecho fue sólo la tierra que existió antes de ser alfombrada y recubierta por aquellos con intereses contrarios. Solamente enrollando ésta alfombra del ocultamiento conveniente, podemos tener éxito en nuestra búsqueda del Santo Grial. Así, nuestra búsqueda comenzará en la tierra santa de Judea en la época de Jesús, y allí pasaremos un buen rato. No me moveré de esa era hasta que terminemos, porque requerirá todo ese tiempo para fijar la escena emergente para los próximos 2.000 años de historia. 

Luego viajaremos por las edades oscuras, para pasar un tiempo en la Europa medieval. Luego el misterio del Grial será seguido por el Rey Arturo de Gran Bretaña y, eventualmente, en su momento, a los Estados Unidos de América, donde los padres americanos se encontraban entre los más grandes exponentes del código del Grial. Eminentes americanos tales como George Washington, John Adams, Benjamin Franklin, Charles Thompson y Thomas Jefferson, fueron tan campeones del Santo Grial como lo fue el Rey Arturo, Sir Lancelot y Galahad.

La herencia del Santo Grial, el libro, se ha descrito como “el libro del linaje mesiánico”. Así es como lo denominó un entrevistador de radio y es una descripción conveniente, porque el libro lleva el subtítulo: el linaje oculto de Jesús revelado. Esto por supuesto indica que Jesús tuvo hijos e implícitamente, que se casó. Entonces ¿Estuvo casado? ¿Tuvo hijos Jesús? ¿Si es así, sabremos qué pasó con ellos? ¿Existen descendientes vivos hoy en día? La respuesta a cada una de estas preguntas es sí. Veremos a la familia que surge hasta un cierto detalle. Seguiremos la historia, su historia, siglo por siglo; la historia de una dinastía real determinada, los descendientes herederos de Jesús que lucharon contra todas las dificultades a través de los siglos para preservar el código real Mesiánico hasta la fecha.

La historia de ésta noche será una conspiración: coronas usurpadas, persecuciones, asesinatos, y el ocultamiento injustificable de la información a la gente del mundo occidental. Es un relato del buen gobierno y del mal gobierno; sobre cómo la monarquía patriarcal de la gente fue suplantada por la tiranía dogmática y el dominio dictatorial de las tierras. Es un viaje que obliga al descubrimiento, una visión de los tiempos pasados, pero firmemente de cara al futuro. Ésta es la historia tal como fue una vez escrita pero nunca contada.

Comencemos con las más obvia de todas las preguntas. ¿Cuál es el Santo Grial? ¿Cómo está conectado con los herederos descendientes de Jesús? El hecho de que Jesús tuviera descendientes puede tomar por sorpresa a algunos, pero era ampliamente conocido en Gran Bretaña y Europa hasta finales de la edad media, apenas hace algunos cientos de años.

En época medieval, la línea de los descendientes mesiánicos se definía por la palabra francesa Sangréal. Esta derivaba de las dos palabras, Sang Réal, que significaba “sangre real”. Ésta era la sangre real de Judá, la majestuosa línea de David que progresó a través de Jesús y sus descendientes. En la traducción inglesa, la definición Sangréal, se convirtió en “San Gréal”, como en “San” Francisco. A medida que más se escribía más se utilizaba “San Grail”; y por un proceso lingüístico natural, se convirtió en un término familiar más romántico, “Santo Grial ”.

Desde la edad media, había una cantidad de órdenes de caballerías y órdenes militares relacionadas específicamente con la sangre Mesiánica real en Gran Bretaña y Europa. Estas incluyeron la orden del reino de Sion, la orden del Sagrado Sepulcro; pero la más prestigiosa de todas era la soberana orden del Sangréal –los caballeros del Santo Grial. Ésta era una orden dinástica de la casa real de Stewart en Escocia.

En términos simbólicos, al Grial se le presenta a menudo como un Cáliz que contiene la sangre de Jesús; y alternativamente como vino de uvas. El producto de las uvas es el vino, y es el cáliz y el vino de la tradición del Grial lo que subyace en el corazón mismo de la Comunión, la Misa, la Eucaristía; y este sacramento, el Cáliz sagrado, contiene el vino que representa la sangre eterna de Jesús.

Es bastante evidente que aunque la Iglesia Cristiana mantenga la antigua costumbre de la Comunión, esta ha ignorado y elegido convenientemente no enseñar el significado y origen verdaderos de esa costumbre. Pocos personas incluso, piensan en indagar acerca del simbolismo total del sacramento del Cáliz y del vino, creyendo que simplemente proviene de algún pasaje del Evangelio relacionado a la última cena. Bueno, eso es lo que significa la sangre eterna de Jesús. ¿Cómo se perpetuaba la sangre de Jesús, o la de cualquier persona? Se perpetuaba a través de la familia y el linaje. Entonces ¿por qué las autoridades de la Iglesia eligieron ignorar el significado del linaje del sacramento del Grial? Ellos ocultaron el sacramento. ¿Por qué llegaron tan lejos como para denunciar el conocimiento y el simbolismo del Grial como herético?

El hecho es que cada gobierno y cada Iglesia enseña la forma de historia o de dogma más conducente a sus propios intereses. Al respeto, se nos condiciona a todos a recibir una forma muy selectiva de enseñanza. Se nos enseña lo que se supone debemos saber, y se nos dice lo que se supone debemos creer. Pero en su mayor parte, aprendemos historia política y religiosa mediante la propaganda nacional o clerical, y esto a menudo se convierte en dogma absoluto, enseñanzas que no se pueden desafiar por temor a las represalias.

Con respecto a la actitud de la Iglesia hacia el Cáliz y el vino, es evidente que el simbolismo original tuvo que ser reinterpretado por los obispos, porque implicaba que Jesús tuvo descendencia y por lo tanto, debió estar unido a una mujer.

Pero, no sólo fueron los sacramentos y el ritual de costumbre lo que se reinterpretó debido a ello: los mismos Evangelios estaban corrompidos para alinearse con el estamento exclusivamente masculino de la Iglesia de Roma - muy parecido a como un editor de cine moderno ajusta y selecciona las cintas para lograr el resultado deseado, el resultado que le interesa al productor.

Todos estamos familiarizados con los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, pero ¿qué hay de los otros Evangelios? ¿Qué hay acerca de los Evangelios de Felipe, Thomas, Maria y de Maria Magdalena? ¿Qué hay con los numerosos Evangelios, hechos y epístolas que no fueron aprobados por los concilios de la Iglesia cuando fue compaginado el nuevo testamento? ¿Por qué los excluyeron cuando se tomaron todas las decisiones?

Realmente hubo dos criterios principales para la selección de los Evangelios que conformarían el nuevo testamento. Éstos fueron determinados en el Concilio de Cartago en el año 397. El primer criterio era que el nuevo testamento se debía escribir a nombre de los propios apóstoles de Jesús. Hasta donde sabemos, Marcos no fue un apóstol de Jesús, ni tampoco Lucas. Ellos fueron colegas de quién luego llego a ser San Pablo. Tomas, por otra parte, era uno de los doce apóstoles originales, pero el Evangelio a su nombre fue excluido. No sólo eso, sino que junto con otros numerosos Evangelios y textos, fue destinado y condenado a ser destruido.

Y así, por todo el mundo medieval el libro de Thomas y otros numerosos libros no aprobados, fueron sepultados y escondidos en el siglo V D.C. Sólo en tiempos recientes, se ha desenterrado algunos de esos manuscritos, siendo el mayor hallazgo el de Nag Hammadi - Egipto en el año 1.945 – mil quinientos años después de haberlos enterrado.

Aunque estos libros no fueron redescubiertos hasta el presente siglo, fueron abiertamente utilizados por los primeros Cristianos. Algunos de ellos, incluyendo los mencionados Evangelios, el Evangelio de la verdad, el Evangelio de los egipcios y otros más, fueron citados realmente por los primeros sacerdotes en las escrituras. Clemente de Alejandría, Ireneo de Lyon, todos ellos mencionan estos otros Evangelios.

Entonces, ¿por qué se seleccionaron los Evangelios de Marcos y Lucas si ellos no eran apóstoles de Jesús? Porque, de hecho, Marcos y Lucas eran apóstoles de Jesús, y los primeros padres de Iglesia sabían esto. En los tiempos anteriores a que el nuevo testamento fuera corrompido, ellos sabían totalmente que Jesús sobrevivió a la Crucifixión. En estos primeros Evangelios no existía la historia de la resurrección; esto fue agregado posteriormente.

¿Por qué fueron descartados otros Evangelios apostólicos? Porque hubo un segundo criterio mucho más importante - uno mediante el cual, en verdad se hizo la selección de los Evangelios. Y ello constituyó una regulación completamente sexista. Eso neutralizó cualquier cosa que mantuviese el estatus de las mujeres en Iglesia, en la comunidad y en la sociedad.

De hecho, la propia constitución apostólica de la Iglesia fue compilada en base a esto. Ellos sostenían, “no permitiremos que nuestras mujeres enseñen en la Iglesia, sólo que recen y escuchen a los que enseñan. Nuestro maestro, cuando nos envió a los doce, no envió a ninguna mujer a ninguna parte; pues la cabeza de la mujer es el hombre, y no es razonable que el cuerpo gobierne a la cabeza”.

Esto era redundante, pero fue por ésta misma razón que fueron descartados docenas de Evangelios - porque estaba muy claro que había muchas mujeres activas en el ministerio de Jesús. Maria Magdalena, Martha, Helena-Salome, Maria Jacob Cleofás, Joanna. No sólo fueron discípulas ministras; están registradas como sacerdotisas por derecho propio, conduciendo ejemplares escuelas de culto en la tradición Nazarena.

En la Epístola de San Pablo a los Romanos, éste hace referencia específica a sus propios ayudantes femeninos: Phoebe, por ejemplo, a quién él llamó una hermana de la Iglesia; Julia; Priscila, quién lanzó la red por su causa. El nuevo testamento está lleno de mujeres discípulas, pero la Iglesia las ignoró a todas ellas. Cuando se elaboraron los preceptos de disciplina eclesiástica de la Iglesia, estos rezaban, “no está permitido que las mujeres hablen en la Iglesia, ni que demanden para sí ninguna función masculina”. Y la misma Iglesia decidió que esto era una función masculina.

La Iglesia estaba tan aterrada de las mujeres, que instituyó una regla de celibato: una regla para sus sacerdotes, una regla que se convirtió en ley en el año 1138; una ley que hoy persiste. Bueno, esta regla nunca ha sido exactamente lo que aparenta, pues cuando uno la lee, cuando uno estudia la historia, puede ver que jamás fue la actividad sexual como tal lo que incomodaba a la Iglesia. La definición específica que hizo posible esta regla fue la intimidad de sacerdotes con mujeres. ¿Por qué? Porque las mujeres se convertían en esposas y amantes. La misma naturaleza de la maternidad es la perpetuación de los linajes. Esto era lo que incomodaba a la Iglesia: el tema tabú de la maternidad y los linajes. Esta imagen tenía que separarse de la imagen requerida de Jesús.

Pero no fue la Biblia la que dijo tal cosa. San Pablo dijo en su Epístola a Timoteo,

que un obispo debía casarse y tener hijos

que un hombre con experiencia en su propia familia, realmente está mejor calificado para atender a la Iglesia

Aunque las autoridades de la Iglesia romana decretaron conservar en particular las enseñanzas de San Pablo, eligieron desatender totalmente esta explícita directiva para satisfacer sus propios intereses, de modo que el propio estado civil de Jesús pudiese ser estratégicamente ignorado.

Pero el celibato de la Iglesia, la imagen de Jesús soltero, se contradecía completamente en otros escritos de la era. Fue abiertamente contradictoria para el dominio público hasta que se proclamó la perpetuación de la verdad como herejía punible, sólo hace solamente 450 años en el año 1547, fecha en la que murió Enrique VIII en Inglaterra.

No es solo el nuevo testamento Cristiano el que sufre de esas restricciones sexistas. Se aplicó un proceso similar de edición al viejo testamento Judío, y esto lo hizo convenientemente adecuado para agregarlo a la Biblia Cristiana. Esto se hace particularmente evidente por un par de líneas que sobrevivieron al escrutinio de los editores.

Los libros de Joshua y 2 de Samuel, ambos hacen referencia a un libro mucho más antiguo como el de Jasher. Se decía que el libro de Jasher era muy importante. ¿Dónde se encuentra? No en la Biblia. Como muchos otros libros, fue descartado exprofeso. ¿Pero existe aún? Sí. El rollo hebreo de Jasher de tres metros aún existe. Ha sido históricamente importante por mucho tiempo. Fue la gema del Emperador CarloMagno y la traducción del libro de Jasher fue la razón por la cual se fundó la Universidad de París , en el año 800. Eso fue cerca de un siglo antes de que se compilara el viejo testamento que actualmente conocemos.

Jasher fue la mano derecha de Moisés. Sus escritos son de una enorme significancia. Los relatos se refieren a la historia de los Israelitas en Egipto, y su éxodo hacia Canaan Pero estas historias difieren considerablemente de la manera en que hoy las conocemos. Ellas explican que Moisés no fue el líder espiritual de las tribus que cruzaron el Mar Rojo hasta el Monte Sinaí. El líder espiritual era Miriam.

En aquel momento los judíos nunca habían oído hablar de Jehová; adoraban a la diosa Asherah. Sus líderes espirituales eran en gran parte femeninos. Miriam representó, de acuerdo al libro Jasher, tal problema para Moisés en su intento de crear un nuevo entorno de dominio masculino, que la tomó presa; y la nación judía se levantó con sus ejércitos contra Moisés para lograr la liberación de Miriam. Esto no está en la Biblia.

Entonces, vayamos hasta donde comienza la historia Cristiana. Revisemos los Evangelios mismos y al hacerlo, veamos qué nos dicen en realidad, en lugar de lo que creemos que nos dicen, pues todos hemos aprendido a seguir lo que nos han enseñado acerca de los Evangelios en las aulas de clase y en las Iglesias. ¿Pero siempre se nos ha dado las enseñanzas correctamente? ¿Coinciden con las escrituras? Es realmente sorprendente lo que pensamos que sabemos, pero sólo lo hemos aprendido desde los púlpitos o los libros de imágenes, no necesariamente de estudiar los textos.

La misma historia de la natividad nos proporciona un buen ejemplo. Está ampliamente aceptado, y las tarjetas de Navidad aún siguen diciéndonos que Jesús nació en un establo. Los Evangelios no dicen eso. No se menciona ningún establo en ningún Evangelio autorizado. La natividad no se menciona en absoluto en Marcos o en Juan, y Mateo dice sin rodeos que Jesús nació en una casa.

¿Así que de dónde salió el establo? Realmente, salió de una mala interpretación del Evangelio de Lucas, el cual no relata que Jesús yacía en un pesebre, sino que estaba acunado y que allí había un pesebre. Uno sólo tiene que estudiar la historia de la sociedad en el tiempo, para reconocer el hecho que era perfectamente común el utilizar pesebres como cunas y que con frecuencia se introducían al interior de la casa para tales propósitos.

¿Entonces por qué se ha presumido que la caja estaba en un establo? Porque la traducción inglesa de Lucas nos dice que no había lugar en la posada. Entonces ha debido ser en un establo! Pero las traducciones pre-inglesas de Lucas no hablan de ninguna posada; el manuscrito de Lucas no dice que no había sitio en la posada. De hecho, no habían posadas en el oriente por esos días. Hay muy pocas posadas allí ahora; ¡y si los hay, son ilegales! La gente se alojaba entonces en casas privadas. Era una manera común de vivir. Se le llamaba hospitalidad familiar. Los hogares estaban abiertos a los viajeros.

Llegados a esto, si realmente vamos a ser precisos, tampoco habían establos en la región. De hecho, “establo” es una palabra completamente inglesa que define específicamente el lugar para guardar caballos; los caballos de un establo en particular. ¿Quién montó caballos en la tierra de Judea? Bueyes y camellos; a lo sumo un oficial romano pudiese haber tenido un caballo pero, incluso las mulas y los bueyes, si estuviesen bajo techo, habrían sido guardados bajo algún tipo de toldo o fuera de la casa, no en un establo.

En cuanto a la mítica posada, el texto griego realmente no dice que no había sitio en ella. La mejor traducción realmente sería que no había mobiliario en el cuarto. Como se menciona en Mateo, Jesús nació en una casa y, según se tradujo correctamente, Lucas revela que Jesús yacía en un pesebre , una caja para el alimento de los animales, pues no había cuna en el cuarto.

Ya que estamos en el tema del nacimiento de Jesús, pienso que deberíamos revisar aquí la cronología, porque también es importante; ya que los dos Evangelios que hablan de la natividad, realmente nos dan dos fechas totalmente distintas para el evento.

Según Mateo, Jesús nació en el reinado del Rey Herodes, Herodes el grande, quién trató el acontecimiento con los Reyes Magos y ordenó la matanza de los infantes. Bien, Herodes murió en el año 4 A.C., y sabemos por Mateo que Jesús nació antes de eso. Por consiguiente, la mayoría de las Bíblias estándar y los libros de historia que concuerdan, indican que la fecha de nacimiento de Jesús fue el año 5 A.C., puesto que es anterior al año 4 A.C., y Herodes aún reinaba, de modo que es una buena fecha.

Pero en Lucas, se da una fecha completamente diferente. Lucas no nos dice nada sobre el Rey Herodes ni nada por el estilo. Lucas afirma que Jesús nació mientras Cireneo gobernaba en Siria, el mismo año en que el emperador Augusto implementó el censo nacional, el censo por el cual José y Maria fueron a Belén.

Hay puntos importantes que mencionar aquí, y ambos están grabados en los anales judíos del siglo primero (tales como las Antigüedades de los judíos). Cireneo fue designado como gobernador de Siria en el año 6 D.C. Éste es el mismo año registrado para el censo nacional, implementado por Cireneo y ordenado por el Emperador Augusto. Como nos dice Lucas, ese fue el primero y único censo registrado para esa región. De manera que Jesús nació en el año 4 A.C. y también en el año 6 D.C. ¿Es esto un error? No, no necesariamente, porque de la manera como fue originalmente presentado, realmente estamos observando dos natalicios muy específicos.

Ambos Evangelios están correctos. Estamos viendo el nacimiento físico de Jesús, y también su nacimiento social. Éstos fueron definidos en el momento del primero y segundo natalicios y se aplican específicamente a personas de grupos particulares, y ciertamente, a los herederos dinásticos.

El segundo nacimiento de los varones se efectuaba a través de un ritual de renacimiento. Era muy físico: se les envolvía en ropas muy ceñidas y nacían de nuevo del vientre de su madre. Era una ceremonia física. Los segundos nacimientos para los varones tenían lugar a la edad de doce años.

Entonces sabemos que Jesús tenía 12 años en el año 6 D.C. Desafortunadamente, los transcriptores de Lucas de los últimos días obviaron completamente el significado de esto, y se esforzaron por unir de alguna manera, a través de este acontecimiento de ropas ceñidas y renacimientos, lo que condujo a mencionar el asunto ilógico del establo.

De manera que si Jesús tenía 12 años en el año 6 D.C., esto significa que él nació en el año 7 A.C., lo cual encaja perfectamente bien con el relato de Mateo en el que Jesús nació en el último reinado de Rey Herodes.

Pero ahora descubrimos lo que parece ser otra anomalía, porque Lucas luego dice en su Evangelio que cuando Jesús tenía doce años de edad, sus padres, Maria y José, lo llevaron a Jerusalén. Luego ellos abandonaron la ciudad, para regresar a casa en una travesía de un día completo en compañía de sus amigos, antes de que se percataran de que Jesús no los acompañaba. Luego regresaron a Jerusalén, sólo para encontrarlo en el templo, discutiendo los asuntos de su padre con los sabios. ¿Bueno, qué clase de padres puede vagar todo un día por el desierto, sin notar que su hijo de doce años no está con ellos?

El hecho es que no se ha entendido la esencia del pasaje. Había una gran diferencia entre un hijo con doce años de edad y un hijo de doce años. Cuando un hijo completaba sus primeros doce años, es decir, cuando realmente estaba en su cumpleaños número trece, se le iniciaba dentro de la comunidad en la ceremonia de su segundo nacimiento, se le veía como comenzando su primer año. Esto fue el origen del moderno bar mitzvah . Su próxima iniciación, la de la adultez en la comunidad, tuvo lugar a sus nueve años, cuando tenía veintiún años de edad - el origen del privilegio de los veintiún años. Luego seguían varios grados y la siguiente prueba mayor fue a sus doce años - a la edad de veinticuatro años, en su cumpleaños numero 24. Cuando Jesús permaneció en el templo a sus doce años, realmente tenía veinticuatro años. ¡No sorprende que ellos no esperasen que estuviese caminando con ellos en el desierto!

Así que ésta discusión con los sabios está relacionada con su próximo grado. Él habría discutido esto en su momento con el padre espiritual, el padre de la comunidad; y de hecho así lo hizo. Lo que él discutió eran los asuntos de su padre. El padre de esta era está registrado. El padre espiritual de la comunidad en aquel momento era Simeón el Esenio, y si miramos unos pocos versos atrás en Lucas, veremos que fue exactamente este hombre, el justo y devoto Simeón, quién legitimó a Jesús bajo la Ley.

¿Entonces podemos confiar en los Evangelios? Bueno, por lo que hemos visto la respuesta es sí, podemos confiar en los Evangelios hasta cierto punto, pero no podemos confiar en la forma en que han sido enredados, distorsionados y en la que nos los han enseñado la gente que no entiende lo que realmente se dice en ellos.

Los actuales Evangelios en el idioma ingles, datan efectivamente en la fecha de la Biblia autorizada, compilada por el Rey de la casa de Stewart, James I de Inglaterra, a principios del siglo XVII. Esto se publicó y se imprimió no más de 165 años después de la Declaración de Independencia Americana; solo unos pocos años antes de que los primeros padres peregrinos partieran de Inglaterra.

Los Evangelios de la primera Iglesia fueron escritos originalmente en el segundo y tercer siglo griego. Junto con la Biblia como un todo, fueron traducidos al latín en el siglo IV, pero sería más de mil años después que se haría la primera traducción al inglés.

La traducción de la Biblia para entonces fue dificultosa. El reformista del siglo XIV Juan Wycliffe fue denunciado como hereje, por traducir la Biblia al inglés. Sus libros fueron quemados. A comienzos del siglo XVI, William Tyndale fue ejecutado por estrangulamiento en Bélgica, y luego quemado, en caso de que no hubiese muerto, por traducir la Biblia al inglés. Poco después, Miles de Coverdale, uno de sus discípulos, hizo otra traducción; y en ese momento la misma Iglesia se había dividido pacíficamente, así que la versión de Coverdale fue aceptada por la Iglesia Protestante - pero él seguía siendo un hereje a los ojos de Roma.

El problema era que mientras el texto impreso permaneciera oscuro (no era latín ordinario; era una forma horrenda de latín de la Iglesia), mientras solo los obispos pudieran entenderla, estos podían enseñar cualquier cosa que quisieran. Si era traducida a lenguajes que otras personas pudieran entender y quizá leer por sí mismos, esto plantearía un problema pues la Iglesia podría ser cuestionada.

No fue hasta comienzos del siglo XVII que fue hecha la primera traducción aceptable de la Biblia al idioma Inglés, por el Rey escocés James VI (casa Stewart), James I de Inglaterra. Ésta fue la versión autorizada, a partir de la cual se basaron la mayoría de las subsecuentes Bíblias en lengua inglesa. Pero ni siquiera esa fue una traducción directa; se tradujo mayormente del griego, parcialmente del latín, y hasta cierto punto, a partir del trabajo de otros que habrían hecho otras traducciones ilegítimas previamente.

En su representación del nuevo testamento, los traductores del Rey James se esforzaron por apaciguar tanto a los Protestantes como a los Católicos. Ésta era la única manera de producir un texto globalmente aceptable, pero su intento de apaciguamiento no fue completamente exitoso. Los Católicos pensaron que los traductores estaban del lado de los Protestantes y trataron de deponer al Rey James en las Casas del Parlamento, y los Protestantes dijeron que los traductores estaban aliados con los Católicos.

De todas formas, la Biblia sobrevivió, pero los traductores intentaron también hacer algo a lo que denominaron como “políticamente correcto”. Hoy en día sabemos al respecto; en aquel entonces también se aplicaba. Encontramos buenos ejemplos de eso en muchas instancias - una en particular, donde la traducción directa se refería a un grupo de personas llamados los soldados “celestiales”. Eso no gustó mucho, pues en realidad estaba enrevesado, y soterradamente se lee como “ejército celestial”. Pero alguien llegó y dijo, “no, aún no está bien; así denota una unidad armada; eso no es políticamente correcto,” de modo que lo enrevesaron de nuevo y resucitaron una antigua palabra que no había sido escrita en lengua inglesa desde hacia siglos. Les llamaron “las huestes celestiales”. Nadie sabe lo que son las huestes celestiales. De hecho es asombroso como fueron reintroducidas muchas viejas, oscuras y obsoletas palabras para presentar lo políticamente correcto en la Biblia del Rey James, lo cual nadie podía entender. Al mismo tiempo, William Shakespeare hacía lo propio con sus obras.

Si echamos un vistazo a los libros de referencia que existieron antes de James, Shakespeare y a los posteriores, veremos que el vocabulario de la lengua inglesa se incrementó en más de cincuenta por ciento, como resultado de palabras inventadas o reintroducidas desde la oscuridad por los escritores de la época. El problema era que nadie, aparte de los compiladores de diccionarios, sabía el significado de la mayoría de esas palabras. ¡Pero de algún modo tenían que definirse y el término “huestes celestiales” surgió muy ambiguamente, como “grupo de gente celestial! ”

Así, a pesar de lo eminentemente poético, el lenguaje de la Biblia inglesa autorizada es bien distinto de cualquier lenguaje hablado en Inglaterra o en cualquier otra parte. No guarda relación con el griego o el latín a partir del cual fue traducido. Ciertamente, no era el lenguaje hablado por Dios, como alguna vez me dijeran unos clérigos, pero a partir de ésta interpretación canónica aprobada, han surgido en sus varias versiones todas las otras Bíblias del idioma inglés. A parte de ello, debido a todas sus faltas, apartando su hermoso patrón de versos y las nuevas palabras, aún sigue siendo la más exacta de todas las traducciones inglesas, de los manuscritos griegos originales. El resto de las versiones, las estándar, las nuevas, las revisadas y las del inglés moderno han sido significativamente corrompidas y son muy poco confiables para estudios serios, puesto que tienen sus propias segundas intenciones.

Podemos citar una versión extrema de cómo se pone esto en práctica. Podemos revisar una Biblia actualmente en uso en el Pacífico, en Papua Nueva Guinea, donde existen tribus que no experimentan tanta familiaridad a diario con ningún otro animal, como con el cerdo. ¡En la actual edición de su Biblia, cada animal mencionado en el texto, ya sea originalmente un buey, león, asno, ovejas o el que sea, ahora es un cerdo! ¡Incluso Jesús, el “tradicional cordero de Dios”, en esta Biblia es “el cerdo del dios”!

Así pues, para inducir mayor confianza en los Evangelios, debemos regresar a los manuscritos griegos originales, con su frecuente uso de palabras y frases hebreas arameas. Al hacerlo, descubriremos que así como con la historia de la natividad, se ha omitido, incomprendido, mal traducido o simplemente se ha perdido en el relato una buena cantidad de contenido importante. Esto a veces ha sucedido, porque las palabras originales no tienen ninguna contraparte directa en otros idiomas.

A todos se nos ha enseñado que José, el padre de Jesús, era un carpintero. ¿“Por qué no? Lo dicen los Evangelios. ”Pero eso no es lo que se dice en los Evangelios originales. La traducción más exacta realmente decía que José era un maestro de las artes. La palabra “carpintero” era simplemente el concepto de algún traductor acerca de la palabra artesano. Cualquier persona asociado con la Francmasonería moderna reconocerá el término “las artes”. No tiene nada que ver en absoluto con la carpintería. El texto simplemente señalaba que José era un hombre con maestría, docto y con estudios.

Otro ejemplo es el concepto del nacimiento virginal. Nuestros Evangelios en idioma inglés nos cuentan que Maria la madre de Jesús era una virgen; se continúa diciendo que ella era virgen. Bien, consideremos la palabra “virgen”. Nosotros entendemos la palabra; esta nos dice que era una mujer sin experiencia de unión sexual. Pero inicialmente, esto no fue traducido del griego sino del latín. Fue fácil porque en latín se le llamaba “virgo”; Maria era una “virgo”. Eso no significa lo mismo en absoluto!. Virgo en latín no significa más que “mujer joven”. Para haberle dado el mismo significado que tenemos hoy en día para la palabra “virgen”, la expresión latina debía haber sido “ virgo intacta”, es decir, “una joven mujer intacta”.

Veamos más allá del texto latino; veamos por qué la llamaban “virgo” o mujer joven. Quizás el término realmente tenga algo correcto que nosotros hemos equivocado. Descubriremos que la palabra traducida que significaba “virgo”, o mujer joven, era la vieja palabra hebrea “almah”, que significaba “ mujer joven”, no tenía ninguna connotación sexual. Si Maria realmente hubiese sido físicamente “virgo intacta”, la palabra hebrea utilizada habría sido “bethula”, no “almah”.

Entonces hemos sido totalmente confundidos por los Evangelios? No; hemos sido confundidos por las traducciones al idioma inglés de los Evangelios. También hemos sido confundidos por el estamento de una Iglesia, que ha hecho todo lo que estaba a su alcance, para negarle a la mujer en el relato de los Evangelios, cualquier estilo de vida normal. Las mujeres claves del nuevo testamento son vírgenes o prostitutas, o eventualmente viudas – jamás compañeras de diario, esposas o madres, y ciertamente jamás eran sacerdotisas o hermanas santas.

A pesar de eso, los Evangelios nos dicen una y otra vez que Jesús descendía del Rey David a través de su padre José. Hasta San Pablo nos lo dice en su Epístola a los hebreos. Pero se nos ha enseñado que el padre de Jesús era un pobre carpintero y que su madre era una virgen – descripciones ninguna de las cuales encontraremos en ningún texto original. Entonces para sacarle el mejor partido a los Evangelios, en realidad debemos leerlos tal y como fueron escritos, no como decidamos interpretarlos de acuerdo al lenguaje moderno.

La fecha en que fueron escritos los cuatro Evangelios principales es incierta. Lo que sí sabemos es que fueron publicados por primera vez en varias épocas durante la segunda mitad del siglo primero. En un principio, todos ellos fueron unánimes al decirnos que Jesús era Nazareno. Esto se relata realmente en los anales romanos; y las crónicas judías del siglo primero, así como los Hechos de los Apóstoles en la Biblia, confirman que el hermano de Jesús, Santiago y San Pablo, eran líderes de la secta de los Nazarenos.

Esta definición de “Nazareno” es muy importante para la historia del Grial, pues se ha tergiversado muy a menudo para sugerir que Jesús vino de la ciudad de Nazareth. Por los últimos 400 años, los Evangelios de la lengua inglesa han perpetuado el error, traduciendo incorrectamente a “Jesús el Nazareno” como “Jesús de Nazareth”. No había conexión entre Nazareth y los Nazarenos. De hecho, el establecimiento en Nazareth fue en el año 60 D.C., treinta años o más después de la Crucifixión. ¡Nadie en los primeros años de Jesús provenía de Nazareth - no existía!

Los Nazarenos eran una secta liberal judía, opuesta al estricto régimen hebreo de los fariseos y los saduceos. La cultura y la lengua del Nazarenos estaban profundamente influenciados por los filósofos de la antigua Grecia y su comunidad apoyaba el concepto de oportunidades iguales para hombres y mujeres. Los documentos de la época no se referían a Nazareth sino a la sociedad Nazarena. Las sacerdotisas existían en igualdad de oportunidades que los sacerdotes, pero eso era muy distinto a lo que deseaba la predominantemente masculina sociedad hebrea. Y a lo que más tarde requirió la Iglesia romana también dominada por hombres.

Ha de recordarse que Jesús no era Cristiano: él era un radical nazareno o judío occidentalizado. El movimiento Cristiano fue fundado por otros a raíz de su propia misión. La palabra “Cristiano” se registró y utilizó por primera vez en el año XLIV D.C. en Antioquia - Siria.

Hoy en día, en el mundo árabe, al igual que entonces, la palabra usada para describir a Jesús y a sus seguidores es Nazara. Esto está confirmado en el Corán musulmán: Jesús es Nazara; sus seguidores son Nazara. La palabra significa custodios o guardianes. La definición completa es Nazrie ha-Brit, los “Custodios de la Alianza”. De hecho, el término Brit, en la frase anterior es la raíz misma del país llamado Britain (Bretaña). Brit–ain significa “Tierra de la Alianza”.

En los tiempos de Jesús los Nazarenos vivían en Galilea, en aquel místico lugar que la Biblia llama “el desierto”. El desierto realmente un lugar muy específico. Era esencialmente la tierra alrededor del asentamiento de Qumran, el cual se extendió a Mird y a otros lugares. Fue dónde se descubrió y elaboraron los Rollos del Mar Muerto, en Qumran - año 1948.

En algún punto después de la crucifixión, Pedro y su amigo Pablo partieron hacía Antioquia, luego a Roma, e iniciaron el movimiento que se convertiría en la Cristiandad. Pero según lo registrado en otros anales, Jesús, su hermano Santiago y la mayoría de los otros apóstoles, continuaron el movimiento Nazareno y lo extendieron hasta Europa. Éste se convirtió en la Iglesia Céltica. El movimiento Nazareno como Iglesia, está documentado en los archivos de la Iglesia Céltica como formalmente implementado bajo el nombre de Iglesia de Jesús, en el año XXXVII D.C., cuatro años después de la crucifixión. La Iglesia romana se formó 300 años más tarde, luego que los Cristianos seguidores de Pablo y Pedro fuesen perseguidos durante tres siglos.

Durante muchos siglos el movimiento de la Iglesia céltica de origen Nazareno, estuvo abiertamente opuesto a la Iglesia de Roma. La diferencia fue una muy simple: la fe Nazarena estaba basada en las enseñanzas del mismo Jesús. La esencia de la religión, los códigos morales, los patrones de comportamiento, las prácticas sociales, las leyes y la justicia estaban relacionadas con las enseñanzas del Viejo Testamento, pero teniendo en mente un mensaje liberal de igualdad - ésta fue la religión de Jesús. La cristiandad romana es la “Churchianity” (N. del T. fusión en inglés de las palabras Iglesia y cristiandad). El mensaje de Jesús no era lo importante: esta Iglesia convirtió a Jesús en una religión. En resumen, la Iglesia Nazarena era la Iglesia social. La Iglesia romana era la Iglesia de los emperadores y de los papas; éste fue el movimiento imperial híbrido.

Aparte de los malentendidos directos, interpretaciones y malas traducciones, los Evangelios canónicos sufren de numerosas enmiendas convenientes. Se ha cambiado o suprimido algunos pasajes originales; se ha agregado otros pasajes para satisfacer los propios intereses de la Iglesia. Allá por el siglo IV, cuando se tradujeron los textos al latín, a partir de su original en Griego y lenguas semíticas, se hizo la mayoría de estas ediciones y enmiendas.

Aún antes, por el año 195 D.C. - hace mil ochocientos años - el Obispo Clemente de Alejandría hizo su primera enmienda conocida a los textos del Evangelio. Él suprimió una sección substancial del Evangelio de Marcos, escrita más de cien años antes, y justificó su acción mediante una carta:

...“Pues aún si dijese algo verdadero, aquel que ama la verdad no debería… estar de cuerdo con ellos… Pues no todas las verdades han de ser dichas a todos los hombres.”

Interesante. Lo que quiso decir fue que aún en aquellas primeras etapas, ya había una discrepancia entre lo que habían escrito los redactores del Evangelio y lo que querían enseñar los obispos.

Hoy en día, esa sección suprimida por San Clemente, aún falta en el Evangelio de Marcos. Pero cuando se compara a Marcos con el Evangelio que conocemos hoy en día, aún sin esa sección, encontramos que el actual Evangelio es bastante más largo que el original! Una de estas secciones adicionales comprende la secuencia completa de la Resurrección; esto asciende a doce versos completos al final del Evangelio de Marcos, capítulo 16.

Ahora sabemos que todo lo relatado acerca de los acontecimientos después de la crucifixión, fue agregado por los obispos de la Iglesia o sus escribas, algún tiempo después, al final del siglo IV. Aunque esto está confirmado en los archivos del Vaticano, es difícil para la mayoría de la gente tener acceso a ello, y aún si lo tuvieran, el griego antiguo es muy difícil de entender.

¿Pero que había exactamente en esta sección de Marcos que Clemente suprimió? Era la sección que trataba de la ascensión de Lázaro. Sin embargo, en el contexto del escrito original de Marcos, se presentaba a Lázaro en un estado de excomunicación: muerte espiritual por decreto, no muerte física. El relato incluso tenia a Lázaro y Jesús comunicándose entre sí antes que la tumba fuera abierta. Esto echó por tierra el deseo de los obispos de presentar la ascensión de Lázaro como un milagro espiritual, no como una simple liberación de la excomunicación. Y lo más importante, esto preparó la escena para la historia de la crucifixión de Jesús, cuya propia ascensión posterior a la muerte espiritual, quedó determinada por la misma regla de los tres días que se aplicó a Lázaro.

Jesús ascendió (se liberó o resucitó) de la muerte por decreto, al tercer día establecido por la Ley. En el caso de Lázaro, sin embargo, Jesús violó las reglas, elevando a su amigo luego del período de tres días de enfermedad simbólica. En ese punto, la muerte civil habría sido absoluta a los ojos de los ancianos de la ley. Lázaro habría sido envuelto en telas de saco y enterrado vivo. Su crimen fue haber conducido una revuelta de gente violenta, para salvaguardar el suministro público de agua, el cual había sido desviado mediante un nuevo acueducto romano en Jerusalén. Pero Jesús efectuó esta liberación sin tener ningún derecho sacerdotal para hacerlo. Lo que sucedió fue que Herodes Antipas de Galilea, obligó al Alto Sacerdote de Jerusalén a que fallara a favor de Jesús - y esto fue visto como un milagro sin precedentes!

Pero había más de la sección suprimida de Marcos, pues al contar la historia de Lázaro en el relato de Marcos, queda perfectamente claro que Jesús y Maria Magdalena realmente eran marido y mujer. La historia de Lázaro en el Evangelio de Juan contiene una secuencia algo extraña en la que Marta sale de la casa de Lázaro para saludar a Jesús, mientras que su hermana, Maria Magdalena, permanece adentro hasta que Jesús la llama. Pero en contraste con esto, el relato original de Marcos decía que Maria Magdalena realmente salió de la casa con Marta y luego fue regañada por los discípulos y enviada adentro de nuevo a que esperara las instrucciones de Jesús. Esto era un procedimiento específico de la ley judaica, por el cual no se le permitía a una esposa en ritual de luto, salir de la propiedad hasta que se lo ordenara su esposo.

Existe una gran cantidad de información externa a la Biblia, que confirma que Jesús y Maria Magdalena eran marido y mujer. ¿Pero existe algo relevante en los Evangelios de hoy día, cualquier cosa que se haya escapado a los editores que nos cuente la historia? Bueno, hay algunas cosas específicas y algunas auxiliares.

Hay siete listas que se dan en los Evangelios, de las mujeres que permanentemente parecían seguir a Jesús, y estas incluyen a la madre de Jesús; pero en seis de esas siete listas, el primer nombre, aún por encima de su madre, es el de Maria Magdalena. Cuando uno estudia otras listas del período que se relacionan con cualquier forma de sociedad jerárquica, uno nota que la “primera dama” era siempre el primer nombre en la lista. El término “primera dama” se utiliza hoy en día en América. La primera dama era siempre la mayor; siempre se le mencionaba de primera - y como la reina mesiánica, Maria Magdalena habría de mencionarse primero, como de hecho se hizo.

¿Pero está definido este matrimonio en los Evangelios? Bien, si lo está. Muchos han sugerido que las bodas de Cana fue el matrimonio de Jesús y Maria Magdalena. Ésa no fue la ceremonia matrimonial como tal, aunque el matrimonio se detalla en los Evangelios. El matrimonio está determinado por las distintas unciones en Betania. En el Evangelio de Lucas, tenemos una primera unción de Jesús por Maria, dos años y medio antes de la segunda unción. Mucha gente no se imagina que son historias diferentes, con una separación de dos años y medio.

Los lectores del primer siglo, habrían estado completamente conscientes del ritual de dos partes para el matrimonio sagrado de un heredero dinástico. Jesús, como sabemos, era un “Mesías”, lo cual significa simplemente “el ungido”. De hecho, todos los sacerdotes mayores ungidos y los Reyes Davídicos eran Mesías. Jesús no era la excepción. Aunque no era un sacerdote ordenado, se ganó su derecho al estatus de Mesías, a través de la descendencia del Rey David y de la línea real, pero él no alcanzó el estatus de Mesías hasta que en verdad fue físicamente ungido por Maria Magdalena, en su capacidad como Alta Sacerdotisa, poco antes de la crucifixión.

La palabra “Mesías” viene del verbo hebreo “ungir”, el cual a su vez se deriva de la palabra egipcia messeh, “el cocodrilo sagrado”. Era con la grasa del messeh que las hermana-novias del faraón untaban a sus esposos en matrimonio. La costumbre egipcia proviene de la práctica real de la vieja Mesopotamia.

En la canción del viejo testamento de Salomón, de nuevo oímos de la unción nupcial del Rey. Está definido que el aceite usado en Judea fue el fragante ungüento de nardo, un costoso aceite de raíces proveniente de los Himalayas, y hemos conocido que este ritual de unción siempre se efectuaba mientras el esposo/Rey , se sentaba a la mesa. En el nuevo testamento, la unción de Jesús por Maria Magdalena, de hecho se realizó mientras él estaba sentado a la mesa, y con el ungüento nupcial de nardo. Luego, Maria enjugó sus pies con su cabello, y en la primera fase del matrimonio de dos partes ella lloró. Todas estas cosas denotan la unción marital de un heredero dinástico.

Otras unciones de Mesías, ya fuese en una coronación o en la admisión al sacerdocio mayor, fueron conducidas siempre por hombres, por el Alto Zadok o el Alto Sacerdote. El aceite usado era aceite de oliva, mezclado con canela y otras especias; nunca, jamás de nardo.

El nardo era una prerrogativa expresa de una novia Mesiánica que tenía que ser una Maria, una hermana de una orden sagrada. La madre de Jesús era una Maria; su esposa también, habría sido una Maria, por título por lo menos, si no por nombre bautismal. Algunas órdenes conventuales todavía mantienen la tradición agregando el título “Maria” a los nombres bautismales de sus monjas: Hermana Maria Teresa, Hermana Maria Luisa.

Los matrimonios Mesiánicos fueron conducidas siempre en dos etapas. La primera etapa, la unción mencionada en Lucas, fue el compromiso legal del matrimonio. La segunda etapa, la unción en Mateo, Marcos y Juan, fue la concreción del contrato. Y en el caso de Jesús y de Maria, la segunda unción en Betania, fue de expresa significación. Aquí comienza la historia del Grial, puesto que, según lo explicado en los libros de la ley judía en ese entonces y por Flavio Josefo en Las Antigüedades de los Judíos, la segunda parte de esta ceremonia de matrimonio, nunca se efectuaba hasta que la esposa tenía tres meses de embarazo.

Se requería expresamente que los herederos Dinásticos como Jesús perpetuasen sus linajes. El matrimonio era esencial, pero la ley debía protegerlos de la unión con mujeres que se probara eran estériles, o que tuviesen embarazos con problemas, y esta protección venía dada por la regla del tercer mes de embarazo. Los abortos a menudo no sucedían después de ese término, y una vez que pasaban ese período, se consideraba lo suficientemente seguro para completar el contrato de matrimonio. La novia Mesiánica, al ungir a su marido en esta etapa, de acuerdo a la costumbre, se requería que lo ungiese para el entierro. Esto se confirma en los Evangelios. La novia a partir de ese día, llevaría un frasco de nardo alrededor de su cuello por el resto de la vida de su marido; ella lo utilizaría de nuevo en su sepulcro.

Fue para este mismo propósito que Maria Magdalena habría ido a la tumba, como lo hizo en el Sabbath, después de la crucifixión. Posteriormente a la segunda unción en Betania, los Evangelios relatan que Jesús dijo: “Dondequiera que este Evangelio sea predicado en todo el mundo, esto mismo que ella ha hecho será recordado en su memoria.”

En su famosa representación de ese acontecimiento, el artista del renacimiento Fra Angelico, representó ciertamente a Jesús colocando una corona en la cabeza de Maria Magdalena. Pero a pesar de que Fra Angelico era un docto fraile Dominico del décimo quinto siglo, ¿las autoridades de la Iglesia Cristiana honraron a Maria Magdalena y hablaron de este acto como el memorial de ella? No; no lo hicieron. Ignoraron totalmente la propia ordenanza de Jesús y denunciaron a Maria como prostituta.

Para la Iglesia esotérica y los caballeros Templarios, sin embargo, Maria Magdalena siempre fue vista como santa. Muchos hoy en día aún la veneran como tal, pero la parte interesante sobre esa santidad, cuando pensamos acerca de este conocimiento del Grial, es que Maria está registrada como la santa patrona de los vinicultores, la guardiana del vino – la custodia del Santo Grial y del linaje sagrado.

Hay mucho en los Evangelios que no presumimos que esté allí, porque nunca se nos anima a que miremos más allá del nivel superficial. A este respecto, en los años recientes ha sido de gran ayuda los Rollos del Mar Muerto y la investigación extraordinaria de la teóloga australiana, la Dra Barbara Thiering.

Los Rollos del Mar Muerto han abierto todo un nuevo conocimiento de la jerga; tenemos aquí toda una nueva luz. Por ellos se estableció las oficinas de la comunidad del Mesías de Israel. Nos hablan sobre el consejo de los doce apóstoles delegados que fueron designados permanentemente para dirigir aspectos específicos del gobierno y de los rituales. Esto conduce a un mayor conocimiento de los apóstoles mismos. Ahora sabemos no sólo cuáles eran sus nombres - siempre los supimos – sino que podemos entender quiénes eran, quiénes eran sus familias, cuáles eran sus deberes y posiciones.

Ahora al estudiar los Evangelios, entendemos que hay una alegoría dentro de ellos: el uso de palabras que no entendemos hoy en día. Ahora sabemos que a los sacerdotes bautismales los llamaban “pescadores”; sabemos que a los que les ayudaban reclutando los candidatos bautismales en los barcos con grandes redes, les llamaban las “barcas”; y sabemos que a los candidatos bautismales mismos les llamaban los “peces”. Los apóstoles Santiago y Juan eran ambos “pescadores” ordenados. Los hermanos Pedro y Andrés eran “pescadores”, y Jesús les prometió sacerdocio dentro del nuevo ministerio, diciéndoles “haré que se conviertan en pescadores de hombres”.

Ahora sabemos que existía una jerga particular en la época de los Evangelios, una jerga que habría sido entendida fácilmente por cualquiera que leyese los Evangelios en el siglo I y posteriormente. Esas palabras de jerga, se han perdido para posterior interpretación. ¿Hoy en día, por ejemplo, llamamos a nuestros productores de teatro “ángeles” y a nuestros actores “estrellas”, pero qué diría un lector de una cultura distante de aquí a dos mil años acerca de la frase: “el ángel vino a hablar con las estrellas”? Los Evangelios están llenos de esa jerigonzas. “el pobre”, “los leprosos”, “la multitud”, “el ciego” - ninguna de esas palabras eran lo que suponemos hoy en día. Definiciones tales como “nubes”, “ovejas”, “pescados”, “panes” y muchas otras más, eran todas relativas, tal como la palabra “estrellas” para la gente.

Cuando se escribieron los Evangelios en el siglo primero, se hizo bajo un entorno controlado por los romanos. Su contenido debió ser disfrazado contra el escrutinio romano. La información frecuentemente era política; estaba codificada y velada. Donde aparecían secciones importantes, a menudo eran anunciadas por las palabras: “esto es para aquellos que tengan oídos” - para aquellos que entiendan el código. No era distinto de la información codificada que se pasaba entre los miembros de grupos oprimidos a lo largo de la historia. Hay un código que se descubrió en unos documentos manejados entre los judíos recientes en Alemania entre los años 1.930 y 1.940.

Mediante nuestro conocimiento de ésta criptología de los escribas, ahora podemos determinar las fechas y las locaciones con gran exactitud. Podemos revelar muchos de los significados ocultos en los Evangelios, hasta el punto que los milagros mismos alcanzan todo un nuevo contexto. Al hacerlo, esto de ninguna manera denigra del hecho de que hombres como Jesús y de hecho , Jesús específicamente, obviamente fue una persona muy especial con poderes enormemente especiales, pero los Evangelios colocaron ciertas historias que desde entonces han sido descritas como “milagros”. Éstos no fueron incluidos realmente por ser eventos supernaturales; se reseñaron porque en la arena política de ese entonces, realmente eran acciones sin precedentes que violaron la ley con éxito.

Ahora sabemos otras cosas. Ahora sabemos porqué los Evangelios a menudo no concuerdan entre sí. Por ejemplo, Marcos dice que Jesús fue crucificado en la tercera hora, mientras que Juan dice que fue a la sexta hora. Esto no luce demasiado importante en sí, pero como veremos, estas tres horas de diferencia fueron cruciales para los eventos que seguirían.

Veamos lo del agua y el vino en Cana, siguiendo la historia a través de lo que nos cuenta la Biblia, contra lo que creemos saber. Lo que fue un evento muy llano, se ha distorsionado con insinuaciones supernaturales. De los cuatro Evangelios, las bodas de Cana sólo se describen en el de Juan. ¿Si era tan importante para la Iglesia como milagro, por qué no está en los otros tres Evangelios? Allí no se dice (como a menudo se dice en los púlpitos): “Se quedaron sin vino”. Allí no dice eso. Allí dice: “Cuando quisieron vino, la madre de Jesús comentó: “no tienen vino”.

El Evangelio nos dice que la persona a cargo, era la que conducía el banquete. Esto específicamente no lo define como una ceremonia de boda en sí, sino como un banquete pre-nupcial. El vino utilizado en los banquetes nupciales, solo estaba disponible para los sacerdotes y los judíos célibes, no para los hombres casados, principiantes o cualquier otro considerado impío. A estos sólo se les permitía utilizar agua - un ritual de purificación, como sostiene Juan.

Llegado el momento para este ritual, Maria, claramente no contenta por la discriminación y llamando la atención de Jesús hacia los huéspedes impuros, dijo: “Ellos no tienen vino.” No habiendo sido aún ungido al estatus de Mesías, Jesús respondió: “Mi hora todavía no ha llegado.” En eso, Maria forzó la situación y entonces Jesús violó la convención, dejando de lado el agua. ¡Vino para todos! El anfitrión del banquete no hizo en absoluto ningún comentario acerca de un milagro; él simplemente expresó su asombro sobre el hecho que el vino había sido utilizado para esa etapa de la ceremonia.

A menudo se ha sugerido que la boda de Cana, fue la propia ceremonia de matrimonio de Jesús, porque tanto él como su madre exhibieron un derecho de ascendencia que no se le atribuiría a invitados comunes. No obstante, este banquete podría datarse en verano del año 30 D.C., en el mes equivalente a junio. Las primeras bodas siempre se efectuaban el mes de Expiación (septiembre), y los banquetes nupciales se hacían tres meses antes. En este caso, encontramos que la primera unción marital de Jesús por Maria Magdalena, fue en la Expiación del año 30 D.C., tres meses después de la ceremonia de Cana, la cual parece haber sido su propio banquete nupcial

Los Evangelios cuentan una historia que, aunque no siempre concuerda de Evangelio en Evangelio, es realmente trazable fuera de la Biblia. Las relatos de las actividades de Jesús hasta el momento de la crucifixión pueden encontrarse en varios registros de la época. En los anales oficiales de la Roma imperial, se menciona el juicio de Pilatos y la crucifixión. Podemos determinar en forma precisa a partir de éstos diarios cronológicos de los gobernadores romanos, que la crucifixión ocurrió en la Pascua del año 33 D.C. La segunda unción de matrimonio en Betania, fue una semana antes de eso. Sabemos que en ese punto, Maria Magdalena tendría que haber tenido tres meses de embarazo, por ley – lo que significa que habría dado a luz en septiembre del año 33 D.C. Regresaremos a eso luego.

Si se leen los Evangelios tal como están escritos, Jesús aparece como un liberador dinástico, esforzándose por unificar a la gente de la época de la opresión del imperio romano. En ese momento, Judea era como Francia bajo ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial. Las autoridades estaban controladas por la fuerza militar de ocupación; eran comunes los movimientos de resistencia.

Jesús era esperado, aguardado y al final de la historia habría de convertirse en el Mesías ungido. En el siglo I, en las Antigüedades de los judíos, a Jesús se le llama “hombre sabio”, “maestro” y “el Rey”. Allí no hay nada que denote divinidad.

Puesto que en los rollos del mar muerto se identifica al Mesías de Israel como su comandante militar supremo, no es ningún secreto que los apóstoles estaban armados. Para el momento del reclutamiento, Jesús se aseguró que todos ellos tuvieran espadas. Al final de la historia, Pedro blandió su espada contra Malchus. Jesús dijo, “no vine a traer la paz, sino la espada.”

Muchos de los judíos de alta categoría en Jerusalén estaban muy complacidos de ostentar posiciones de poder, respaldados por un régimen militar extranjero. Aparte de eso, los mismos grupos hebreos eran sectarios; no querían compartir su Dios Jehová con nadie más, especialmente con los gentiles impuros. Para los Fariseos y los Saduceos, los judíos eran el pueblo elegido de Dios: Él les pertenecía y viceversa. Pero habían otros judíos – los Nazarenos, y los Esenios – quienes estaban influenciados por una doctrina occidental más liberal. Eventualmente, la misión de Jesús fracasó; la fractura era infranqueable. Los Gentiles, en el lenguaje moderno - son las razas árabes no Judías - la fractura permanece hoy en día.

La sentencia de Jesús fue dada por el gobernador romano Poncio Pilatos, pero Jesús en realidad fue condenado y excomulgado previamente por el Concejo del Sanhedrin. Se decidió idear un castigo, mediante el cual, Jesús sería sentenciado por el gobernador romano, quién también estaba juzgando otros prisioneros por liderar otras insurrecciones en contra suya.

Como lo confirma el Juez Superior y el Procurador General de Israel aún hoy en día, era completamente ilegal que el Concejo del Sanhedrin sesionara en la noche o funcionara durante la Pascua, de modo que el momento era perfecto. Tenían una oportunidad ideal, y un motivo para decir: “lo sentimos, nosotros mismos no podemos hacerlo. Usted, el gobernador romano, debe hacerlo.”

En cuanto a la muerte de Jesús en la cruz, está perfectamente claro que fue una muerte espiritual, no una muerte física, según lo determinaba la regla de los tres días, la cual habría entendido cualquier persona del siglo I que leyese esto. En términos civiles y legales, Jesús ya estaba muerto cuando fue crucificado. Fue denunciado, azotado, preparado para morir por decreto. Hoy, en día, a esto le llamamos “excomunión”. Durante tres días, Jesús habría estado nominalmente enfermo, sobreviniéndole la muerte absoluta al cuarto día. En ese día sería sepultado, enterrado vivo; pero durante los tres primeros días podría ascender o resucitar. De hecho, él predijo que lo haría.

Las ascensiones y resurrecciones (apartando el hecho que Jesús una vez violó la regla, y eso fue un milagro!) sólo podían ser efectuadas por el Alto Sacerdote o por el Padre de la Comunidad. El Alto Sacerdote para ese momento era Jose Caifás, el mismo que condenó a Jesús; por lo tanto, la ascensión debía ser realizada por el Patriarca. Existen relatos en los Evangelios acerca de Jesús hablando con el padre desde la cruz, finalizando con la frase: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, y por los registros sabemos que para ese momento el padre allí señalado era el apóstol Simón Zelote el Mago.

Se nos ha enseñado que la muerte física de Jesús quedó confirmada por la sangre y el agua que fluyó cuando fue penetrado con la lanza, pero esto ha sido traducido muy mal. La palabra original no se traduce como “penetrado”; se traduce como “punzado” o “rasguñado”. Esto en cambio, fue mal traducido al verbo latino “abrir”, y a la palabra inglesa “penetrado”.

Aquellas no eran épocas primitivas. Eran épocas en las cuales había doctores, hombres de la medicina; había incluso formas de hospitales. Y podemos ver que, al igual que hoy, la prueba para la acción refleja era un rasguño, punzando o pinchando la piel con un instrumento agudo.

Tengo en mi posesión una carta de un cirujano del Consejo Médico Británico. Ella dice:

“Médicamente, el flujo de agua es imposible de explicar. La sangre que fluye de una herida de puñalada es evidencia de vida, no de muerte. Haría falta una laceración muy grande, para que fluyera siquiera una gota de la sangre de un cuerpo muerto, porque ya no existe acción vascular.”

Entonces vayamos más lejos; veamos qué decían los Evangelios realmente. José de Arimatea bajó de la cruz el cuerpo de Jesús. De hecho, la palabra que fue traducida a la palabra inglesa “cuerpo” era el la palabra griega soma, que significa “cuerpo vivo”. La palabra alternativa que denotaría “cuerpo sin vida” o “cadáver” habría sido ptoma.

Al parecer Jesús sobrevivió, y esto se sostiene explícitamente en otros libros. Incluso el Koran dice que Jesús sobrevivió a la crucifixión.

Durante esa tarde del viernes cuando Jesús estaba en la cruz, hubo un adelanto de horario de tres horas. Por entonces, el tiempo era registrado por relojes de sol y por los sacerdotes que marcaban las horas mediante una secuencia de sesiones de rezos medidas. Esencialmente, había horas diurnas y horas nocturnas. Actualmente tenemos un día de veinticuatro horas. En el Evangelio de Juan, Jesús dijo: “No hay doce horas en un día?” Sí, había doce horas en un día y había doce horas en una noche, y el día comenzaba con la salida del sol. De vez en cuando, el comienzo del día cambiaba; de ese modo cambiaba el anochecer. En Marzo, el amanecer habría sido en algún momento alrededor de de las seis de la mañana, como sabemos.

Sabemos que José de Arimatea negoció con Poncio Pilatos para bajar a Jesús de la cruz después de colgar algunas horas en ella. Los Evangelios aquí no concuerdan realmente en la secuencia de los eventos: algunos utilizan la hora antes del cambio de horario; otros utilizan la hora después del cambio. Pero desaparecieron tres horas diurnas, para ser substituidas por tres horas nocturnas. Las horas de claridad fueron substituidas por horas de oscuridad. Se dice en los Evangelios que la tierra cayó en la oscuridad por tres horas. Hoy simplemente, agregaríamos, en un instante, tres horas nocturnas al día.

Pero estas tres horas fueron el quid de los eventos a continuación, pues los lunaristas hebreos hacían su cambio durante el día. Los solaristas, de los cuales los Esenios y los Reyes Magos eran facciones, no hacían el cambio sino hasta medianoche – lo que en realidad significa que según el Evangelio que se relaciona con el tiempo hebreo, crucificaron a Jesús en la tercera hora; pero en el otro, de tiempo solar, lo crucificaron en la sexta hora.

En esa tarde los hebreos comenzaban su Sabbath en la vieja hora nueve en punto, pero los Esenios y los Magos, todavía tenían tres horas antes del Sabbath. Fueron esas tres horas las que les permitió trabajar con Jesús, en Jesús y para Jesús, durante un período de tiempo en el cual a nadie más se le permitía emprender cualquier trabajo físico en absoluto.

Y de esa manera llegamos a un acontecimiento que es probablemente uno de los menos entendidos de la Biblia, y desde allí avanzaremos, más allá del período Bíblico a través de la historia, para contar qué sucedió en relación al nacimiento del heredero de Jesús y Maria en Septiembre del año 33 D.C. Uno de los acontecimientos peor comprendidos de la Biblia es la ascensión, y al discutirla, consideraremos el nacimiento de los tres hijos de Jesús y de sus descendientes.

Por la cronología de los Evangelios, sabemos que la segunda unción marital de Jesús por Maria Magdalena en Betania, fue durante la semana antes de la crucifixión. Y sabemos que en esa etapa, Maria tenía tres meses de embarazo y por lo tanto, habría dado a luz en el mes de septiembre siguiente.

Así pues, ¿qué nos dicen los Evangelios sobre los acontecimientos en septiembre del año 33 D.C.? De hecho, los Evangelios no nos dicen nada, pero la historia se narra en Los Hechos de los Apóstoles, y en ella se detalla que para el mes de septiembre, sucedió el acontecimiento al cual hemos llegado a conocer como “La Ascensión”.

Lo que los Hechos no hacen, sin embargo, es llamar el acontecimiento “La Ascensión”. Esto fue un nombre dado al ritual cuando se establecieron las doctrinas de la Iglesia Romana más de tres siglos después. Lo que realmente dice el texto es: “Y habiendo dicho esto… fue llevado por una nube que lo llevó lejos de su vista”. Luego continúa diciendo que “un hombre de blanco” dijo a los discípulos: “¿Por qué buscan entre los cielos? Este mismo Jesús...vendrá en el mismo modo que lo han visto marcharse”. Luego, un poco más adelante en Los Hechos, se dice que el “cielo” debe recibir a Jesús hasta “el momento de la restitución”.

Dado que ese era el mismo mes en el cual era esperado el hijo de Maria Magdalena, ¿hay quizás cierta conexión entre el confinamiento de Maria y la supuesta ascensión? Ciertamente la hay, y la conexión se hace en virtud de la época de la restitución.

No sólo había reglas que regían la ceremonia marital de un heredero Mesiánico, sino que también había reglas que regían el matrimonio mismo. Las reglas del matrimonio dinástico eran bien distintas a las normas de las familias judías, y los padres Mesiánicos eran formalmente separados al momento de nacer el niño. Incluso antes de esto, solo se permitía la intimidad entre un marido y mujer mesiánicos en el mes de diciembre, de modo que los nacimientos de herederos cayeran siempre en el mes de Septiembre – el mes de la Expiación, el mes más santo del calendario judío.

De hecho, esta fue la misma regla que los propios padres de Jesús (José y Maria) habrían roto. Y ésta era la razón por la que los judíos estuvieron divididos en la opinión de si Jesús era, de hecho, el verdadero Mesías.

Cuando se concebía a un niño dinástico en la época incorrecta del año, la madre generalmente se ponía en custodia monástica hasta el nacimiento, con el fin de evitar la vergüenza pública. A esto se le llamaba ser “puesto en privado”, y Mateo indica muy claramente que cuando se supo del embarazo de Maria, “José, su marido, siendo un hombre justo y no queriendo someterla al escarnio público, decidió ponerla en privado”.

En este caso, fue concedida una dispensación especial para el nacimiento por el Arcángel Simeón, quien en aquel momento, llevaba la distinción de “Gabriel”, siendo el sacerdote angelical responsable. Los Rollos del Mar Muerto y el libro de Enoc (que fue excluido del Viejo Testamento) detallan que los “Arcángeles” (o embajadores principales) eran los sacerdotes mayores en Qumran, conservando los títulos tradicionales de “Miguel”, “Gabriel”, “Rafael”, “Sariel”, etc.

En el caso de Jesús y Maria Magdalena, sin embargo, las reglas del matrimonio habían sido obedecidas al pie de la letra, y concibieron a su primer niño correctamente, en diciembre del año 32 D.C., para nacer en septiembre del año 33 D.C.

A partir del momento de un nacimiento dinástico, los padres se separaban físicamente - por seis años si el hijo era varón, y por tres años si era hembra. El matrimonio solo sería retomado en la época señalada de la restitución. Mientras tanto, la madre y el niño entrarían en el equivalente de un convento, y el padre entraría “al Reino de los Cielos”. Este Reino era realmente el Alto Monasterio Esenio en Mird, cerca del Mar Muerto, y la ceremonia de entrada era conducida por los sacerdotes angelicales bajo la supervisión del Líder designado de los Peregrinos.

En el libro del Éxodo del Viejo testamento, los peregrinos israelitas fueron llevados a la Tierra Santa por una “nube” - y de acuerdo con esta continua imaginería del Éxodo, se señalaba al Líder sacerdotal de los peregrinos con el título de “Nube”.

Así pues, si ahora leemos los versos de Los Hechos como se suponía debían ser entendidos, vemos que Jesús fue llevado por la Nube (el líder de los peregrinos) al reino de los cielos (el Alto Monasterio). Y el hombre de blanco (un sacerdote angelical) dijo que Jesús volvería al momento de la restitución (cuando su matrimonio terrenal fuese restaurado).

Si ahora revisamos la epístola de San Pablo a los hebreos, descubriremos que él explica el mencionado acontecimiento de la ascensión en mayor detalle, porque Pablo nos cuenta cómo admitieron a Jesús al Sacerdocio del Cielo, cuando él no tenía realmente ningún derecho a un oficio tan sagrado. Él explica que Jesús nació (a través de su padre José) en la línea Davídica de Judah – la cual daba derecho al reinado pero no al sacerdocio, porque esto solo era la prerrogativa de la línea de Aaron y Levi.

Pero, continúa Pablo, se concedió una dispensación especial, y dice que “para cambiar el sacerdocio, también se requería un cambio de la ley”. Como resultado de este “cambio expreso de la ley”, explica que a Jesús se le permitió entrar en el Reino de los Cielos en la Orden sacerdotal de Melquizedek.

Así pues, en septiembre del año 33 D.C., nació el primer hijo de Jesús y Maria Magdalena, y Jesús entró debidamente en el Reino de los Cielos. No hay referencia de que ese niño fuese varón (como la hay para los dos nacimientos posteriores), y dado que Jesús volvió tres años más tarde, en el año 36 D.C., sabemos que Maria debió haber tenido una hija.

Siguiendo la cronología de Los Hechos, vemos que en septiembre el año 37 D.C. nació un segundo hijo; y luego otro en el año 44 D.C. El período desde estos dos nacimientos hasta la segunda restitución en el año 43 D.C., fue de “seis años”, lo que indica que el niño del año 37 D.C., fue un varón. Este hecho también es reseñado por el uso de la fraseología críptica - la misma utilizada para el niño del año 44 D.C. – de manera que sabemos que este tercer niño también fue un varón.

De acuerdo con los códigos de los escribas detallados en los Rollos del Mar Muerto, en el Nuevo Testamento todo lo secreto es avisado de antemano por cierta clave, que explica que el mensaje inherente es “para aquellos que tengan oídos”. Una vez que se entienden estos códigos y alegorías, jamás varían. Significan lo mismo cada vez que se utilizan, y se utilizan cada vez que se requiere el mismo significado.

Por ejemplo, los Evangelios explican que a Jesús se le llamaba “la Palabra de Dios”: “Y el verbo fue hecho carne, y moró entre nosotros… pleno de gracia y verdad.” Juan se explaya abundantemente para explicar la importancia de esta definición, y los pasajes subsecuentes dan los detalles tales como “la Palabra del Dios reposó cerca del lago” y “la Palabra de Dios estaba en Samaria”.

Los mensajes que contienen información sobre fertilidad y nueva vida, se establecen en la parábola del agricultor cuya semilla “dio frutos y se multiplicó”. Así, cuando se dice que “la Palabra de Dios se multiplicó”, “aquellos que tengan oídos” reconocerían inmediatamente que “Jesús se multiplicó” - es decir, que tuvo un hijo. Hay dos pasajes así en Los Hechos, y caen exactamente en el año 37 D.C. y el año 44 D.C.

Probablemente el libro peor interpretado del Nuevo Testamento es El Libro de las Revelaciones de San Juan el Divino – es decir, malentendido por la Iglesia; no por el libro en sí mismo. Este libro es absolutamente diferente a cualquier otro en la Biblia. Está distorsionado con insinuaciones supernaturales terribles, y sus imaginería ha sido salvajemente corrompida por la Iglesia para presentar el texto como cierta forma de presagio o profecía de advertencia! Pero el libro no se llama “Las Profecías” o “Las Advertencias”. Se llama “Las Revelaciones”.

Así pues, ¿qué revela el libro? Cronológicamente, su trama sigue a continuación de Los Hechos de los Apóstoles, y el libro de Las Revelaciones es, de hecho, la continuación de la historia de Jesús, Maria Magdalena y sus hijos, particularmente el hijo mayor, Jesús Justus. Hace seguimiento a su vida y detalla su matrimonio, junto con el nacimiento de su propio hijo. Este mal interpretado libro del Nuevo Testamento, no es una predicción o una advertencia como la temerosa Iglesia hizo que creyéramos. Es exactamente lo que dice ser: una revelación. 


Como vimos anteriormente, a los sacerdotes ordenados de la era se les llamaba los “pescadores”; a sus ayudantes se les llamaba “barcas”, y a los candidatos bautismales se les llamaba “peces”. Jesús se hizo pescador ordenado cuando entró al Reino de los Cielos, pero hasta ese momento (según lo explica San Pablo) no sostuvo ningún oficio sacerdotal.

En el rito de la ordenación, los sacerdotes Levitas oficiantes del Santuario administrarían cinco hogazas de pan y dos pescados para los candidatos, pero la ley era muy firme en cuanto a que tales candidatos debían ser judíos circuncisos. Los Gentiles y los Samaritanos no circuncisos, de ningún modo eran tomados en cuenta para tal privilegio.

De hecho, fue este ritual ministerial en particular el que Jesús habría violado en la denominada “alimentación de los cinco mil”, porque él asumió el derecho de concederles acceso a su nuevo ministerio liberal, ofreciéndoles los panes y los peces a una muchedumbre impura. Aparte de hacerse eventualmente un pescador, Jesús también fue llamado “el Cristo” - una definición griega que significaba “El Rey”. Al decir el nombre “Jesucristo”, estamos diciendo realmente “El Rey Jesús”, y su herencia real era de la Casa Real de Judah (La Casa de David), como se menciona abundantemente en los Evangelios y en las Epístolas de San Pablo.

Por lo tanto, a partir del año 33, Jesús emergió con un estatus dual de “Sacerdote Cristo” o, como se cita más comúnmente, un “Rey Pescador”. Esta definición, como veremos, se convertiría en el oficio hereditario y dinástico de los descendientes de Jesús, y los sucesores “Reyes Pescadores” fueron de importancia capital en la historia del linaje del Grial.

Antes del nacimiento de su segundo hijo en el año 44, Maria Magdalena fue exiliada de Judea por una sublevación política en la cual ella estuvo implicada. Junto con Felipe, Lázaro y algunos partidarios, ella viajó (mediante arreglo con el Rey Herodes-Agrippa II) para vivir en el estado Herodino de Lyon, en Gaul (que más adelante se convirtió en Francia).

Desde los primeros tiempos, pasando por la era medieval, hasta el gran Renacimiento, la huída de Maria fue retratada en manuscritos iluminados así como en grandes obras de arte. Su vida y trabajo en Francia, especialmente en Provenza y el Languedoc, aparecieron no sólo en trabajos de historia europea sino también en la liturgia de la Iglesia romana - hasta que su historia fue suprimida por el Vaticano.

El exilio de Maria Magdalena se relata en el Libro de las Revelaciones, el cual describe que ella estaba embarazada en ese momento. También cuenta cómo las autoridades romanas persiguieron posteriormente a Maria, a su hijo y a sus herederos:

“Y ella, estando encinta, lloró… y con dolor parió… y contempló un gran dragón rojo, de siete cabezas… y siete coronas… se posó ante la mujer… para devorar a su hijo… Y ella alumbró a un hijo-hombre… y la mujer huyó al desierto … Y el dragón se enfureció con la mujer, y por siempre hizo la guerra con el remanente de su semilla… lo cual… tiene el testimonio de Jesucristo.”

Se dijo que fue a Gaul donde Maria hubo de llevar el Sangréal (La Sangre real, El Santo Grial); y fué en Gaul que la famosa línea de los herederos inmediatos de Jesús y Maria, Los Reyes Pescadores, prosperaron por 300 años.

El lema eterno de los Reyes Pescadores era “en fuerza” - inspirada en el nombre de su antepasado, Boaz (el gran abuelo del Rey David), cuyo nombre similarmente significa “en fuerza”. Cuando se tradujo al latín, esto se convirtió a “In Fortis”, que fue corrompido posteriormente a “Anfortas”, el nombre del Rey Pescador en el romance del Grial.

Ahora podemos volver al simbolismo tradicional del Grial como un cáliz que contiene la sangre de Jesús. También podemos considerar diseños gráficos que datan bastante más allá de las edades oscuras alrededor del año 3.500 A.C. Y en hacerlo, descubriremos que un cáliz o una copa era el símbolo establecido más antiguo de lo femenino. Su representación fue el Recipiente Sagrado – el vas uterus, el vientre.

Y por eso, al huir a Francia, Maria Magdalena llevó el Sangréal en el Cáliz Sagrado de su vientre – tal como explica el Libro de las Revelaciones. Y el nombre de este segundo hijo era José.

El símbolo tradicional equivalente del varón era una hoja de espada o un cuerno, generalmente representado por una espada o un unicornio. En la canción del Viejo Testamento de Salomón y en los Salmos de David, el unicornio fértil se asocia con la línea real de Judah; y fue por esta misma razón que los Cataros de Provenza utilizaron la mítica bestia para simbolizar el linaje del Grial.

Maria Magdalena murió en Provenza en el año 63. En ese mismo año, José de Arimatea construyó la famosa capilla en Glastonbury en Inglaterra, como monumento a la reina Mesiánica. Ésta fue la primera Iglesia Cristiana “sobre suelo” en el mundo, y al año siguiente, el hijo de Maria, Jesús Justus lo dedicó a su madre. Jesús hijo, de hecho, ya antes había estado en Inglaterra con José, a la edad de doce años, en el año 49. Fue este acontecimiento el que inspiró la famosa canción de William Blake, Jerusalén:

“Y esos pies en tiempos ancestrales, caminaron sobre las verdes montañas de Inglaterra.”

¿Pero quién era José de Arimatea, el hombre que asumió pleno control de los asuntos en la crucifixión? ¿Y por qué fue que la madre de Jesús, su esposa y el resto de la familia aceptaron la intervención de José sin cuestionamientos?

Solo hasta el año 900, la Iglesia de Roma decidió anunciar que José de Arimatea era el tío de Maria la madre de Jesús. Y a partir de ese momento, las representaciones de José lo muestran un poco mayor en la crucifixión, cuando la Madre Maria misma estaba en sus ’50. Sin embargo, antes del anuncio romano, los expedientes históricos de José representaban a un hombre mucho más joven. Se registró que había muerto a la edad de 80 años, el 27 de julio del año 82 D.C., y de este modo habría tenido 32 años al momento de la crucifixión.

De hecho, José de Arimatea no era otro más que el propio hermano de Jesucristo, Santiago, y su título no tenía nada que ver en absoluto con un topónimo. Arimatea nunca existió. Por lo tanto no sorprende que José negociara con Pilatos para colocar a Jesús en su propia tumba familiar.

El título hereditario “Arimatea” fue una corrupción de la lengua inglesa de la voz Greco-Hebrea ha-Rama-Theo, que significaba “de su Alteza Divina”, o “de su Alteza Real”, como lo definiríamos hoy en día. Puesto que Jesús era el heredero Mesiánico mayor - el Cristo, Khristos o Rey - entonces su hermano menor era el Príncipe de la Corona - Su Alteza Real, Rama-Theo. En la jerarquía Nazarena, el príncipe de la corona siempre llevaba el título patriarcal de “Joséf” – tal como Jesús tenía el título de “David” y su esposa el de “Maria”.

A principios del siglo V, los Reyes Pescadores descendientes de Jesús y de Maria se unieron en matrimonio a los francos Sicambrianos, y de ellas surgió una dinastía “reinante” completamente nueva. Fueron los Reyes conocidos como Merovingios quienes fundaron la monarquía francesa e introdujeron la muy conocida fleur de lys (el antigua símbolo judío de la circuncisión), como el emblema real de Francia.

A partir de la sucesión Merovingia, otra rama de la familia estableció un reino judío totalmente independiente al Sur de Francia: el reino del Septi-mania, el que ahora conocemos como el Languedoc. Los primeros príncipes de Toulouse, Aquitaine y Provenza eran todos descendientes del linaje mesiánico del Santo Grial. Septimania fue cedido a la Real Casa de David en año 768, y el príncipe Bernardo de Septimania se casó luego con una hija del emperador CarloMagno.

De los Reyes pescadores también se deriva otra importante línea paralela de sucesión en Gaul. Mientras que los Reyes Merovingios continuaron la herencia “masculina” patrimonial de Jesús, esta otra línea perpetuó la herencia matriarcal de Maria Magdalena en una línea “femenina”. Ellas fueron las Reinas dinásticas de Avalon en Borgoña, la casa del Acqs- que significaba “de las aguas”, un nombre concedido a Maria Magdalena en los primeros días cuando ella navegó a Provenza.

Aquellos familiarizados con el conocimiento Arturiano y del Grial, a estas alturas habrán reconocido el significado total de esta familia Mesiánica, de los Reyes Pescadores, las Reinas de Avalon y la casa del Acqs (corrompido en el romance Arturiano a “du Lac”).

Los herederos descendientes de Jesús planteaban una amenaza enorme a la alta Iglesia romana, porque eran líderes dinásticos de la verdadera Iglesia Nazarena. En términos reales, la Iglesia romana nunca ha debido existir, porque no era más que un movimiento “híbrido” compuesto varias doctrinas paganas unidas por una base fundamentalmente judía.

Jesús nació en el año 7 A.C. y su natalicio fue en la fecha equivalente al 1 de marzo, con un aniversario real “oficial” el 15 de septiembre, para satisfacer la regulación dinástica. Pero, al establecerse la Alta Iglesia Romana en el siglo IV, el Emperador Constantino ignoró ambas fechas y las reemplazó por el 25 de diciembre, como el nuevo Día Masivo de Cristo (N.del T.: Original en inglés Christ’s Mass Day) – para que coincidiera con el festival pagano del sol.

Más adelante, en el sínodo de Whitby en el año 664, los obispos expropiaron el festival Céltico de Pascua (Eostre), la diosa del verano y la fertilidad, y le añadieron un significado Cristiano completamente nuevo. Al hacerlo, cambiaron la fecha del festival Céltico, para separarlo de su asociación con la Pascua judía.

La Cristiandad, como la conocemos, ha evolucionado como “religión compuesta”, distinta a cualquier otra. Si Jesús fue su catalizador vivo, entonces la Cristiandad debería basarse correctamente en las enseñanzas del mismo Jesús - los códigos morales y sociales de una mente serena, un ministerio tolerante, con la gente como sus benefactores.

Pero el Cristianismo ortodoxo no se basa en las enseñanzas de Jesús: se basa en las enseñanzas de la Iglesia Romana, las cuales son completamente diferentes. Hay una cantidad de razones para ello, siendo la principal de ellas, que Jesús fue deliberadamente apartado en favor de las enseñanzas alternas de Pedro y Pablo - las cuales fueron denunciadas a fondo por la Iglesia Nazarena de Jesús y su hermano Santiago.

Sólo apartando a Jesús de su papel protagónico, podrían reinar en forma suprema los Papas y los Cardenales. Al instituir formalmente el Cristianismo como la religión de estado en Roma, Constantino declaró que “sólo él” era el “Mesías salvador”, no Jesús! En cuanto a los obispos de Roma (los Papas), fueron nombrados descendientes apostólicos de San Pedro - no un descendiente legítimo del matrimonio de Jesús y de sus hermanos, como se mantuvo dentro de la Iglesia Nazarena.

La única forma para la Alta Iglesia Romana de inhibir a los herederos de Maria Magdalena, fue desacreditándola y negándole su relación marital con Jesús. ¿Pero qué hay acerca de Santiago el hermano de Jesús? Él también tuvo herederos, al igual que sus hermanos Simón, Joses y Judas. La Iglesia no pudo librarse de los Evangelios que contaban que Jesús era el primer hijo varón de la bendita Madre Maria, por lo que la propia maternidad de Maria también debía reprimirse.

Como consecuencia, la Iglesia presentó a la Madre Maria como virgen, y a Maria Magdalena como prostituta- descripciones que no se mencionaron en ninguno de los Evangelios originales. Luego, solo para consolidar la posición de la madre Maria fuera del dominio natural, eventualmente se dijo de su propia madre, Ana, que la había parido mediante Inmaculada Concepción”!

Con el transcurso del tiempo, estas doctrinas inventadas han tenido un gran alcance. Pero, en los primeros días, costó más fijar las ideas pues las mujeres originales de la misión Nazarena tenían feligreses en la Iglesia Céltica - mujeres tales como Maria Magdalena, Martha, Maria Jacob-Cleofás y Helena-Salomé quienes habían conducido escuelas y misiones sociales alrededor del mundo mediterráneo. Todas estas mujeres habían sido discípulas de Jesús, y amigas intimas de su madre, Maria, acompañándola hasta la Crucifixión, como lo confirman los Evangelios.

La única salvación de la Iglesia era negar a todas las mujeres; negarles no sólo sus derechos para los oficios eclesiásticos, sino negarles también su derecho a cualquier estatus en la sociedad. Por lo tanto, la Iglesia declaró que las mujeres eran todas heréticas y brujas!

Para ello los obispos se apoyaron en las palabras de Pedro y Pablo y, basados en sus enseñanzas, la Alta Iglesia Romana fue capaz de volverse completamente sexista. En su Epístola a Timoteo, Pablo escribió:

“No tolero que una mujer enseñe, ni que usurpe autoridad alguna sobre un hombre, solo deben permanecer en silencio”.

En el Evangelio de Felipe, incluso Pedro es citado diciendo “las mujeres no son dignas de vivir”. Los obispos incluso citaron las palabras del Génesis, en donde Dios le habla a Eva acerca de Adán, diciéndole “el regirá sobre ti“

El padre de la Iglesia Tertuliano, se adhirió a toda esa actitud romana al escribir acerca de los discípulos de Maria Magdalena que aparecieron: ¡“Esta mujer herética! ¡Cómo se atreven! Son bien descaradas al enseñar, discutir, bautizar… No está permitido que una mujer hable en la Iglesia… ni que demande… parte de alguna función masculina – ni mucho menos oficios sacerdotales”.

Luego, para completar, surgió el documento más asombroso de la Iglesia Romana, La Orden Apostólica. Este fue compilado como una conversación “imaginaria” entre los apóstoles, después de la última cena. ¡Contrariamente a los Evangelios, éste suponía que Maria Magdalena, había estado presente en la cena, y se acordó que la razón por la cual Jesús no le había pasado el vino a Maria en la mesa, fue porque la había visto reír!

En base a este extraordinario documento ficticio, los obispos instituyeron que, aunque Maria hubiese sido compañera de Jesús, a las mujeres no podían dársele ningún lugar dentro de la Iglesia, porque no eran serias! Esta actitud sexista ha persistido dentro de la Iglesia hasta el día de hoy. ¿Por qué? Porque había que desacreditar a Maria Magdalena y desincorporarla, para que sus herederos fuesen ignorados. Pero las cosas están cambiando ahora, y al menos en la Iglesia Anglicana, se está restituyendo a las mujeres al estatus sacerdotal.

A pesar del ávido movimiento sexista, los herederos Mesiánicos conservaron sus posiciones sociales fuera del estamento de la Iglesia Romana. Desarrollaron sus propios movimientos eclesiásticos Nazarenos y Célticos y fundaron reinos de matrimonios en Gran Bretaña y Europa. Eran una amenaza constante para la alta Iglesia romana, para los líderes monarcas y para los gobiernos sustentados por esa Iglesia. Fueron la razón misma para la puesta en práctica de la brutal Inquisición, pues mantuvieron un código moral y social que era contrario al requerido por la alta Iglesia.

Esto fue especialmente evidente durante la Era de la Caballería, la cual abrazó el respeto por la feminidad, según lo ejemplificado por los Caballeros Templarios, cuyo juramento constitucional apoyaba la veneración del “Grial Madre”, La Reina Maria Magdalena.

Antes de la Edad Media, las historias individuales de esta familia eran históricamente bien conocidas. Pero cuando la Iglesia comenzó su reinado de persecución fanática (la gran Inquisición), toda la herencia Nazarena y Desposínica fue subyugada.

¿Pero, por qué la iniciativa vengadora de la Inquisición? Porque los Caballeros Templarios no sólo habían vuelto de Tierra Santa con documentos que minaban las enseñanzas de la Iglesia, sino que también establecieron sus propias Iglesias Cisterciences en oposición a Roma. Éstas no eran cualquier Iglesia; eran los monumentos religiosos más majestuosos para adornar los horizontes del mundo occidental: las catedrales de Notre Dame en Francia.

A pesar de su imagen actual, estas impresionantes catedrales góticas no tienen nada que ver con la Iglesia Cristiana establecida. Fueron financiadas y construidas por los Caballeros Templarios, y dedicadas a Maria Magdalena – Notre Dame, Nuestra Señora – a la que llamaron “el Grial del mundo”.

Esto, por supuesto, derrotó cualquier dogma que la Alta Iglesia hubiese auspiciado, y los obispos tomaron represalias re-dedicando otras muchas Iglesias a Maria, la madre de Jesús. Pero, al hacerlo, instituyeron un decreto terminante en el que todas las representaciones artísticas de la Madre Maria, la Madonna, debían en adelante mostrarla vestida “solo en azul y blanco” - para no concederle ningún derecho a oficios eclesiásticos en el sacerdocio exclusivo masculino.

Por otra parte, se le retrataba a Maria Magdalena, (los artistas más grandes del mundo) usando la capa roja del estatus cardenalicio, o el traje negro de una Sacerdotisa Nazarena - y allí no había nada que la Iglesia pudiera hacer al respecto. La única opción de los obispos, era proclamar a esa práctica como pecaminosa y herética - porque, al haber elegido previamente ignorar a Maria Magdalena y a sus herederos, esta quedaba fuera de su jurisdicción.

Fue en aquel momento que el conocimiento del Grial fue denunciado como herejía por el Vaticano. Las escrituras de Merlin del siglo sexto, fueron expresamente prohibidas por el Consejo Ecuménico, y la Iglesia original Nazarena de Jesús, se convirtió en una “corriente subterránea”, auspiciada por patrocinadores tan notables como Leonardo da Vinci y Sandro Boticelli.

En aquellos días, la Iglesia vigilaba y controlaba la mayoría de la literatura de dominio público; y por ello, para evitar la censura absoluta, la tradición del Grial se volvió alegórica y su mensaje fue comunicado mediante filigranas secretas, escrituras esotéricas, cartas de Tarot e ilustraciones simbólicas.

¿Pero por qué el conocimiento del Grial y las escrituras de Merlin deben haber planteado tal problema para la Alta Iglesia? Porque, dentro del contexto de sus textos aventureros, se contaba la historia descendiente del linaje del Grial – un linaje que había sido expulsado de su posición dinástica por los Papas y los obispos de Roma, quienes habían elegido reinar en forma suprema por una “sucesión apostólica” inventada.

Se dijo que esta sucesión apostólica había sido dada por el primer obispo, San Pedro (y, de hecho, ésta todavía es la visión promovida). Pero uno nada más tiene que estudiar las propias constituciones apostólicas de la Iglesia, para descubrir que esto simplemente no es cierto. Pedro nunca fue obispo de Roma - ni de ningún otro lugar, para ese asunto!

Las constituciones del Vaticano registran que el primer obispo de Roma fue el príncipe Linus de Gran Bretaña, el hijo de Caractaco el Pendragón. Él fue nombrado por San Pablo en el año 58, mientras Pedro aún vivía.

A partir de los años 1.100, los poderosos Caballeros Templarios y sus catedrales plantearon una enorme amenaza a la exclusiva ‘Iglesia masculina’ trayendo la herencia de Jesús y de Maria Magdalena a la palestra pública.

Los cardenales sabían que caería su estamento entero si los descendientes Mesiánicos ganaban el predominio. ¡Tenían que ser aplastados! Y de ese modo fue implementada la brutal Inquisición – una persecución horrible de todos aquellos que disintieran de las reglas de los obispos.

Todo comenzó en el año 1.208, cuando el Papa Inocente III envió a 30.000 soldados a la región de Languedoc en la Francia meridional. Éste era el hogar de los Cataros (“los puros”) quienes se decía eran los guardas de un gran tesoro secreto – un misterioso secreto que podría volcar el Cristianismo ortodoxo. La denominada Cruzada Albigensiana del Papa duró 36 años - durante los cuales, fueron asesinadas diez millares de personas inocentes - pero el tesoro nunca fue encontrado.

La principal embestida de la Inquisición (o “Santo Oficio”) fue instituida por el Papa Gregorio IX durante el curso de esta masacre, en 1.231, y fue dirigida contra cualquiera que apoyara “la herejía del Grial”. En 1.252, se autorizó formalmente la tortura de víctimas, junto con la ejecución en la hoguera.

La “herejía” era un cargo maravilloso para levantar contra los cautivos, porque solamente la Iglesia podía definirlo. Las víctimas eran torturadas hasta que confesaran, y habiendo confesado, eran ejecutadas. Si no confesaban, entonces la tortura continuaba hasta que murieran de todos modos. Una forma registrada de tortura era separar a la víctima, poco a poco, con grasa (comenzando con sus pies), y después asarlo vivo en trozos, miembro por miembro, sobre un fuego.

Estas persecuciones y castigos salvajes fueron emprendidos abiertamente por más de 400 años, y también fueron extensivos contra los judíos, musulmanes y protestantes que disentían. Pero la inquisición nunca fue terminada formalmente. Recientemente en 1.965, fue renombrada como “La Congregación Sagrada”, y sus poderes teóricamente todavía están en vigor.

Sin miedo a la Inquisición, el movimiento Nazareno siguió su propio curso, y la historia del linaje fue perpetuada en la literatura, como el Gran San Grial y la Elevada Historia del Santo Grial. Estos escritos fueron patrocinados en gran parte por las Cortes del Grial de Francia (las Cortes de Champán, de Anjou y otras), y también por los Caballeros Templarios y los Desposínicos; y, en esa etapa, el romance Arturiano se convirtió en un vehículo popular para la tradición del Grial.

A la luz de esto, los Templarios se convirtieron en una blanco específico de la Inquisición en 1.307, cuando fueron dirigidos hacia ellos los escuderos del Papa Clemente V y del Rey Felipe IV de Francia. Los ejércitos papales revolvieron Europa buscando los documentos y tesoros de los Templarios - pero, así como el patrimonio de los Cataros, no se encontró nada. Sin embargo, muchos caballeros fueron torturados y ejecutados en el proceso, y sus compañeros escaparon a otros países fuera del dominio papal.

Pero el tesoro oculto de los Templarios no se perdió, y mientras que los emisarios del Vaticano buscaban, el tesoro y los documentos fueron encerrados en los baúles de la Sala Capitular de La Tesorería de París. Estaban bajo la protección de los Magníficos Caballeros Templarios de San Antonio - “los Príncipes Guardianes del Secreto Real” - quienes una noche cargaron el tesoro a bordo de 18 galeras de la flota Templaria en La Rochelle.

Al amanecer, la flota había navegado hacia Escocia, y a la llegada fueron bienvenidos por el Rey Roberto el Bruce quien, junto con toda la nación escocesa, habían sido excomunicados por el Papa por desafiar al Rey Católico Eduardo de Inglaterra. Los Templarios y su tesoro permanecieron en Escocia, y los caballeros combatieron con Bruce en Bannockburn en 1.314 para recuperar la independencia de Escocia de Plantagenet, Inglaterra.

Posteriormente a la batalla de Bannockburn, Bruce y los Templarios de San Antonio fundaron la nueva Orden de los Hermanos Mayores de la Cruz Rosa en 1.317, de la que ahora los Reyes de los escoceses se hicieron Maestros Supremos hereditarios, ostentando cada Rey sucesivo de la casa de Stewart el honroso título del priorato de “Príncipe San Germain”.

¿Así pues, por qué fue que el Rey Arturo, un comandante céltico del siglo sexto, era tan importante para los Caballeros Templarios y las cortes europeas del Grial? Muy sencillo, porque Arturo había sido único, con herencia ‘dual’ en la línea Mesiánica.

El Rey Arturo de ninguna manera fue un mito, como tantos han supuesto. Está lejos de eso. Pero siempre se le ha buscado en los lugares incorrectos. Los investigadores, confundidos por las localizaciones ficticias de los romances, han buscado en vano en las crónicas de Bretaña, Gales y al oeste de Inglaterra. Pero los detalles de Arturo deben buscarse en los anales escoceses e irlandeses. Él fue, de hecho “su Alteza Rey de la Isla Céltica”, y fue el comandante soberano de las tropas británicas a finales del siglo sexto.

Arturo nació en el año 559, y murió en batalla en el año 603. Su madre fue Ygerna del Acqs, la hija de la reina Viviana de Avalon, descendiente de Jesús y de Maria Magdalena. Su padre fue el Alto Rey Aedàn de Dalriada (las montañas occidentales de Escocia, ahora llamadas Argyll) - y Aedàn era el Pendragon británico (“Dragón Principal” o “Rey de Reyes”) descendiente de Santiago, el hermano de Jesús. Es por esta razón que las historias de Arturo y de José de Arimatea están tan íntimamente entretejidas en los romances del Grial.

De hecho, los expedientes de la coronación del Rey escocés Kenneth MacAlpin (descendiente de Aedàn el Pendragón) se refieren específicamente a su propia descendencia de las Reinas dinásticas de Avallon.

El legado paternal del Rey Aedàn surgió de la casa más antigua de Camulot (La Corte Real Colchester de Inglaterra) en una de las líneas del primer Pendragón, el Rey Cymbeline (quien es bien conocido para los estudiantes de Shakespeare).

Para ese punto, los descendientes Mesiánicos habían fundado los reinos Desposínicos en Gales y a través de las regiones de Strathclyde y Cambria de Gran Bretaña. El padre de Arturo, el Rey Aedàn de los escoceses, fue el primer monarca británico que se instalara por ordenación sacerdotal, cuando fue coronado y ungido por Santa Columba de la Iglesia Céltica en el año 574. Esto, por supuesto, enfureció a obispos de la Iglesia Romana pues estos demandaban el derecho exclusivo de designar a los Reyes que se suponía iban a ser coronados por el Papa!

Como resultado directo de esta coronación, San Agustín fue enviado eventualmente desde Roma en el año 597 para desmantelar la Iglesia Céltica. Éste se proclamó asimismo Arzobispo de Canterbury tres años más tarde, pero su misión global falló y la tradición Nazarena persistió en Escocia, Irlanda y Gales y a todo lo ancho del norte de Inglaterra.

Un hecho importante a recordar, es que los dinastas del Grial nunca fueron gobernadores territoriales de tierras. Como el mismo Jesús, ellos eran designados “Guardas” de la gente. Los Merovingios de Gaul, por ejemplo, eran Reyes de los Francos - nunca Reyes de Francia. El Rey Aedàn, Roberto el Bruce y sus sucesores de Stewart, eran Reyes de los escoceses - nunca Reyes de Escocia.

Fue este concepto ‘social’ implícito lo que la Alta Iglesia encontró tan difícil de superar, porque los obispos preferían tener dominio sobre los “Reyes territoriales”, mientras que se suponía que el amo y señor mayor de la gente sería el Papa. Solamente manteniendo el control total espiritual sobre los individuos, la Iglesia podría reinar supremamente, y por ello, cada vez que salía al frente un dinasta del Grial, era confrontado por la cólera de la maquinaria Papal.

En el año 751 los obispos se las arreglaron para deponer la sucesión de Merovingia en Gaul, y establecieron una nueva tradición por la cual los Reyes de la sucesión Carolingia (la de CarloMagno) tenían que ser aprobados y coronados por el Papa. Pero la Iglesia nunca pudo derribar las líneas Desposínicas en Escocia, aun cuando los viejos reinos Célticos de Inglaterra habían sido desmantelados por los anglosajones germánicos a partir del siglo sexto.

Incluso en la Edad Media – mucho después de la conquista Normanda de Inglaterra - la Iglesia Nazarena y el prevaleciente culto a Maria Magdalena eran prominentes en Europa. Se mantuvo los derechos de igualdad de las mujeres a través de la estructura Céltica - y esto era un problema enorme para el sacerdocio exclusivo masculino del Cristianismo ortodoxo.

El principio subyacente de los monarcas del Grial siempre fue el del Servicio, de acuerdo con el código Mesiánico establecido por Jesús, cuando él lavó los pies de sus apóstoles en la Última Cena. Y así los verdaderos dinastas del Grial eran Reyes y Guardas de sus reinos, pero nunca fueron gobernantes.

Este aspecto clave del código del Grial fue perpetuado en el corazón mismo de los cuentos infantiles y el folklore. Nunca un valeroso cardenal o un obispo cabalgó en ayuda de alguna injusticia o de una damisela en aprietos, pues esto ha sido siempre el reino social de los príncipes del Grial y de sus caballeros designados.

El código del Grial reconoce el avance por méritos y también la estructura de la comunidad, pero, por sobretodo, es enteramente democrático. Ya sea percibido en su dimensión física o espiritual, el Grial pertenece por igual a líderes y a seguidores. También pertenece a la tierra y al entorno, requiriendo que todos deben ser “como uno” en común y aunado servicio.

A través de las edades, los parlamentos y los gobiernos han tenido tantos inconvenientes como la Iglesia confrontando el código social Mesiánico, y la posición no es diferente hoy en día. Los presidentes y los primeros ministros son ‘elegidos’ por la gente. Se supone que representan a la gente. ¿Pero, lo hacen? En realidad, no. Siempre están afiliados a un partido político, y alcanzan sus posiciones mediante el voto mayoritario del partido. Pero no todos se toman la molestia de votar, y a veces hay más de dos partidos por los cuales votar. Por lo tanto, en cualquier momento dado, más de la mitad de la gente de una nación puede no estar representada por el partido político en el poder. En este respecto, aun cuando se haya aplicado ‘el voto mayoritario’, el principio democrático falla. Lo que surge no es el “gobierno por la gente, para la gente”, sino el “gobierno de la gente”.

Jesús enfrentó una situación muy similar en el primer siglo. En aquel momento, Jerusalén y Judea estaban bajo ocupación romana, con el Rey Herodes y el gobernador, Poncio Pilatos, ambos designados por Roma. ¿Pero quién representaba a la gente? La gente no eran romanos; eran Judíos de la Tierra Santa -Fariseos, Saduceos, Esenios y similares. Aparte de eso, había una gran cantidad de Samaritanos y Gentiles (no judíos, las razas árabes). ¿Quién los representaba? La respuesta es “nadie” - hasta que Jesús hizo de ello su misión.

Éste fue el comienzo del código del Grial de servicio digno sin afiliación - un código perpetuado por los dinastas Mesiánicos en su continuo papel de “padres comunes” para la gente. El código del Grial se basa en los principios de la libertad, la fraternidad y la igualdad, y fue particularmente evidente en las revoluciones americana y francesa, ambas desecharon el señorío de la aristocracia despótica. ¿Pero, qué lo ha substituido? Ha sido substituido por las políticas de partido y en gran parte por gobiernos no representativos.

Desde la Edad Media hubo una cantidad de órdenes de caballería y militares específicamente ligadas a la Sangre Mesiánica Real en Gran Bretaña y Europa. Entre ellas se incluía la Orden del Reino de Sión y la Orden del Santo Sepulcro. Pero la más prestigiosa de todas fue la Orden Soberana del Sángreal – Los Caballeros del Santo Grial. Ésta era una orden dinástica de la Casa Real Stewart de Escocia, casa real que en el siglo XIV introdujo el unicornio de los Cataros como el emblema soberano de Escocia. Poco tiempo después, introdujeron la prestigiosa Orden del Unicornio, la cual llevó el lema del Grial “Todos como Uno”.

Al igual que el Rey Arturo, los Reyes de la Casa de Stewart también tenían una herencia dual Desposínica a partir de Jesús y de su hermano Santiago. De hecho, desde los años 1.370 ellos fueron la casa mayor de la línea Mesiánica, y fueron la dinastía que más tiempo reinó en Europa, sosteniendo su corona por 317 años hasta que finalmente fueron depuestos por la Iglesia Anglicana en 1.688. Fueron depuestos porque, de acuerdo con el código del Grial, proclamaron afinidad con Dios y con la nación ante el Parlamento, la Iglesia y la aristocracia.

Hoy en día, el descendiente legítimo mayor en esta línea es Su Alteza Real el Príncipe Michael Stewart, Condado Albany (cuyo libro, La Monarquía Olvidada de Escocia, está programado para su publicación por Element Books en mayo de 1.998).

Y ahora vamos a la pregunta que a menudo me han formulado en los meses siguientes a la publicación de “La Herencia del Santo Grial” . La pregunta es: ¿por qué sale a la luz toda esta información en este momento en particular?

El hecho es que la información nunca ha sido ocultada por las personas a las que se refiere. Ha sido reprimida por buscadores de poder externos, que han intentado servir a sus propios fines, en lugar de servir a las comunidades que se supone representan.

Sin embargo, hoy en día, estamos en una nueva era de “búsqueda”, ya que tanta gente ha crecido tan desilusionada con los dogmas del estamento que aún prevalecen. Vivimos en una era de comunicaciones satelitales, viajes por sobre la barrera del sonido, computadoras e Internet – así que el mundo es efectivamente más pequeño que antes. En tal entorno, las noticias viajan muy rápidamente, y la verdad es mucho más difícil de retener.

También, se está cuestionando la trama misma de la Iglesia de ‘dominio masculino’ y las estructuras gubernamentales, y se percibe generalmente que las viejas doctrinas de control espiritual y de manejo territorial no están funcionando. La gente está buscando cada vez más las correctas y originales raíces de su fe, y su propósito en la sociedad. Están buscando formas más eficaces de administración para combatir el demasiado obvio deslizamiento en el declive social y moral. De hecho, están buscando el Santo Grial.

Esta búsqueda de nueva iluminación está altamente auspiciada por el próximo milenio, y hay un sentimiento extendido de que esto también debería representar un nuevo Renacimiento, una era de renacer, en donde los preceptos del código del Grial sean reconocidos y practicados - los preceptos de libertad, fraternidad e igualdad.

El conocimiento del Grial descifra alto y claro que la herida del Rey Pescador debe ser curada si la tierra ha de volver a la fertilidad. Y por eso, dado que se me ha dado acceso privilegiado en los años recientes a los archivos de los Caballeros Templarios, de la Iglesia Céltica y las Soberanas Casas Mesiánicas de Europa, ha llegado el momento de hacer mi pequeña parte intentando sanar la ancestral herida del Rey Pescador. El resultado de ello fue mi libro, La Herencia del Santo Grial.